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Humanismo

Hacer familia: ¡no dejar a nadie sin hogar!

Para que la humanidad avance, hay que contar con todas las gentes, no dejar a nadie sin hogar, habiten donde habiten y sean quienes sean, con toda su pluralidad de cultos y cultivos, que han de dirigirse hacia el bienestar de las personas y hacia el bien colectivo. Seguramente, tengamos que comprometernos mucho más, si en verdad queremos no dejar a nadie atrás.

Ventanas hacia el porvenir: ¡trabajémoslas, preocupémonos, hagámoslo!

El mañana está ahí, abierto a todos y todos somos responsables de lo que nos depare, tanto para las personas como para el planeta. En consecuencia, no se trata únicamente de prever el futuro, sino de ejecutarlo hermanados, a través de un buen obrar armónico y conjunto, crecido de entusiasmo y desarrollado, en base a lo vivido.

Intuiciones desmesuradas

La referencia de hoy rastrea los matices creadores de aires enigmáticos y asombros incesantes. Desprovistos de guías protocolarias, la incertidumbre de los razonamientos multiplica las posibilidades interpretativas. El dinamismo de los procedimientos configura la imagen de cuanto acontece; cabe la posibilidad de quedarse absorto en la contemplación de las estrellas en el firmamento oscuro.

Acerca del amor y esas cosas…

Amor, amor al prójimo, amor pasión, amor a los padres y a la familia; amor a la patria, amor a la tierra y al planeta, amor entre humanos y por la flora y la fauna, amor por esto y aquello. En definitiva, amor. El amor (y el desamor) se lleva bien con la poesía, el tango, la narrativa; con el arte en general, el psicoanálisis y la buena política.

Más conflictos, menos bienestar y más pobreza

La escalada de conflictos que no cesan, las tensiones geopolíticas y el creciente caos climático; nos están dejando en la cuneta de los desatinos, lo que debe hacernos repensar, para mantener viva la llama del espíritu. Caer en la desolación tampoco es el recurso para renovarse, crecer y compartir.

Responsabilidad y justicia

Según Nietzsche, la responsabilidad es fundamental en nuestras decisiones libres, ya que lo que sucede es por nuestras decisiones. Se trata de asumir las consecuencias de nuestras acciones, en todo momento. Lo que plantea también la obligación de responder de ellas, como corresponda.

Fractales de la convivencia

Al prestar atención a cuanto se dice por ahí, es llamativa una contraposición que saca a relucir muchas deficiencias subyacentes. Me refiero a esa rotundidad que intenta suplir la falta de buenos argumentos, como si el tono de los pronunciamientos realzara la consistencia de las propuestas.

Todo está hecho de pequeñas cosas

Cada despertar es el inicio de un principiante recomenzar, de una nueva vida que se hace a través de pequeñas acciones conjuntas, eso sí, con grandes sueños siempre. Luego hay que procurar no endiosarse, para ello la aureola hemos de beberla en ínfimas dosis, para no caer en absurdos embobamientos o en sobredosis de soberbia.

Huidas inquietantes

Por regla general, recorremos unos trayectos curiosos en las diferentes edades y situaciones. Los matices abundan, con rasgos de intensidad desiguales, sin que los ritmos comunitarios o personales se mantengan inmutables; con numerosas modificaciones en cuanto a las metas proyectadas.

Una ética racional; en todas las dimensiones de solsticio y equinoccio

La vida por sí misma está cuajada de dimensiones, tanto cósmicas como históricas, que nos encienden el soplo creativo, ante el cúmulo de realidades sorprendentes y el conjunto de fisonomías distintivas, anímicas y materiales, intelectuales y afectivas, que caracterizan a una sociedad y que abarca, los diversos cultivos, ya sea de la ciencia, el arte o las letras, las tradiciones, creencias, principios y valores.

El presente nos cuestiona cada día

Todos tenemos tras de sí una historia que no se contempla, sino que se vive realizándola cada cual consigo mismo, con un ojo puesto en el pasado y otro en el futuro, para tener siempre las manos en el presente, que es nuestro y de nadie más, el cual también nos interroga cada aurora.

Prestancia de los contrastes

En la maravillosa diversidad que nos constituye, hemos de añadir el conglomerado de los sentires y actuaciones de los humanos. Si esto nos provoca algún incordio por desaveniencias, convendremos en su oportunidad; quién sabe a dónde nos conduciría el aburrimiento con su aplanamiento progresivo.

Ser más poesía, para ser más poetas

Dejémonos estimular por los signos del verso, activemos la voluntad y la mente para repoblar el planeta de menos poder y más poesía, para que en las noches oscuras puedan sobrellevarse las diversas sintonías de andares, con activos sueños colectivos, renunciando a los intereses personales.

Vida encriptada

Hablar es fácil, hacerlo con algo de sustancia es algo más complicado. No digamos, si pretendemos catalogar la realidad, lo virtual, ficciones, o las peculiares perspectivas de los individuos. Al intentarlo, penetramos en sectores resbaladizos, donde la precisión de las definiciones se derrite al menor contacto. La espontaneidad se dispersa sin control.

La inocuidad de los alimentos: un asunto de todos en un mundo global

Aquí nadie se libra de la batalla del buen hacer y mejor obrar de los productos alimenticios, tanto si cultivas, transportas, almacenas, distribuyes, vendes, sirves o incluso como mero consumidor; absolutamente todos tenemos un rol significativo que desempeñar, al menos para mantenerlos en buen estado. Ojalá fuésemos más responsables al respecto.

Modos y maneras

Las especulaciones del pensamiento, sean de gente común o de egregios pensadores, cotizan a la baja frente a los requerimientos prácticos; generan una serie de abstracciones teóricas, difíciles de amoldar en la encarnadura de lo que son el ser humano concreto, el individuo, y el sujeto colectivo.

​En un mundo de contrariedades, hace falta una lluvia de buenos deseos

Necesitamos vencer a la desconfianza con una lluvia de buenos deseos, que son los que nos hacen florecer por dentro y por fuera. También los caminos existenciales deben desarrollarse, poniéndonos en movimiento para injertarnos savia. Nuestro tránsito es para transformarnos, para que se abran en nuestra vida los caminos del verso, como aliento y continuidad.

Información, sin formación de escucha, es pasarse de listo

Nuestro cerebro está colapsado, ya no sólo por el aluvión de sometimientos y humillaciones, también por un sobrepeso de embustes noticiables, que nos dejan sin tiempo para escucharnos a nosotros mismos y entrar en sintonía con el espíritu meditativo. No solemos tener tiempo para nada, porque nos hemos habituado a malgastarlo en necedades, hasta envolvernos en una realidad intolerable.

Trazos sueltos inseparables

En la vida, los aires soplan revueltos, se notan desde todos los ángulos, y cuando no se notan, ni se sabe de sus derroteros ocultos. Por eso, las explicaciones solicitadas en cada evento suenan a componendas de poca consistencia. Y en esto viene el primer trazo del comentario de hoy. Si algo destaca de manera habitual es la notoria incapacidad de decir lo que no se sabe.

Nueva época asociativa

A nadie le es lícito permanecer ocioso e indiferente, que lo sepamos. Todos tenemos una tarea que realizar, un quehacer como misión colectiva. El mundo necesita hermanarse, romper fronteras y no vínculos, que son signos evidentes de una pertenencia que marca la vida. El presente lo llevamos a término conjuntamente.

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