| ||||||||||||||||||||||
Hoy, precisamente, día 10 de noviembre, en nuestro país se estarán celebrando unos nuevos comicios en los que, con toda probabilidad, se va a decidir el futuro de nuestro país que, según hacia donde se decante el sentido de los votos de los españoles, puede dar un giro significativo y, evidentemente, trascendental a lo que podría ser el destino España y de todos los españoles en los próximos años.
En un plis plas, señores, nos volveremos a encontrar ante las urnas para cumplir con nuestro “deber de ciudadanos”, ya convertido en algo habitual gracias a la incompetencia de nuestros políticos, incapaces de ponerse de acuerdo; evidentemente condicionados por sus egoísmos personales y de partido.
El reconocimiento de que sólo se puede hacer lo que sea posible, de que muchas de las reivindicaciones de los ciudadanos son imposibles de asumir y que, por mucho que pueda parecer imposible el llevar a cabo una política de contención del gasto, de moderación de los salarios, de reducción de impuestos y de liberalización de la economía y supresión de impedimentos burocráticos; aunque en un principio puedan parecer incómodos, antisociales o de signo capitalista, el tiempo se encarga de demostrar que en mantenimiento de una política pública sobria, posibilista, disciplinada y realista es la mejor forma de conducir a una nación hacia un futuro en el que se puedan consolidar los avances que, algunos insensatos, piensan que se pueden conseguir con revoluciones callejeras o implantando regímenes autoritarios que siempre, la experiencia lo confirma, han concluido con pueblos sometidos a los caprichos de las tiranías totalitarias.En España, por increíble que pueda parecer, las campañas electorales se han convertido en el “pan nuestro de cada día” debido a que, con suele suceder cada vez que parece que estamos llegando a una fase de prosperidad, parece que hay sectores de nuestros conciudadanos que no se encuentran a gusto viviendo en paz, concordia y buenas sensaciones con el resto y prefieren organizar disputas, atacar a sus vecinos, protestar por el simple gusto de incordiar, convertir las calles en foros públicos con la pretensión de suplir, contradecir, descargar de contenido y desacreditar la función de nuestras instituciones democráticas, con la pérfida intención de desprestigiar nuestra democracia, negando su existencia y pretendiendo suplirla por los reinos de taifas modernos, basados en soberanismos localistas, aspiración máxima de los grupos separatistas que podría calificarse como un animus dividendo de la nación española que, a muchos españoles, nos llega a parecer como una especie de conspiración de las izquierdas, encaminada a acabar con la nación española mediante un despiece sistemático de la misma.Y es que, señores, cuando un político, pongamos por caso el líder socialista Pedro Sánchez, se erige en experto como conductor de una nación, cuando en el poco tiempo que lleva al frente del país no ha hecho otra cosa que hablar, repetir una y otra vez que es el más adecuado para llevar adelante el país y, lo único que aporta para demostrar su capacidad de hacerlo son 137 puntos, la mayoría de los cuales comporta aumento del gasto público, cuando ya sabemos que, desde Bruselas, nos han tirado de las orejas calificando los presupuestos últimos, para el 2020, presentados por los socialistas ante la CE, se han considerado como irreales e imposibles de conseguir encontrando un desfase cercano a los 6.000 millones de euros que los socialistas pretenden justificar argumentando que, cuando se aumente la carga impositiva de los españoles, será cuando cuadren de verdad.
Así, mientras el señor Pedro Sánchez, presidente en funciones del Gobierno, parece que sigue buscando el apoyo del independentismo catalán, por lo que se ve obligado, a pesar de sus bravatas, a mantener una actitud contemplativa mientras el soberanismo catalán hace todo lo que está en su mano para obligar a España a volver a aplicar el 155 algo que, por supuesto, no entra dentro de los planes de los socialistas, a pocos días de las elecciones y temerosos de que, a pesar de que el señor Tezanos, presidente del CIS, conocido miembro del partido, dispuesto a hacer todo lo que esté en su mano, que por cierto es mucho, para favorecer a los suyos, publicando encuestas que, a juicio de muchos de los que se dedican a estudios estadísticos de intención de voto, da la sensación de que está intentando que sus pronósticos sirvan para desanimar a sus contrincantes electorales y a que, aquellos votantes indecisos se dejen convencer de que es inútil votar al resto de partidos porque el PSOE “no va a tener rival” en los resultados del próximo 10 de noviembre.Jugada la carta de la exhumación de Franco, un arrastre que quizá tenga dos efectos contrarios, según se trate de votantes de izquierdas o de derechas, a los socialistas parece que se les están agotando la lista de martingalas para inclinar el voto de los españoles cuando, por el contrario, se van confirmando los avisos de que estamos llegando a un estancamiento de la economía que, algunos economistas, ya están presentando como lo que puede ser el anuncio de una nueva crisis que pudiera afectar especialmente, a la vieja Europa, que no olvidemos sigue luchando contra los efectos del brexit británico, un tema que, por mucho que se intenta cerrarlo cuanto antes, no parece que, de momento, su solución esté próxima si hemos de atenernos a los continuas prórrogas que se están produciendo para evitar una ruptura sin acuerdo pero que, sin embargo, mantiene a toda la CE en una situación de stand by que, a la vista está, en nada favorece a la economía europea y mucho menos a la nuestra, que ya da claras señales de cansancio, indicios que ya se están notando en la contratación de personal que, cada mes que pasa, da muestras de ir dando mayores muestras de ir disminuyendo.Lo que es evidente es que el hecho innegable de que, desde el gobierno, se vaya consintiendo que los alborotos, la alteración de la vida de los barceloneses, los cortes de calles, las huelgas políticas protagonizadas por chavales muy jóvenes pero con la capacidad de alterar nuestro sistema universitario y lo que, todavía, resulta más incomprensible que los rectores de 5 universidades catalanas, incluida la Pompeu y Fabra, se hayan dejado chantajear ( si no que, incluso, hayan fomentado la inasistencia de los universitarios a las clases) permitiendo que, durante días, la universidad haya permanecido cerrada a causa de que grupos de terroristas universitarios se hayan dedicado a impedir, al resto de estudiantes que querían asistir a las clases, la entrada en el espacio universitario.
Durante mucho tiempo los separatistas y soberanistas catalanes han pretendido presentar sus intentos de conseguir la independencia, desde el punto de vista de reclamaciones basadas en la voluntad mayoritaria de un pueblo pacífico, víctima de la injusticia del resto de los españoles, que daba a España más de lo que venía recibiendo de ella y maltratado por los distintos gobiernos de la democracia.
Sin duda, él fue uno de los que insistió más en que el 155 tuviese una duración excesivamente corta, tanto que, en lugar de servir para desmontar el intento de los separatistas de avanzar en su movimiento hacia la independencia de Cataluña, apenas valió para que, unos cuantos de sus máximos responsables acabaran con sus huesos en las cárceles, acusados de haber intentado celebrar un referéndum ilegal para conseguir que, los catalanes, manifestaran a través de las urnas si estaban a favor o en contra de seguir permaneciendo en España como ciudadanos españoles o bien aspiraban a separarse de ella.Desde el punto de vista de los intereses de la nación española, seguramente Iceta puede considerarse uno de los políticos que con sus intrigas, sus influencias, sus manejos y sus intervenciones, más han perjudicado a España, más oportunidades ha conseguido que se les dieran a las aspiraciones separatistas de auto independencia y más triquiñuelas haya utilizado para que, Sánchez, durante los meses que ha conseguido instalarse en el gobierno de la nación, haya tolerado, soportado, consentido, disculpado y frenado la acción de la Justicia y de los cuerpos policiales, para evitar que el peso de la Ley cayera sobre todos estos dirigentes catalanes que, no contentos con declarar sus intentos de seguir reclamando el referéndum de autodeterminación, han dado muestras de no importarles infringir las leyes estatales y desobedecer a los tribunales de justicia, amén de aprobar en el Parlamento de Cataluña acuerdos contrarios a la Constitución y cuestiones que no entran dentro de las funciones que les fueron conferidas por la Ley.Bajo su apariencia de muñeco saltarín se esconde una persona capaz de maquinar acuerdos secretos, forzar cambios de política en el mismo PSOE y utilizar al mismísimo Sánchez como instrumento para que, incluso en los casos en los que la postura de Torra y sus secuaces o del mismo Puigdemont, hayan elevado el listón del desafío soberanista en contra del Estado español; lo haya utilizado para conseguir evitar que, el Gobierno, llegase a tomar represalias, ordenar detenciones o forzar dimisiones si, con ello, su situación en Cataluña se reforzaba, sacaba algún beneficio o servía para fortalecer su liderazgo en el PSC, aunque con su intervención dejase a las autoridades españolas en el más completo ridículo, desprestigiada y menospreciada nuestra propia Constitución.Su función de Rasputín del señor Pedro Sánchez (puede que sea una de las personas de su partido que más consigue influir sobre él) le ha situado en una posición privilegiada, sabiendo que Cataluña a la hora de las votaciones es una buena reserva de votos para el PSOE, aunque sea a través del partido gemelo, el PSC. Es posible que, en estos momentos en los que Sánchez si se decanta mucho a favor del independentismo catalán y vasco, puede que salga perjudicado ya que, en el resto de España, esta postura de tolerancia con las aspiraciones independentistas catalanas no le favorece entre su propio electorado, el señor Miguel Iceta deba de permanecer en un segundo plano, si es posible sin destacarse demasiado y evitando poner en apuros a un aspirante a gobernar España, como es el señor Pedro Sánchez que, desde hace unos meses, quiere dar a los votantes la imagen de ser un gran estadista que, no obstante, no deja de repetir cientos de veces su intención de instalar en nuestra patria un “gobierno progresista” que, para su modo de ver va a ser capaz del milagro de la multiplicación de los panes y los peces ya que promete dinero, ayudas, mejoras sociales, aumentos de pensiones, más trabajo y un salario base para todos los españoles, cuando tenemos los PGE congelados, nuestra deuda pública está ya al 99% del PIB y el déficit público del Estado y de las autonomías sigue aumentando pese a las promesas que el señor Presidente en funciones les hizo a la UE de que se mantendría los porcentajes que prometieron no sobrepasar en esta capítulo.
No sabemos cuáles fueron las intenciones del señor Pedro Sánchez, el actual presidente en funciones del gobierno de la nación española, cuando provocó la ruptura drástica con el partido comunista -con sus continuas negativas a aceptar las ofertas, cada vez más humillantes para el señor Pablo Iglesias, de Podemos – cuando, durante meses lo había considerado su aliado preferido para formar un coalición que le permitiera gobernar el país.
Durante una noche de un 6 de octubre de hace 89 años, mi madre decidió contribuir con un ciudadano más al censo electoral de la nación española, al menos en calidad de aspirante. En muchas ocasiones me he preguntado, lo que hubiera hecho si, en aquellos momentos de neonato, hubiera podido tener la visión de lo que me esperaba vivir durante tantos años, algo que, por cierto, nunca pensé llegar a alcanzar.
En ocasiones se puede llegar a un punto en el que reclamaciones sobre temas determinados, por su carencia de fundamentos, por el emperramiento de sus autores en sostener posturas irresponsables, por lo disparatado de su formulación y por la misma ilegalidad que entrañan; pueden llegar a convertirse, cuando sus responsables se empecinan en insistir en ellas, en pasar de ser temas menores a asuntos incómodos y, de éstos, a motivos de rechazo y reprobación.
Cuando se producen sucesos de una magnitud política tan grave, como los que han tenido lugar en el Parlament catalán en estos últimos días, inquieta a los ciudadanos que, el Gobierno de la nación española, se limite a pronunciar frases como la del señor Grande Marlaska, ministro de Interior, expresando “preocupación” a causa de que, la máxima autoridad del Estado en Cataluña, se dedique a poner en cuestión la detención de presuntos terroristas, pida la amnistía para los presos os en el TS y siga en sus trece en cuanto a los intentos de seguir promocionando, desde su puesto de Presidente de la Generalitat, el intento de conseguir la separación de Cataluña de España.Resulta una muestra más de esta propaganda en la que han convertido toda la acción de gobierno de los señores ministros del señor Pedro Sánchez, especialmente centrada en la señora Isabel Celaá, esta especie de iceberg que actúa como portavoz del Gobierno, incapaz de mover más que aquellos músculos de su rostro imprescindibles para poder mover los labios, con toda seguridad para que nadie pudiera deducir, de su pétrea facies, los esfuerzos que debe hacer para intentar dar verosimilitud a las palabras con las que intenta engañarnos a todos.En realidad se trata poco menos que de una locura, una imprudencia que puede dar lugar a graves problemas en relación con la integridad de la nación española o, incluso, una seria negligencia por parte del actual gobierno socialista en funciones, el dejar que lo que está sucediendo en Cataluña, los delicados sucesos que se están produciendo en el Parlamento catalán, precisamente a causa de los desafíos del señor Torra, máxima autoridad del Gobierno de España en Cataluña, en público, en la propia sede del Parlamento catalán y sin la más mínima contención, con la desfachatez de aquel que se siente seguro de que no le va a pasar nada, sigue pronunciando sus catilinarias cargadas de odio y en pro de la tolerancia y “comprensión” con los 7 terroristas que fueron puestos a disposición de los tribunales, cuando se estaban preparando para emprender acciones de tipo violento, con peligro para las personas y los bienes públicos.
Será porque pertenezco a aquella lejana generación de los niños de la Guerra Civil o, acaso, porque no me encuentro cómodo en este siglo XXI, un siglo de cambios profundos, de doctrinarios, de relativismo y de rechazos a nuestras tradiciones, costumbres, hermanamientos, solidaridad nacional y de regreso al oscurantismo de los que pretenden imponer lo que piensan.
No siempre se puede estar inspirado ni tampoco alertado ante la posibilidad inconsciente de cometer una equivocación. Seguramente en estos momentos el señor Pedro Sánchez, el actual presidente en funciones y líder del PSOE, se debe de estar arrepintiendo de haber cometido una de sus pocas licencias verbales.
Últimamente parece que también ha entrado en el club de los que no soportan a Leticia S.M Juan Carlos I, que parece que ya se ha manifestado en varias ocasiones contrario al comportamiento de la actual reina de España.Pero ha sucedido, recientemente, un hecho que estimamos de suma gravedad y que demuestra el grado de autosuficiencia, engolamiento, fatuidad y engreimiento de Leticia que no ha tenido inconveniente en demostrar, en público y ante una multitud de personas, su incontinencia verbal, su abuso de autoridad, su falta de respeto por sus subordinados y su nulo autodominio al no saber reprimir su cólera ante una situación en la que la única culpable era ella misma, al caminar sin mirar por donde pisaba lo que motivó que tropezara y estuviera a punto de caer, aunque no llegó a tocar el suelo con su pérdida de equilibrio.
Es evidente que ninguno de los partidos políticos, con excepción de Ciudadanos del señor Albert Rivera y, con menos convencimiento e intensidad, el PP del señor Casado.
Hace unos años, a finales de la década de los sesenta, se produjo en los EE.UU un movimiento juvenil que demostraba su rechazo hacia la sociedad de entonces.
¿Cómo es posible que todas estas señoras, presuntamente perjudicadas, se animen a denunciar supuestas acosos sexuales o violaciones cuando ya han pasado los años, en algunos casos 30, y no lo hagan cuando los supuestos hechos delictivos tuvieron lugar?
Y una de estas facultades, quizá de las más importantes y satisfactorias de las que puede gozar una persona es, sin duda, la de tener una buena memoria que te ayude a revivir momentos de la vida que te ayudan a recordar episodios de una cierta relevancia de aquel pasado, ya lejano, de tus años de juventud y quizá, de ellos, los que más te hayan impactado sean los de tus relaciones con tus padres, familiares y amistades que ya nos abandonaron, aquellos éxitos que te acompañaron y aquellas circunstancias curiosas, divertidas o perturbadoras por las que tuviste que pasar; porque todos los recuerdos que, unidos a las fotografías, efemérides y remembranzas nostálgicas, forman parte de la biografía de cada persona, una suerte de recordatorio que, a medida que uno envejece gusta más de acudir a consultarlo.Sin embargo, se debe admitir que, por regla general salvo excepcionales singularidades, a medida que se van cumpliendo años y se llega a aquella parte de la vida en la que ya no se habla del futuro, se prescinde de formalidades, resulta imposible entender cómo piensa y se comporta la juventud que nos rodea y nos resulta inalcanzable seguir el ritmo que nos impone la aparición de nuevas tecnologías, por mucho que intentemos competir con estos niños de pocos años que, en su niñez, son capaces de asimilarlas sin la menor dificultad, dejándonos en ridículo y, por qué no decirlo, acomplejados al vernos superados por estos pequeños enanos sabihondos.
Pocas veces se ha producido, en un país, una degradación tan precipitada como la que ha conseguido que padezca la ciudad catalana de Barcelona, su actual alcaldesa, desde que ella conquistó el apoyo de una parte de la ciudadanía catalana que, evidentemente, escogió el peor representante que pudiera haber elegido para gobernar, desde su ayuntamiento, la capital de Cataluña.
En ocasiones es difícil hacerse una idea cabal de aquello que se nos vende como altruista, justiciero, caritativo o deseable cuando, todo aquel entorno en el que se desarrolla la operación con la que se pretende justificar una cierta actuación, aparentemente inobjetable desde el punto de vista ético y del sentimiento de las personas.
Estamos viendo como todo aquel mundo en el que creímos encontrarnos a salvo de los odios, los rencores, los peligros de los que nos libró, la guerra civil de 1936, de pasar a formar parte del imperio comunista de la URRS; el desorden, la falta de seguridad, la vuelta a las obsoletas doctrinas igualitarias, la laicidad y el peligro, que ya se ve cada día como más cercano y que, esta vuelta de tuerca hacia la izquierda política, va a coincidir con un nuevo periodo de estancamiento económico, cuando no de recesión, que posiblemente va a coincidir con los proyectos de aumentar desaforadamente el gasto público, para lo cual va a tener necesidad de apelar al aumento de impuestos, algo que nos han venido anunciando los actuales miembros del gobierno provisional y que, con toda certeza, cuando llegue el nuevo gobierno socialistas, no se sabe si en coalición con Podemos, con un acuerdo programático con ellos o bien en minoría, pero con acuerdos puntuales con aquellos mismos partidos que le permitieron presentar y ganar la moción de censura contra el señor Rajoy.Lo cierto es que, para consternación de las personas de paz, para alarma de los que nos vemos venir un cambio de régimen hacia un sistema autoritario o para temor de los que ven la repercusión que en nuestra economía que, hasta ahora, ha venido capeando los problemas políticos por los que pasa nuestra nación, como si estuviera viviendo en un mundo aparte empeñado en querer negar que, el desbarajuste que están armando los que dirigen nuestra política y el nuevo rumbo hacia un futuro incierto que los españoles, a través de los resultados de las urnas, parece que han querido que se diese, posiblemente nos va a conducir a una situación extremadamente comprometida.
|