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Rafael Pérez Ortolá
Disyuntivas
Rafael Pérez Ortolá
​Se haga uso de ella o no, en mayor medida o sólo de manera eventual según los arrestos individuales; esa potencialidad racional nos define

Se haga uso de ella o no, en mayor medida o sólo de manera eventual según los arrestos individuales; esa potencialidad racional nos define, es un activo de encendido variable para los seres humanos. Lejos de tratarse de una entidad con dimensiones fijas, la razón es susceptible de manifestarse a través de manifestaciones inesperadas, cuyas intensidades escapan a la perspicacia de los individuos. 

Desdeñar las principales cualidades humanas, nos conduce al desvarío

Es evidente que cuando a pleno sol europeo del siglo XXI surgen brotes racistas escandalosos, cuando buen número de gente se llena hasta las cartolas de tóxicos, los más jóvenes se sienten embravecidos y engullidos a la vez con acosos descontrolados y las variadas algaradas avasallan diversos sectores ante la pasividad comunitaria; si todo esto, no sólo ocurre, sino que predomina, las alarmas debieran sonar con furor ante unos fenómenos bien visibles.

​Cuando valoramos conceptos importantes u organizaciones, cometemos con frecuencia deslices desorientadores, al no situar a cada uno de sus elementos en el lugar adecuado

Cuando valoramos conceptos importantes u organizaciones, cometemos con frecuencia deslices desorientadores, al no situar a cada uno de sus elementos en el lugar adecuado. Sobre todo por detenernos en la visión de conjunto, desdeñando los pormenores de cada caso. Entramos en una especie de surrealismo, agrandamos la presencia rumbosa de las entidades y al tiempo, aminoramos el testimonio de las figuras humanas concretas.

El atropello oscurantista nos envilece

En cualquier época de la Historia, esa que nos incluye a todos, las incógnitas han sido abrumadoras, a pesar de los descubrimientos sucesivos, mantuvieron la supremacía. Los conocimientos nunca se acercaron a la meta final; cada nuevo dato, cada hallazgo, sacó a relucir una gran cantidad de interrogantes novedosos.

Ya no nos conformamos con los molinos de viento quijotescos para centrarnos en las figuras grotescas de mal fario; hemos progresado en este sentido para pergeñar peligrosas monstruosidades auténticas. El delirio acrecentó las dimensiones perversas de los entes creados, con innumerables garfios acechantes en los diferentes sectores de la actividad comunitaria, económica, política, tendencias educativas o formatos convivenciales.

Saber, saber, viene a constituirse como un decir atolondrado con fuerte tendencia a la exageración. Su consistencia está sometida a un sinfín de matices relacionados con causas y efectos, en consonancia con las aplicaciones prácticas de los conocimientos.

Una de las características modelada por el ángulo es su apertura, sus lados delimitan el grado de su amplitud con el fondo ilimitado. Al hablar de mirar las cosas, está clara la importancia de la dirección establecida y nuestra capacidad de colocarle obstáculos, somo agentes activos. 

La complejidad de los asuntos cotidianos se nutre de la incertidumbre por los conocimientos incompletos y de la multiplicidad de versiones descontroladas. Ambas facetas tienen trazas de no modificarse, el barullo consiguiente tampoco augura planteamientos consistentes.

A la hora de prestar atención, las actitudes extremas son poco eficaces. Por abajo, ni siquiera se inicia el proceso, y por arriba, la excesiva intensidad se torna obsesiva, es acaparadora, y aturde. Por eso cuanto topamos con un gran relieve maravilloso, quedamos estupefactos, se agarrota nuestra capacidad de reacción.

Es curioso el contraste, entre la multitud de datos y referencias, se cita a numerosas personas por motivos muy diferentes; sin embargo, esa profusión nos deja confusos a la hora de calibrar la consistencia de la gente citada. El número de citaciones o la manera de hacerlas, suele contribuir más a la confusión que a perfilar la significancia como personas de los citados.

En cualquier actividad profesional se realizan acciones directas de su incumbencia y se derivan gran cantidad de conductas por aproximación; unas y otras, con innumerables efectos derivados, cuya valoración acabará siendo desigual. El comentario de hoy parte de las apreciaciones en torno a una obra de Knut Hamsun, Redactor Lynge. Disfrutando primero de su relectura, a pesar del tiempo transcurrido desde su edición; no deja de aportarnos cuajados matices.

Por fas o por las tribulaciones acechantes de una manera denodada, por el carácter pusilánime acentuado con cada frustración o por las poco atinadas propuestas vitales emprendidas; escuchamos esa frase tan manida de no encontrarle sentido a la vida. Dicha expresión denota una situación lamentable de por sí, pero especialmente dolorosa si prestamos atención a los sufrimientos que la acompañan.

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