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María Beatriz Muñoz Ruiz
María Beatriz Muñoz Ruiz
Creo que es más coherente ver Alicia en el país de las maravillas que el conjunto de medidas de algunos países, incluida España, con respecto al covid

En Navidad todos los políticos pueden tomar las medidas que quieran, que como son para después de las fiestas, da igual. El mundo puede venirse abajo, pero ahora estamos de fiesta, así que… ¿para qué molestarse en protestar? El problema es, que “el después” ya ha llegado, han terminado las fiestas y ahora toca volver a la normalidad, quitar el árbol de navidad, el champán, ponernos a dieta y hacer cuentas.

Crítica de la nueva temporada de la serie

Meses esperando ver la nueva temporada de Sexo en Nueva York, fantaseando con ese glamour que desprendían las cuatro amigas paseando por Manhattan y tomándose su acostumbrado Cosmopolitan. Por fin estaba delante de mi serie preferida, con una copa en la mano y dispuesta a sentirme como esas mujeres maravillosas y estupendas llenas de glamour. Pues no, en vez de eso, me doy el batacazo de realidad más deprimente que una fan de esa serie se podría haber dado jamás.

Los que deberían tener miedo de contagiarse son los que no se han puesto ninguna vacuna, ellos sí que juegan al juego del calamar cada vez que salen a la calle

Ya ha empezado el 2022 y nos estrenamos con una nueva variante del virus, no, no me refiero a Ómicron, que esa ya está pasada de moda, me refiero a una variante que acaban de descubrir que es una fiesta entre la gripe y el covid. ¡Yujuuuu! ¡Empezamos de estreno! Y aún hay gente que no se quiere poner la vacuna, yo no lo entiendo, pero tampoco entiendo a los que huyen de esa gente, ¡si los que deberían huir son ellos!

Gracias a todos los que han pasado este año por mi vida y me han aportado algo, y gracias a los que estaban y siguen estando

Dentro de poco llega un nuevo año, el 2022 está asomando ya un piececito por la puerta, y yo, sin embargo, llevo meses confundiéndome y pensando que el año que entra es el 2023. Puede que sea el estrés, las ganas de ver esta pandemia acabada… no lo sé, pero el caso es que me he comido inconscientemente un año, espero que no sea un mal presagio, porque, a pesar de no creer en el futuro, siempre tenemos esas ascuas de esperanza que nunca se apagan por muy mal que vayan las cosas.

Ya lo sabía, pero últimamente lo he confirmado, todos tenemos un precio, y yo no voy a ser menos. Esta idea surgió de una conversación que tuve anoche con un amigo, también escritor, al que le comenté la locura en que se había metido al aceptar escribir una biografía. Yo jamás acepto biografías, él lo sabe, y todo el que me conoce lo sabe, o eso creo, y si no lo saben, ya se lo digo.

Cuando dices que eres directora de una revista, todo el mundo lo ve glamuroso, excitante, e importante, pero nadie sabe lo que se cuece en la cocina, ¿queréis pasar a mi cocina? Pues adelante, pero si queréis seguir pensando que esto es como la película del Diablo se viste de Prada, no sigáis leyendo, no me gustaría enseñaros esa realidad que nadie ve.

Siempre hablo en mis escritos de olvidar el mundo real en el que vivimos, de sumergirnos en esas maravillosas historias que nos reservan los libros y dejarnos llevar a otro mundo alejado de éste, pero nunca había experimentado la sensación de lo que se siente al olvidar realmente todo, porque en realidad, lo que yo deseaba era recordar y vivir cuando lo deseara en otro universo paralelo donde todo fuera una utopía.

A veces creo que nuestras altas mentes pensantes, cuando piensan que algo es acertado porque se trata de un avance en los derechos, se hará intocable la medida adoptada, ya que sería impensable volver al pasado, correríamos el riesgo de ser llamados retrógrados machistas.

Hoy os voy a presentar a un gran escritor que, por falta de tiempo tuvo que posponer sus letras, pero a pesar de haber empezado en este mundo literario algo tarde, su trabajo es tan extenso e impecable que nadie notaría este ínfimo detalle. El éxito de sus obras no tiene secretos, ya que aquel que lea una sola de ellas, puede disfrutar de una novela entretenida, pero a su vez crítica y social. Una de esas novelas que no solo divierten, también te hacen pensar y aprender.

Después de haber visto la última temporada de La casa de papel, que, por cierto, ha sido una genialidad, he dado en Netflix con una serie que me ha llamado la atención, se llama Bonding, esta serie cuenta la vida de una chica que estudia psicología y que trabaja como dominatrix. Me ha parecido bastante divertida, entretenida, no apta para adolescentes, por supuesto, pero sí apta para mujeres a las que las cincuenta sombras de Grey no la convencieron del todo.

Durante el confinamiento hubo dos cosas que la gente echó de menos: la primera era la familia y la segunda, sin lugar a dudas, los bares. Bueno, es cierto que, para muchos, los bares ocuparían el primer lugar, pero vamos a suponer que todos amamos a nuestra familia, con sus defectos y sus virtudes, algunos con más defectos que virtudes y otros con más virtudes que defectos, pero mejor corramos un tupido velo ante esa observación.

Hace poco vi en Facebook una opción nueva que consistía en dar la oportunidad a tus amigosde hacerte cualquier pregunta. La sorpresa fue tremendamente grata, pues había preguntas muy interesantes que me encantó contestar, y, por supuesto, me gustaría compartir con los lectores. También me gustaría dar las gracias a todos los que tomaron unos minutos de su tiempo para formularme las preguntas.

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