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Llucià Pou Sabaté
Buscador de la verdad. Enamorado de la vida. Con pasión por ayudar a los demás. Con ganas de construir un mundo mejor por el amor. Nacido en Gerona (1960), estudió en las Universidades de Sevilla y Córdoba la Licenciatura en Geografía e Historia (1984), vivió en Roma 10 años donde cursó el Doctorado en Teología, y ahora vive en Granada donde hizo el máster de profesorado de Educación Secundaria, y colabora con la Universidad mientras está cursando un programa de Doctorado en filosofía. Profesor de Teología y humanidades, actualmente del Claustro de la Universidad internacional de la Rioja, ha dirigido y participado en Congresos: Simposios de Teología de la Universidad de Navarra, Sociedad Internacional Santo Tomás de Aquino (Barcelona, Roma), Universidad de Granada. Entre sus publicaciones destacan el libro de la Tesis doctoral: "La filiación divina y el obrar moral en Santo Tomás de Aquino" (2007), y las comunicaciones sobre estos temas que publicó en libros (Universidad de Navarra, Universidad de Roma, Editorial Vaticana de Roma, etc.). También tiene libros de ayuda a los demás, como "La pérdida de un ser querido", "Mi querida misa", "Carta a un cónyuge con dudas", "Jesús Maestro modelo del educador", "Esperanza y salvación", etc. Colabora con sus artículos en algunos periódicos y portales de internet, además de desarrollar una actividad de difusión en las Redes sociales. |
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En este día dedicado a san José obrero, podemos ver que es modelo para nosotros… ¿como reacciona ante la “duda” de que su esposa María esperaba un hijo? Nos dice escuetamente el Evangelio: “María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto".
El reciente movimiento liderado por Macron para incluir el aborto en la Constitución francesa y su propuesta para su inclusión en la legislación europea han avivado el debate sobre este tema sensible. A primera vista, la despenalización del aborto puede parecer un triunfo de la libertad de elección de la mujer. Sin embargo, es esencial considerar la perspectiva del ser humano no nacido, cuya vida se ve truncada en lugar de tener la oportunidad de nacer.
He visto otra vez estos días la película "La Promesa" (2016), dirigida por Terry George, y he pensado que han pasado ya 100 años del genocidio turco contra los armenios (1914-1923). En el film domina el relato de denuncia, como ha hecho el director en otras obras como el genocidio de Rwanda (película “Hotel Rwanda”). Pero también me ha emocionado el poderoso retrato de la amistad, el sacrificio y la lucha por un ideal en medio de la tragedia y el conflicto.
En la compleja danza de la vida, a menudo nos encontramos maravillados por la capacidad de regeneración y adaptación de los seres vivos. Desde la curación de una herida hasta la formación de complejos sistemas biológicos, parece que hay una inteligencia inherente que guía estos procesos. ¿Cómo explicar esta sorprendente capacidad de autoorganización y adaptación?
La política española ha sido moldeada por una Constitución que, si bien ha traído estabilidad y democracia, también ha generado críticas y desafíos. Una de las principales preocupaciones es el sistema de representación, que favorece a los partidos sobre los ciudadanos y dificulta la rendición de cuentas.
El río, antes de enfrentarse al vasto mar, siente miedo y temblores. Esto puede interpretarse como la ansiedad que sentimos al enfrentarnos a cambios significativos en nuestras vidas, cuando nos aventuramos en lo desconocido. Sin embargo, se nos invita a reflexionar sobre el viaje del río, que ha recorrido un largo y sinuoso camino a través de las montañas y selvas, enfrentando desafíos y superando obstáculos.
En medio de la vorágine de la vida moderna, donde la juventud parece ser el estándar de valor y el ascensor hacia el futuro, a menudo olvidamos el invaluable tesoro que representan nuestros ancianos. Son como pozos de sabiduría, con profundas raíces que se extienden hasta los cimientos mismos de nuestra existencia. Sin embargo, en muchas ocasiones, son tratados como meros objetos de contemplación, relegados al olvido y abandonados a su suerte.
En las páginas de la vida, a menudo nos encontramos con momentos de soledad, confusión y desesperación. Pero en esos momentos oscuros, podemos recordar las palabras de Jesús y encontrar consuelo en su promesa de estar siempre a nuestro lado, llevándonos en sus brazos cuando más lo necesitamos.
El sufrimiento, un fenómeno omnipresente en la experiencia humana, ha sido objeto de reflexión y análisis por parte de diversas tradiciones religiosas a lo largo de la historia. En este artículo, exploraremos las perspectivas budista y cristiana sobre el sufrimiento, centrándonos en sus diferencias fundamentales y en cómo abordan el sentido y la aceptación del dolor humano.
Empezamos el 20 aniversario del traspaso de Juan Pablo II. El pasado 2 de abril hizo 19 años de su muerte, aquel día caía en la víspera de la fiesta de la divina misericordia (del próximo domingo, al término de la Octava de Pascua). El papa Wojtyla proclamó esta fiesta, de algún modo resumiendo su pontificado, como tenía preparado decir aquel día en cuya víspera murió.
Parece que hoy día no se entiende la idea de sacrifico, pero es interesante observar cómo ciertos temas, como el sacrificio y la redención, persisten en el inconsciente colectivo a través de diversas expresiones culturales, incluso en contextos donde su comprensión directa puede parecer menos evidente.
Leí hace tiempo de una niña llamada Liz. Sufría una extraña enfermedad; la única posibilidad de recuperarse era recibir una transfusión de sangre de su hermano de 5 años, que había sobrevivido milagrosamente a esa extraña dolencia y que había desarrollado los anticuerpos necesarios para combatirla. El doctor explicó la situación al hermanito, y le preguntó si estaría dispuesto a dar su sangre a la hermana. Él dudó un poco, y respondió "si, lo haré si esto salva a Liz".
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