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La Unión Europea ha salido en defensa de los derechos y libertades de quienes viven en Cataluña y defienden una educación en castellano. El informe de los diputados europeos que visitaron esa Comunidad Autónoma en diciembre concluye que el sistema educativo debe dar el mismo trato tanto al castellano como al catalán, como lenguas vehiculares de la enseñanza.
Constatan, además, que esto no lo garantiza el actual modelo impuesto por la Generalitat y que, incluso, no se está cumpliendo la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que obliga a ofrecer el 25% de la enseñanza en la lengua elegida. Los eurodiputados reclaman al gobierno español que vigile si en Cataluña se da un tratamiento equilibrado a las lenguas cooficiales y demandan a la Comisión Europea que siga de cerca la forma en la que se establece en Cataluña el respeto a la diversidad lingüística.
Tal y como Vd, me ha pedido, Sr Sánchez, me he tomado un poco de tiempo para leer (no solo una vez), el contenido de la carta pública que nos ha enviado a todos los españoles el pasado miércoles. Le confieso que más que su contenido, nada atractivo desde el punto de vista literario y de escaso valor político, me interesaba conocer las razones de su insólita decisión de trasladar a los españoles sus dudas existenciales sobre su futuro personal y político.
Con motivo de los feroces ajustes en la economía argentina, una conocida me confesó la otra tarde, muy triste, que no podría viajar a Europa quizá nunca más. Enseguida pensé que personas como ella sólo sufren las consecuencias de su ideología (o de la adoptada por algún sofisma en las campañas electorales de la época), cuando ven tocado su bolsillo.
La campaña de descrédito contra la buena imagen y el honor del presidente del gobierno se ha desatado, de una forma virulenta, estos últimos días y semanas. Parece que se quiere lograr mediante descalificaciones el acoso y derribo de Pedro Sánchez. Según distintos medios de comunicación el inicio de una investigación judicial contra la esposa de Sánchez es un disparate, ya que no existen indicios suficientes para la misma.
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