Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Guerra | Paraguay | Bolivia | che | Histórico
En su edición del 6 de febrero de 1935, el diario Nueva Época de Salta advertía que la amenaza paraguaya de tomar la ciudad boliviana de Villamontes era cada vez más inmediata y real

De la guerra del Chaco a la guerrilla del Che

|

En su edición del 6 de febrero de 1935, el diario Nueva Época de Salta advertía que la amenaza paraguaya de tomar la ciudad boliviana de Villamontes, era cada vez más inmediata y real. En esa misma fecha los paraguayos atacaron Ñaincoranza, dentro de las serranías del Aguaragüe, hasta donde habían llegado tras una larga y costosa ofensiva.


Estas sierras se suponía eran un excelente obstáculo para detener a un ejército que intentaba avanzar hacia el oeste.


Presionados desde el norte y sureste, los bolivianos tuvieron que abandonar también Boyuibé. Los paraguayos seguían logrando así gran impacto publicitario y moral, con acciones dirigidas a objetivos pequeños, pero que iban complicando la situación de Villa Montes.


Las maniobras paraguayas preocupaban a la prensa de la colindante provincia argentina de Salta, poniendo en peligro la zona petrolífera boliviana hacia el oeste y Santa Cruz de la Sierra hacia el norte.


El general boliviano Quintanilla había enviado un regimiento cuya misión específica era custodiar las instalaciones petrolíferas que la Standard Oil poseía en la zona de Camiri, que se consideraba uno de los objetivos del ataque paraguayo.


Al día siguiente, el 7 de febrero de 1935, tres regimientos paraguayos sorprendieron a los bolivianos en su retaguardia, penetrando en las sierras por una senda no custodiada hasta alcanzar Ñaincoranza.


El regimiento de infantería boliviano Manchego, perdió en la acción todo su parque de municiones y su equipo sanitario. El movimiento de cerco cortó además la senda de comunicación con Ipatí.


Alarmado, el general Quintanilla envió apresuradamente una numerosa y poderosa fuerza, con la misión de detener la incursión paraguaya en la retaguardia del regimiento boliviano y lanzar sobre la misma un ataque desde dos frentes. Esta acción permitió al maltrecho regimiento Manchego huir aunque con grandes pérdidas.


Décadas más tarde, la memoria de estos combates sería explotada por el ejército boliviano cuando el Che Guevara eligió aquellos parajes en su aventura boliviana, y Camiri acaparó la atención mundial con el juicio a Regis Debray y Ciro Bustos.


Según Pacho O'Donell, parte de la propaganda del ejército boliviano contra la guerrilla, era decirle a los campesinos de la zona que el Che y sus seguidores eran paraguayos que regresaban para arrebatarles sus tierras. Total, qué sabían aquellos nativos.

De la guerra del Chaco a la guerrilla del Che

En su edición del 6 de febrero de 1935, el diario Nueva Época de Salta advertía que la amenaza paraguaya de tomar la ciudad boliviana de Villamontes era cada vez más inmediata y real
Luis Agüero Wagner
martes, 6 de febrero de 2024, 10:11 h (CET)

En su edición del 6 de febrero de 1935, el diario Nueva Época de Salta advertía que la amenaza paraguaya de tomar la ciudad boliviana de Villamontes, era cada vez más inmediata y real. En esa misma fecha los paraguayos atacaron Ñaincoranza, dentro de las serranías del Aguaragüe, hasta donde habían llegado tras una larga y costosa ofensiva.


Estas sierras se suponía eran un excelente obstáculo para detener a un ejército que intentaba avanzar hacia el oeste.


Presionados desde el norte y sureste, los bolivianos tuvieron que abandonar también Boyuibé. Los paraguayos seguían logrando así gran impacto publicitario y moral, con acciones dirigidas a objetivos pequeños, pero que iban complicando la situación de Villa Montes.


Las maniobras paraguayas preocupaban a la prensa de la colindante provincia argentina de Salta, poniendo en peligro la zona petrolífera boliviana hacia el oeste y Santa Cruz de la Sierra hacia el norte.


El general boliviano Quintanilla había enviado un regimiento cuya misión específica era custodiar las instalaciones petrolíferas que la Standard Oil poseía en la zona de Camiri, que se consideraba uno de los objetivos del ataque paraguayo.


Al día siguiente, el 7 de febrero de 1935, tres regimientos paraguayos sorprendieron a los bolivianos en su retaguardia, penetrando en las sierras por una senda no custodiada hasta alcanzar Ñaincoranza.


El regimiento de infantería boliviano Manchego, perdió en la acción todo su parque de municiones y su equipo sanitario. El movimiento de cerco cortó además la senda de comunicación con Ipatí.


Alarmado, el general Quintanilla envió apresuradamente una numerosa y poderosa fuerza, con la misión de detener la incursión paraguaya en la retaguardia del regimiento boliviano y lanzar sobre la misma un ataque desde dos frentes. Esta acción permitió al maltrecho regimiento Manchego huir aunque con grandes pérdidas.


Décadas más tarde, la memoria de estos combates sería explotada por el ejército boliviano cuando el Che Guevara eligió aquellos parajes en su aventura boliviana, y Camiri acaparó la atención mundial con el juicio a Regis Debray y Ciro Bustos.


Según Pacho O'Donell, parte de la propaganda del ejército boliviano contra la guerrilla, era decirle a los campesinos de la zona que el Che y sus seguidores eran paraguayos que regresaban para arrebatarles sus tierras. Total, qué sabían aquellos nativos.

Noticias relacionadas

En titulares -de lo particular a lo universal- por si les da pereza leerlo entero. Un fondo buitre expulsa a los vecinos de toda la vida de un barrio de Madrid, mediante proceso de apropiación. El 45% de los hogares en alquiler están empobrecidos. La juventud no puede tener vivienda, aunque trabaje. Si alquilas, no puedes comprar. Los jóvenes -ahora- no pueden ahorrar. La solución -con voluntad política- es crear un parque público de viviendas en alquiler.

Trece años hace del 15M, cuando espontáneamente grupos de personas acamparon en plazas en la mayoría de las ciudades de España. Fue un movimiento pacífico reclamando mejoras en todos los aspectos sociales para la población. Mejoras que, trece años después, el PSOE se está arrogando como propias.

Nuestro paso por aquí abajo, se sustenta en allanar los caminos vivientes y en facilitar pulsaciones existenciales. Todo hay que hacerlo con amor, reconociendo, respetando y apreciando a los demás. Por desgracia, aún no hemos aprendido a convivir en paz, porque nos falta cultivar los remos interiores, con la capacidad de escucha, mediante un soplo de entendimiento y de cooperación mutua.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto