| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
|
|
Pienso que si hubiera justicia serían innecesarias estas instituciones. Desgraciadamente, una gran parte de la humanidad pasa hambre. Y no es necesario desplazarse a países lejanos. Tan solo hay que mirar un poco a nuestro alrededor. Por eso tienen que estar aquí.
Un año más, me he puesto el peto y me he convertido en un “comando informativo” junto a la caja de un supermercado. A lo largo de la mañana una serena alegría te va invadiendo a medida que observas lo buena que es la gente. Ya saben que yo defiendo desde siempre que “to er mundo e güeno”. Los más recalcitrantes tan solo necesitan que le despertemos su capacidad de reaccionar positivamente. La solidaridad funciona.
Hoy he podido observar como una cajera de un supermercado invitaba a dejar “un eurillo” para alimentos a cuantos pasaban por su maquina. Y como la gran mayoría de ellos le respondían con un sí y con una sonrisa. Especialmente los más mayores. Actitudes como estas me vuelven a hacer creer en la humanidad. Con un poco de buena voluntad se consiguen solucionar un montón de problemas.
Mi buena noticia de hoy me la ha proporcionado esa cajera: Ana y esa señora mayor que se ha vuelto desde la puerta y me ha dado, mientras quería disculparse, un euro y 45 céntimos. El famoso “óbolo de la viuda”. Han hecho realidad las palabras del Evangelio: Venid benditos de mi Padre porque tuve hambre y me distéis de comer”.
A pesar de las dificultades, de los políticos y de mi dolor de espaldas… hoy me siento feliz.
Como decía la zarzuela: “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. Lo que sabíamos ayer es totalmente obsoleto hoy. Las actuales generaciones están más preparadas de lo que los mayores podemos pensar. He descubierto que, hoy en día, los niños ayudan a hacer los deberes a los abuelos.
La esperada adhesión multitudinaria e inquebrantable a la convocatoria del Comité Federal del PSOE, para adular al vanidoso Pedro Sánchez, ha resultado un rotundo fracaso que traerá consecuencias poco gratas para este cuentista. Ya me dirán si no es así, cuando ellos mismos (que multiplican siempre) dan una asistencia de 12.500 personas.
Llamada a somatén. Resonar de tambores. Algunos países europeos vuelven a implantar el servicio militar obligatorio. Desde que Adán pecó, el corazón de los hombres ha sido inoculado con el virus del odio. Caín y Abel, los dos primeros hijos de Adán y Eva, ya fueron protagonistas de una guerra fratricida.
|