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Analiza el impacto previsto del internet de las cosas, la inteligencia artificial, la informática en la nube, el 5G y los vehículos autónomos

​Un informe señala que es urgente reducir el número de dispositivos tecnológicos

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El nuevo estudio “Más allá de los números. Comprender y actuar contra las repercusiones medioambientales de las TIC” encargado por Los Verdes/ALE en el Parlamento Europeo y publicado por Transición Verde en España, pone de manifiesto el potencial riesgo medioambiental, y especialmente de incremento de emisiones, que tienen las TIC. Estos riesgos medioambientales se concretan en el análisis que hace el informe través de diferentes estudios de caso de tecnologías cada vez más cotidianas como el Internet de las cosas, el 5G, la nube o la inteligencia artificial. El informe también establece una serie de recomendaciones para que los servicios y productos digitales tengan menores impactos ambientales (recursos, emisiones de GEI, consumo, producción de residuos, ecotoxicidad, etc.), y aconseja moderar el uso de la tecnología digital.


“Que la tecnología sea positiva o negativa ante los retos a los que nos enfrentamos dependerá de su uso. ¿De verdad necesitamos un internet de las cosas que suponga 84.000 millones de dispositivos conectados a internet en 2030? ¿O una Inteligencia Artificial destinada a estimular más el consumo, en lugar de a combatir enfermedades o predecir desastres naturales? La intensificación de la digitalización en Europa necesita plantearse un análisis previo de los impactos que conlleva y una planificación de cuánta tecnología necesitamos y para qué” ha señalado Raúl Gómez, director de Transición Verde.


Uno de los elementos analizados es el llamado Internet de las cosas, del que se estima habrá 84 mil millones de dispositivos en todo el mundo para 2030. Sin embargo, el informe apunta a que esta tecnología ya está contribuyendo a poner en peligro tanto el clima, como las existencias de los recursos críticos empleados en la fabricación de tecnologías TIC y de desarrollo sostenible, tales como baterías de vehículos eléctricos o paneles fotovoltaicos.


También la llamada “nube” digital tiene graves repercusiones. El uso intensivo de recursos no renovables (metales, combustibles fósiles), así como la gran cantidad de agua que requiere la refrigeración de los servidores o el consumo de energía son algunos de los impactos más preocupantes. Por ejemplo, la Comisión de Regulación de Servicios Públicos irlandesa advirtió en 2021 que el país podría sufrir cortes de energía si no se abordaba el problema del consumo de los centros de datos.


El informe también analiza el impacto de la tecnología 5G y su influencia en el posible aumento de terminales y del tráfico de datos. La GSMA incluso predice un aumento potencial del tráfico de datos de hasta 1.000 veces.


Asimismo, el estudio profundiza en los posibles efectos rebote del uso de las tecnologías debido al comportamiento de los usuarios y a las estrategias de comercialización de los agentes económicos. Por ejemplo, se ha demostrado que los vehículos autónomos aumentan la distancia recorrida en coche y reducen la proporción de transporte público y modos de transporte lentos, lo que podría exacerbar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).


Igualmente, identifica como punto crítico el consumo de materiales y materias primas por parte de los dispositivos, en su mayoría no reciclables o cuyo reciclaje tiene un alto impacto medioambiental. La extracción y refinado de metales es la segunda actividad más contaminante de la Tierra, justo después del reciclaje de baterías de plomo. También las políticas y medidas para estimular el reciclaje y reutilización necesitan ser mucho más eficientes.


Las recomendaciones del informe apuntan a reducir la contribución de las TIC no solo al cambio climático, sino también a otros impactos ambientales como el agotamiento de los recursos, la contaminación por desechos electrónicos y los peligros derivados para la salud.


En este sentido estima que será prioritario reducir el número de dispositivos necesarios, así como agrupar los recursos (por ejemplo, en las comunidades de vecinos podría instalarse un router comunitario en lugar de uno por vivienda). Alargar la vida útil de los equipos eliminando la obsolescencia programada o de incompatibilidad y apoyar la reutilización masiva de los dispositivos son también algunas de las recomendaciones más urgentes.


Este estudio complementa el informe Tecnologías digitales en Europa: un enfoque medioambiental del ciclo de vida, cuya versión en español se presentó el pasado 19 de octubre. Ambos forman parte de la campaña Green Our Tech, desarrollada por el Grupo Parlamentario Europeo Greens/ALE.

​Un informe señala que es urgente reducir el número de dispositivos tecnológicos

Analiza el impacto previsto del internet de las cosas, la inteligencia artificial, la informática en la nube, el 5G y los vehículos autónomos
Guillermo Peris
jueves, 15 de diciembre de 2022, 10:25 h (CET)

El nuevo estudio “Más allá de los números. Comprender y actuar contra las repercusiones medioambientales de las TIC” encargado por Los Verdes/ALE en el Parlamento Europeo y publicado por Transición Verde en España, pone de manifiesto el potencial riesgo medioambiental, y especialmente de incremento de emisiones, que tienen las TIC. Estos riesgos medioambientales se concretan en el análisis que hace el informe través de diferentes estudios de caso de tecnologías cada vez más cotidianas como el Internet de las cosas, el 5G, la nube o la inteligencia artificial. El informe también establece una serie de recomendaciones para que los servicios y productos digitales tengan menores impactos ambientales (recursos, emisiones de GEI, consumo, producción de residuos, ecotoxicidad, etc.), y aconseja moderar el uso de la tecnología digital.


“Que la tecnología sea positiva o negativa ante los retos a los que nos enfrentamos dependerá de su uso. ¿De verdad necesitamos un internet de las cosas que suponga 84.000 millones de dispositivos conectados a internet en 2030? ¿O una Inteligencia Artificial destinada a estimular más el consumo, en lugar de a combatir enfermedades o predecir desastres naturales? La intensificación de la digitalización en Europa necesita plantearse un análisis previo de los impactos que conlleva y una planificación de cuánta tecnología necesitamos y para qué” ha señalado Raúl Gómez, director de Transición Verde.


Uno de los elementos analizados es el llamado Internet de las cosas, del que se estima habrá 84 mil millones de dispositivos en todo el mundo para 2030. Sin embargo, el informe apunta a que esta tecnología ya está contribuyendo a poner en peligro tanto el clima, como las existencias de los recursos críticos empleados en la fabricación de tecnologías TIC y de desarrollo sostenible, tales como baterías de vehículos eléctricos o paneles fotovoltaicos.


También la llamada “nube” digital tiene graves repercusiones. El uso intensivo de recursos no renovables (metales, combustibles fósiles), así como la gran cantidad de agua que requiere la refrigeración de los servidores o el consumo de energía son algunos de los impactos más preocupantes. Por ejemplo, la Comisión de Regulación de Servicios Públicos irlandesa advirtió en 2021 que el país podría sufrir cortes de energía si no se abordaba el problema del consumo de los centros de datos.


El informe también analiza el impacto de la tecnología 5G y su influencia en el posible aumento de terminales y del tráfico de datos. La GSMA incluso predice un aumento potencial del tráfico de datos de hasta 1.000 veces.


Asimismo, el estudio profundiza en los posibles efectos rebote del uso de las tecnologías debido al comportamiento de los usuarios y a las estrategias de comercialización de los agentes económicos. Por ejemplo, se ha demostrado que los vehículos autónomos aumentan la distancia recorrida en coche y reducen la proporción de transporte público y modos de transporte lentos, lo que podría exacerbar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).


Igualmente, identifica como punto crítico el consumo de materiales y materias primas por parte de los dispositivos, en su mayoría no reciclables o cuyo reciclaje tiene un alto impacto medioambiental. La extracción y refinado de metales es la segunda actividad más contaminante de la Tierra, justo después del reciclaje de baterías de plomo. También las políticas y medidas para estimular el reciclaje y reutilización necesitan ser mucho más eficientes.


Las recomendaciones del informe apuntan a reducir la contribución de las TIC no solo al cambio climático, sino también a otros impactos ambientales como el agotamiento de los recursos, la contaminación por desechos electrónicos y los peligros derivados para la salud.


En este sentido estima que será prioritario reducir el número de dispositivos necesarios, así como agrupar los recursos (por ejemplo, en las comunidades de vecinos podría instalarse un router comunitario en lugar de uno por vivienda). Alargar la vida útil de los equipos eliminando la obsolescencia programada o de incompatibilidad y apoyar la reutilización masiva de los dispositivos son también algunas de las recomendaciones más urgentes.


Este estudio complementa el informe Tecnologías digitales en Europa: un enfoque medioambiental del ciclo de vida, cuya versión en español se presentó el pasado 19 de octubre. Ambos forman parte de la campaña Green Our Tech, desarrollada por el Grupo Parlamentario Europeo Greens/ALE.

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