Esta frase latina significa que las palabras vuelas, pero los escritos permanecen. Se utilizaba normalmente para cerrar un pacto, un contrato o un convenio entre personas o ciudades.

Con ello se quería indicar que si los acuerdos no quedaban por escrito y firmados por ambas partes, manteniéndolos solamente por lo que se había hablado en el convenio, cualquiera de ellas podría romperlo unilateralmente, sin que la otra pudiese pedirle ninguna responsabilidad ni compensación, caso de que hubiera habido algún perjuicio.

Equivale al dicho español “Callen canas y hablen papeles”, con el que queremos indicar que, por muy respetable que sea la persona que mantiene un aserto o afirma que ha habido una avenencia en una compraventa, u otro tipo de negocio, sus palabras no tienen credibilidad alguna, si no han quedado por escrito las condiciones que verbalmente se han aceptado.

¿Por qué digo esto? Porque Mariano Rajoy, en su deseo de que haya una buena concordia y a ser posible unanimidad entre todos los partidos políticos, los estamentos sociales y los sindicatos, está convocando a todos ellos, para que muestren su asentimiento y apoyen al Gobierno Central en la decisión que se haya de tomar ante la escabrosa, difícil y perniciosa situación en la que la Generalidad catalana se ha aposentado, queriendo a toda costa segregarse de España y formar una república independiente del Estado español, aunque después pida que se le admita en igualdad de condiciones, y sea un estado, dentro del Español.

Bien hasta ahora, los tres responsables de los partidos a los que ha consultado los primeros, dos de ellos el PSOE y Ciudadanos, están conformes en que haya un pacto de Estado para frenar tan descabellada pretensión, el tercero de los requeridos, mejor dicho Pablo Iglesias, demostrando que no tiene ni la calidad ni capacidad para llegar a ser un hombre de Estado que pueda empuñar las riendas del Gobierno de nuestra España, ha presentado una serie de condiciones cada una de las cuales más descabellada, entre ellas, que haya un referéndum para que los catalanes decidan sobre su futuro, manifestando si quieren seguir unidos a España o no.

Este hombre es tan corto de miras o posiblemente tan falto de entendederas que parece ser que todavía no ha captado que la región referida es un trozo de nuestra Patria, por lo que tal decisión es competencia de todos los españoles, ya que forma parte de nuestra Nación como cualquier otra región o autonomía más. Con esta actitud se ha eximido de toda responsabilidad y se ha colocado en una posición contraria, cuando no enfrentada a la concordia que nuestro Presidente pretende, desea y quiere.

La actitud de estadista de la que carece, le ha llevado a despreciar un pacto de Estado por la unidad de España, por lo que nos podemos hacer una idea de a dónde puede conducirnos este ignaro si llegase a gobernar a España.

Pero fijemos la atención en la actitud de Pedro Sánchez. Este pretendiente a regir los destinos de los españoles, ha manifestado que está de acuerdo con que haya un pacto con todas las fuerzas políticas para frenar la desbocada carrera hacia ninguna parte de la Generalidad catalana, pero, estando de acuerdo en la necesidad de defender la Carta Magna, no ve necesario "rubricar" el "Pacto por España" propuesto por el líder de Ciudadanos.

Esto es un oximoron o contradicción en lo que manifiesta. Si alguien está de acuerdo en una cosa determinada, no debe de tener inconveniente alguno en que ésta se fije por escrito y se firme.

¿A qué se debe esta negativa? Consideramos que simple, lisa y llanamente a buscar con ello beneficios electorales. Muchos de su partido y de sus votantes no ven bien que el PSOE lleve a cabo algo en compañía del PP, ya lo demostraron hace tiempo con el pacto del Tinell suscrito el 14 de diciembre de 2003 en el que llegó a decir que al PP ni agua, y que ha sido renovado últimamente entre PSOE, IU, Podemos y UPyD sellando en Murcia un acuerdo para que los populares no gobiernen.

Por ello lo que pretende no es el bien de España, cosa que consideramos que le importa un bledo, sino mantener, y a ser posible conseguir más votos de todos aquellos que no desean que el PP vuelva a gobernar.

Parece ser que ha dicho que, después de las elecciones de diciembre, si estaría dispuesto a firmarlo.

Y eso ¿por qué, tan seguro está de que va a ser el próximo timonel del barco en el que navegamos los españoles? Si por eso fuere, considero que tiene algo de presunción vana y un poco de prepotencia, pues puede suceder, lo que las encuestas están diciendo y que su partido quede en tercer o cuarto lugar, lo que posiblemente motivaría que fuese defenestrado, pues en los mentideros del Partido se rumorea que hay muchos cuchillos envainados y dispuestos, si llega el momento, a cortar muchas cabezas (metafóricamente hablando), una de las cuales puede ser la suya.

Mejor sería y más provechoso para todos los españoles que las palabras que ha manifestado las refrendase con su firma, de manera que saliese lo que fuese de las urnas, hubiera, al menos tres partidos, los más importantes de España, que estuviesen unidos con firmeza, para tomar la decisión que la indómita Generalidad catalana se merezca de acuerdo con nuestra Constitución y Leyes.