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La flora intestinal la componen el conjunto de microorganismos que entre muchos otros beneficios, se encargan de realizar las labores digestivas en la absorción de los alimentos

Cómo evitar el impacto negativo de los antibióticos en nuestra flora intestinal

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La salud hay que cuidarla. Y hay que cuidarla siempre, no solo cuando llegan tiempos difíciles o se ve amenazada por agentes externos. Las propias medicinas también pueden tener efectos negativos sobre la flora intestinal, por lo que hay que prestar mucha atención siempre.


La flora intestinal la componen el conjunto de microorganismos que entre muchos otros beneficios, se encargan de realizar las labores digestivas en la absorción de los alimentos. El cuerpo humano está todo conectado y todas sus funciones son importantes e interdependientes entre sí. El estado de la flora intestinal, por tanto, influye mucho en el sistema inmunológico y puede ser el punto de partida de alguna enfermedad o patología.


Si bien en muchas ocasiones su trastorno no se puede evitar porque se debe a factores internos, como patologías asociadas o el envejecimiento, otros sí se pueden prevenir con sumo cuidado.


El tratamiento con antibióticos es un ejemplo. Aunque supongan un beneficio para la indicación para la cual han sido recetados, sí pueden representar algunos factores negativos relacionados con su toma. Principalmente se produce un desequilibrio de la flora intestinal y en muchos casos su consecuente diarrea. Por eso, es importante que si se va a seguir un tratamiento antibiótico se tomen las precauciones necesarias para minimizar el impacto negativo y poderse encontrar siempre mejor.


A continuación, señalamos algunas claves para cuidar la flora intestinal que sirven tanto para cuando se va a realizar el tratamiento con antibióticos como para el día a día porque, como se ha dicho al inicio, es importante cuidarse siempre.


Alimentación rica en prebióticos. Los prebióticos ayudan al desarrollo beneficioso de la flora y por tanto, ayudan a prevenir cualquier desequilibrio. Se encuentran en alimentos como el plátano, el maíz, la soja, la patata o las legumbres.


En todo caso, también existen en el mercado suplementos que pueden ayudar a ello.


Realizar una dieta con fibra. Como el punto anterior, es otro pieza fundamental porque está directamente relacionado con el buen funcionamiento intestinal. Hay que ir al baño regularmente y para ello hay que incorporar ciertos alimentos al día a día que ayuden a hacerlo, como las verduras, legumbres, nueces, frutas, los cereales, el arroz integral, pastas de trigo integral..., evitando, entre otros abusos, el del café. Igualmente, hay que desterrar los fritos y el exceso de azúcar que en muchas ocasiones inundan nuestra alimentación sin nisiquiera darnos cuenta.


Tomar probióticos. Hasta un 30% de las personas pueden sufrir diarrea durante o tras la toma de antibióticos. Por eso es muy importante la toma de probióticos junto a los antibióticos para mantener el buen estado y equilibrio de la flora intestinal. Muchas veces se recetan de manera conjunta, si no es así, solicita a tu médico que te recete probióticos si estás en un tratamiento con antibióticos o pregunta a tu farmacéutico.


Evitar tabaco y alcohol. Generalmente el tabaco no es bueno por su impacto negativo en cualquier ámbito de la salud.


Por eso es mejor evitarlo en general y no solo en el momento de la ingesta de antibiótico. El alcohol, por su parte, es lo primero que se prohíbe cuando se inicia un tratamiento por sus posibles interacciones y reacciones adversas que se puedan producir.


Llevar una vida saludable. Engloba todos los puntos anteriores y añade nuevos aspectos como evitar el estrés, hacer ejercicio y descansar. Actualmente se llevan unos ritmos demasiado acelerados y acaban dañando la salud influyendo también en nuestras relaciones interpersonales. Hay que parar, tener tiempo para uno mismo, tomarse las cosas de otra forma y respirar. Aquí el yoga y la meditación se convierten en grandes aliados para ello.

Cómo evitar el impacto negativo de los antibióticos en nuestra flora intestinal

La flora intestinal la componen el conjunto de microorganismos que entre muchos otros beneficios, se encargan de realizar las labores digestivas en la absorción de los alimentos
Redacción
viernes, 20 de marzo de 2020, 18:45 h (CET)

La salud hay que cuidarla. Y hay que cuidarla siempre, no solo cuando llegan tiempos difíciles o se ve amenazada por agentes externos. Las propias medicinas también pueden tener efectos negativos sobre la flora intestinal, por lo que hay que prestar mucha atención siempre.


La flora intestinal la componen el conjunto de microorganismos que entre muchos otros beneficios, se encargan de realizar las labores digestivas en la absorción de los alimentos. El cuerpo humano está todo conectado y todas sus funciones son importantes e interdependientes entre sí. El estado de la flora intestinal, por tanto, influye mucho en el sistema inmunológico y puede ser el punto de partida de alguna enfermedad o patología.


Si bien en muchas ocasiones su trastorno no se puede evitar porque se debe a factores internos, como patologías asociadas o el envejecimiento, otros sí se pueden prevenir con sumo cuidado.


El tratamiento con antibióticos es un ejemplo. Aunque supongan un beneficio para la indicación para la cual han sido recetados, sí pueden representar algunos factores negativos relacionados con su toma. Principalmente se produce un desequilibrio de la flora intestinal y en muchos casos su consecuente diarrea. Por eso, es importante que si se va a seguir un tratamiento antibiótico se tomen las precauciones necesarias para minimizar el impacto negativo y poderse encontrar siempre mejor.


A continuación, señalamos algunas claves para cuidar la flora intestinal que sirven tanto para cuando se va a realizar el tratamiento con antibióticos como para el día a día porque, como se ha dicho al inicio, es importante cuidarse siempre.


Alimentación rica en prebióticos. Los prebióticos ayudan al desarrollo beneficioso de la flora y por tanto, ayudan a prevenir cualquier desequilibrio. Se encuentran en alimentos como el plátano, el maíz, la soja, la patata o las legumbres.


En todo caso, también existen en el mercado suplementos que pueden ayudar a ello.


Realizar una dieta con fibra. Como el punto anterior, es otro pieza fundamental porque está directamente relacionado con el buen funcionamiento intestinal. Hay que ir al baño regularmente y para ello hay que incorporar ciertos alimentos al día a día que ayuden a hacerlo, como las verduras, legumbres, nueces, frutas, los cereales, el arroz integral, pastas de trigo integral..., evitando, entre otros abusos, el del café. Igualmente, hay que desterrar los fritos y el exceso de azúcar que en muchas ocasiones inundan nuestra alimentación sin nisiquiera darnos cuenta.


Tomar probióticos. Hasta un 30% de las personas pueden sufrir diarrea durante o tras la toma de antibióticos. Por eso es muy importante la toma de probióticos junto a los antibióticos para mantener el buen estado y equilibrio de la flora intestinal. Muchas veces se recetan de manera conjunta, si no es así, solicita a tu médico que te recete probióticos si estás en un tratamiento con antibióticos o pregunta a tu farmacéutico.


Evitar tabaco y alcohol. Generalmente el tabaco no es bueno por su impacto negativo en cualquier ámbito de la salud.


Por eso es mejor evitarlo en general y no solo en el momento de la ingesta de antibiótico. El alcohol, por su parte, es lo primero que se prohíbe cuando se inicia un tratamiento por sus posibles interacciones y reacciones adversas que se puedan producir.


Llevar una vida saludable. Engloba todos los puntos anteriores y añade nuevos aspectos como evitar el estrés, hacer ejercicio y descansar. Actualmente se llevan unos ritmos demasiado acelerados y acaban dañando la salud influyendo también en nuestras relaciones interpersonales. Hay que parar, tener tiempo para uno mismo, tomarse las cosas de otra forma y respirar. Aquí el yoga y la meditación se convierten en grandes aliados para ello.

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