BRUSELAS, 10 (SERVIMEDIA | EURACTIV)
Los esfuerzos de varios países de la Unión Europea, entre ellos España, y en el Reino Unido, para desarrollar aplicaciones de comprobación de edad, que frenen el acceso de los menores de edad a contenidos pornográficos online chocan con las normas de respeto a la privacidad.
Según expertos consultados por Euractiv, las diferentes opciones políticas formuladas por los legisladores y los reguladores de la Unión Europea (UE) y del Reino Unido para proteger a los menores en internet frente a los contenidos pornográficos chocan con el necesario respeto a la intimidad de los internautas, aunque, según los expertos, no todos los controles de edad que se están aplicando plantean los mismos riesgos.
Los británicos se han topado en las últimas semanas con una nueva ventana emergente en Internet donde se les pide que confirmen que son mayores de 18 años. Es la primera medida tangible de la Ley de Seguridad en Línea (OSA) del Reino Unido, la cual obliga a los sitios web, las plataformas de redes sociales y los foros a proteger a los menores de la pornografía, el juego y la violencia. Para la pornografía y contenidos sexuales similares, la ley exige estrictos controles de edad.
El regulador británico (Ofcom) ha aprobado hasta la fecha siete métodos "altamente eficaces", aunque ha descartado las "puertas de edad" en las cuales los usuarios se limitan a confirmar que son mayores de 18 años. Entre los métodos aprobados están la estimación facial de la edad basada en Inteligencia Artificial (IA), la banca abierta, la comprobación de tarjetas de crédito y la verificación basada en el correo electrónico.
LA UE BLINDA LA PRIVACIDAD
Por su parte, la Ley de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés) de la UE comparte el objetivo de ofrecer máxima protección a la infancia, pero no obliga a usar métodos específicos de verificación de la edad. Las plataformas de contenidos para adultos son libres de elegir cómo comprueban la edad, siempre que cumplan las estrictas normas de la UE sobre privacidad y seguridad de los datos
Para apoyar este objetivo, la Comisión Europea publicó recientemente unas directrices en las cuales recomendó que las plataformas en línea utilizadas por menores apliquen controles de edad, además de publicar un proyecto de aplicaciones nacionales de verificación de la edad. Aunque voluntario, el proyecto apunta a colmar el vacío existente hasta la revisión del DNI digital de la UE, cuyo objetivo es permitir que los sistemas nacionales de DNI electrónico funcionen de manera transfronteriza.
Dado que las carteras de identidad digital de la UE serán obligatorias en todo el bloque en 2026, es probable que los países quieran adoptar pronto el proyecto. Varios países de la UE, entre ellos Francia, Grecia y España, han empezado a crear aplicaciones nacionales de comprobación de edad. Se suelen basar en sistemas nacionales de identificación, los registros gubernamentales o la banca abierta.
Las plataformas tienen grandes incentivos para usar esas aplicaciones nacionales, en lugar de desarrollar sus propios métodos de comprobación de edad, ya que ello les ayuda a demostrar el cumplimiento de las normas de privacidad sin necesidad de más validación legal. Uno de los motivos por los cuales Reino Unido permite usar una panoplia más amplia de herramientas es que carece de un sistema nacional de identificación en el que basar las comprobaciones de edad, lo cual le obliga a depender más de proveedores externos.
DUDAS SOBRE LOS MÉTODOS
Las plataformas británicas son libres de elegir su método de verificación (de la lista de Ofcom) y a menudo recurren a empresas externas. En opinión de la ONG especializada en derechos digitales Open Rights Group (ORG), eso podría empujar a las plataformas a optar por soluciones más baratas y con una menor protección de la privacidad.
En un documento interno, la ONG señaló que varias empresas de verificación de la edad mencionan en sus políticas de privacidad la transferencia de datos a Estados Unidos, donde las normas difieren de la legislación británica sobre protección de datos.
La ONG advirtió de que algunas empresas utilizadas para la verificación de la edad pueden utilizar datos personales con fines publicitarios. Por ello, subrayó, una norma británica destinada en principio a proteger a los niños de la pornografía podría acabar erosionando la privacidad de los usuarios, al igual que ocurre con las 'cookies' de rastreo.
En ese sentido, el prototipo de la Comisión Europea para las aplicaciones nacionales de comprobación de edad se basa en la privacidad desde el diseño, un principio que es fundamental en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE.
Los usuarios de la UE verifican por regla general su edad mediante aplicaciones que cuentan con el respaldo de los gobiernos, por ejemplo, mediante los sistemas nacionales de identificación. Las aplicaciones europeas, basadas en gran medida en el futuro sistema del DNIe, permiten a los países recurrir a terceros, pero sólo si han sido examinados y auditados por los organismos nacionales de control.
La Comisión Europea tiene previsto actualizar su plan para restringir más el intercambio de datos, utilizando la 'prueba de conocimiento cero', un método en el que sólo se comparte un único dato: si el usuario es mayor o menor de 18 años.
DEMASIADAS DUDAS
Pero el modelo de la UE no está exento de problemas. Exigir a las personas que verifiquen su identidad podría disuadir a los mayores de 18 años de acceder a sitios web sólo para adultos. Aylo, propietaria de la plataforma Pornhub, planteó recientemente este problema en Francia, donde cerró temporalmente sus servicios debido a lo que calificó de "normas demasiado estrictas".
La empresa afirmó que la legislación francesa es demasiado restrictiva en comparación con la del Reino Unido (donde Aylo ha implantado controles de edad). Los grupos de defensa de los derechos digitales por su parte alertaron de que la generalización de los controles de edad podría excluir a los usuarios vulnerables, incluidos los niños, del acceso a la información en línea.
Muchos sostienen que las restricciones de edad por sí solas no bastan para proteger a los niños en la web, y abogan por un enfoque mucho más amplio de la seguridad en Internet. "Existe un riesgo real de que se dé prioridad a la exclusión basada en la edad frente a la labor más ardua y estructural de hacer más seguros los entornos en línea", explicó en declaraciones a Euractiv un portavoz del grupo de defensa de la privacidad EDRi.
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