MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
La organización católica Manos Unidas ha expresado su "profunda preocupación" por el secuestro de nueve personas en un centro que atiende a menores de la organización Nuestros Pequeños Hermanos (NPH) en las afueras de Puerto Príncipe (Haití), entre los que se encuentra un niño de tres años con discapacidad.
En un comunicado difundido este jueves, Manos Unidas exigió "la liberación inmediata y segura de todas las personas secuestradas" tras el ataque perpetrado el domingo 3 de agosto en una de las casas de acogida de ese socio local de la organización en Haití, el país más empobrecido del continente americano y actualmente sumido en una crisis humanitaria sin precedentes.
Durante la madrugada del 3 de agosto, un grupo armado irrumpió en la casa Kay St. Hélène, ubicada en Kenscoff, en las afueras de Puerto Príncipe. El ataque culminó con el secuestro de nueve personas, entre ellas siete trabajadores haitianos, una misionera irlandesa y un niño de tres años con discapacidad.
La organización NPH, con una trayectoria de más de 35 años en Haití, gestiona múltiples proyectos esenciales para la protección y el bienestar de la infancia más vulnerable. Entre sus actividades destacan la gestión de casas de acogida para niños y niñas -incluidos aquellos con discapacidad-, así como el funcionamiento de centros hospitalarios que brindan atención médica de calidad a la población más desfavorecida en Puerto Príncipe y sus alrededores. Tras el ataque, NPH ha decidido suspender temporalmente sus actividades en el país como medida de protección para su comunidad y en firme rechazo a la violencia que sufre desde hace años.
Manos Unidas remarcó que la situación en Haití es "alarmante". Según datos de Naciones Unidas, en la primera mitad de 2025 más de 3.000 personas han sido asesinadas y casi 350 secuestradas. "El colapso institucional, la violencia extrema y el control de bandas armadas sobre gran parte del país han provocado el desplazamiento forzado de 1,3 millones de personas".
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