MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
Una investigación de la Universidad Internacional de Valencia (VIU) ha relacionado el optimismo con la respuesta del sistema inmunológico y la sintomatología para afrontar mejor el resfriado.
Según informó este jueves el centro universitario, en verano son frecuentes las infecciones respiratorias por los cambios de temperatura debidos al aire acondicionado y el calor del exterior. Entre ellas, el resfriado común es una de las más habituales. Su tiempo de infección es de 10 días, aunque durante el segundo y tercer día alcanza su punto máximo.
Ahora, una investigación del VIU relaciona el beneficio del optimismo para afrontar mejor esta infección. Su autora principal es la doctora Sara Puig Pérez, directora de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) del Vicerrectorado de Investigación, Transferencia e Internacionalización de VIU, quien analizó la relación entre el optimismo, el estrés y el sistema inmunitario.
El estudio se realizó con un total de 212 voluntarios, de los cuales 122 eran hombres y 90 mujeres, quienes completaron una entrevista telefónica y pasaron una evaluación física en persona para verificar que tenían un buen estado de salud previa a su participación en el estudio.
Los participantes fueron monitoreados durante seis días consecutivos de forma aislada, y se les inoculó el 'Rhinovirus' (RV39) bajo su consentimiento. La doctora Puig señaló que "este es el primer estudio que confirma una relación directa entre el optimismo y la percepción subjetiva de la gravedad del resfriado común, y nuestros resultados respaldan estudios previos".
EL ESTRÉS COMO DESENCADENANTE
Uno de los factores que puede desencadenar la prolongación del resfriado es someterse a situaciones de estrés, provocando alteraciones en el funcionamiento del sistema inmunitario. De hecho, el optimismo guarda una relación en la capacidad de afrontar el estrés y tiene impacto directo en la salud física y mental, facilitando adaptarse mejor a las situaciones estresantes dependiendo de la persistencia del factor estresante.
"La hipótesis del compromiso (engagement hypothesis) sugiere que las personas con un alto nivel de optimismo se involucran en situaciones exigentes, y dependiendo de la dificultad de las circunstancias conduciría a una mayor o menor respuesta inmune", explicó la investigadora de VIU.
"Tener un resfriado es incontrolable, por lo que puede considerarse un factor estresante persistente debido a la duración de los síntomas de entre siete y diez días. Por tanto, darse por vencido sería fisiológicamente protector, ya que minimizaría la exposición a los efectos negativos del estrés", añadió.
Algunos de los ejemplos en los que puede verse del efecto protector del optimismo en el estudio es el perfil de mujeres altamente optimistas que padecen cáncer de mama y están bajo mucho estrés, tienen un nivel alto de células NFC.
OPTIMISMO Y MEJORA DE LA SALUD
Por otra parte, el optimismo también se relacionó con un deterioro cognitivo más lento en pacientes con VIH, ejerciendo su efecto protector. Por ello, aquellos pacientes que tienen un estilo emocional positivo, relacionado con el optimismo, se asocia a un menor reporte de los síntomas del resfriado común.
De hecho, destacó la experta, "el optimismo ha demostrado ser un factor protector de la salud física y mental, permitiendo una respuesta física y psicológica que favorece una mejor adaptación a las exigencias del día a día y a situaciones muy complejas".
Así, el optimismo afecta a cómo se percibe una situación exigente o estresante, y a su vez interactúa con la respuesta fisiológica y psicológica para hacerle frente. Un resfriado común, al durar más de una semana, puede considerarse un factor estresante prolongado e incontrolable, ya que el proceso de la enfermedad no se puede evitar.
Los resultados del estudio mostraron que aquellos participantes que tienen una puntuación más alta de optimismo están relacionados con una percepción menor de la gravedad de los síntomas del resfriado común. El optimismo podría relacionarse con un mejor manejo del proceso de la enfermedad y una menor interrupción de las responsabilidades diarias.
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