MADRID, 18 (SERVIMEDIA)
La Policía Nacional y la Guardia Civil han desarticulado una estructura criminal especializada en hacer butrones en naves de empresas de electricidad para robar cable de cobre, que después vendían en chatarrerías, con un valor total cercano a los 600.000 euros. Los cinco detenidos, asentados en Alicante, pero que actuaban en toda España, están acusados de trece hechos delictivos.
Según informaron este viernes ambos cuerpos policiales, la investigación se inició en marzo tras detectarse varios robos con un mismo patrón delictivo en diferentes puntos del país, principalmente en las provincias de Alicante, Albacete, Murcia y Valladolid.
Los delincuentes alquilaban furgonetas de alta capacidad para desplazarse junto a vehículos particulares hasta las empresas objetivo. Una vez allí, realizaban butrones para acceder a las naves, llegando incluso a perforar paredes de locales colindantes para alcanzar su objetivo.
La banda mostraba una gran coordinación que les permitía cometer hasta tres robos en una misma noche. En uno de los casos, sustrajeron material valorado en 246.744 euros de una empresa de Ibi, que sumado a otros robos en Villena, La Cañada y Elche alcanzó los 380.000 euros.
BOTÍN DE GRAN TONELAJE
Las bobinas de cable de cobre que sustraían llegaban a pesar entre 6.000 y 8.000 kilogramos, por lo que tenían que desmontarlas y cortarlas en trozos más pequeños para facilitar su transporte. En un robo en Valladolid, necesitaron tres noches consecutivas para llevarse todo el material, causando pérdidas de 150.000 euros.
Los agentes detuvieron in fraganti a dos miembros del grupo tras cometer un robo en Bullas (Murcia), interceptándolos con una furgoneta cargada de cable. Posteriormente, arrestaron a otros tres integrantes en las localidades alicantinas de Aspe y Novelda.
En una segunda fase de la operación fueron detenidos los responsables de dos chatarrerías en Leganés (Madrid) y Numancia de La Sagra (Toledo), acusados de receptación por comprar el material robado a sabiendas de su origen ilícito.
Durante los registros en las chatarrerías, efectivos del Seprona detectaron numerosas infracciones administrativas. En total, la operación se saldó con siete detenidos y dos investigados: cinco por robo con fuerza y daños, y cuatro por receptación.
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