MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
Las caídas en los ingresos nacionales pueden aumentar de forma significativa el riesgo de malnutrición infantil, incluído sobrepeso y obesidad, según un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación "la Caixa".
Según informó el centro de investigación este sábado, el estudio publicado en la revista 'Lancet Global Health', identifica el embarazo y los primeros 1.000 días de vida como períodos especialmente vulnerables, cuando las intervenciones pueden marcar la diferencia.
Uno de cada cuatro infantes en el mundo vive en pobreza alimentaria severa. Además, muchos países de renta baja y media afrontan una creciente doble carga de malnutrición, con la desnutrición y el sobrepeso u obesidad conviviendo cada vez con más frecuencia.
En este sentido, el investigador Icrea en ISGlobal y coordinador del estudio, Davide Rasella, señaló que "dada la multiplicidad de crisis que enfrenta el mundo actualmente, es fundamental comprender mejor cómo las crisis económicas y la pobreza influyen en la malnutrición infantil, para diseñar así estrategias de intervención y prevención más eficaces".
El equipo investigador analizó datos de más de 1,6 millones de menores de 68 países de renta baja y media para entender cómo afecta la exposición temprana a recesiones económicas a su estado nutricional. Combinó 230 encuestas nacionales de hogares con datos económicos de la World Inequality Database. Esto les permitió seguir a cada niño o niña desde el nacimiento hasta los primeros 1.000 días de vida, e identificar caídas económicas según los distintos grupos de ingresos dentro de cada país.
1.000 DÍAS DE VIDA
A este respecto, el investigador predoctoral de ISGlobal y primer autor del estudio, Natanael Silva, explicó que "nuestro análisis es el primero que tiene en cuenta la heterogeneidad económica dentro de cada país y que estudia diferentes ventanas de tiempo críticas y formas de malnutrición, incluyendo sobrepeso y obesidad".
Los científicos utilizaron la estatura, peso y edad de los niños y niñas para identificar diferentes formas de malnutrición, a veces combinadas en el mismo niño o niña: retraso del crecimiento (baja altura para la edad), emaciación (bajo peso para la altura), sobrepeso y obesidad.
Una caída en los ingresos durante el año del nacimiento aumentó el riesgo de retraso del crecimiento, especialmente cuando la caída económica fue severa. Las crisis económicas al nacer también se asociaron con mayor riesgo de emaciación y retraso del crecimiento simultáneamente, lo que sugiere que la inestabilidad económica durante el embarazo puede tener efectos profundos en las etapas iniciales de la vida.
Las caídas de ingresos en el año de la entrevista se asociaron principalmente con emaciación infantil, que refleja cambios rápidos en la calidad o cantidad de la dieta, así como enfermedades.
RETRASO DEL CRECIMIENTO
Por lo tanto, se comprobó que los niños y niñas expuestos a una crisis económica durante sus primeros 1.000 días de vida —un periodo crítico para el desarrollo— tuvieron un riesgo mucho mayor de sufrir retraso del crecimiento junto con sobrepeso: un aumento del 30%. Incluso caídas económicas leves se asociaron con una mayor probabilidad de esta doble carga de malnutrición.
Por último, los efectos variaron según el nivel de ingresos: las crisis económicas afectaron más negativamente a la desnutrición en los hogares más pobres, mientras que en los hogares con mayores ingresos aumentó el sobrepeso y la obesidad.
"Nuestros resultados demuestran que las crisis económicas pueden aumentar significativamente el riesgo de múltiples formas de malnutrición infantil, y ayudan a identificar momentos clave para actuar", concluyó Rasella.
Por ello, el personal investigador insta a los responsables políticos a desarrollar intervenciones específicas para proteger la nutrición materno-infantil, especialmente en tiempos de dificultad económica.
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