MADRID, 26 (SERVIMEDIA)
Más de 375.000 chavales con edades comprendidas entre 6 y 13 años (un 10% del total) corren el riesgo de pasar sus vacaciones de verano solos en casa sin sus padres utilizando el teléfono móvil como distracción.
Así consta en el informe 'Niños de la llave 3: la vida empantallada', elaborado por Educo, cuyas conclusiones esta ONG publicó este viernes.
El trabajo pone de manifiesto que más de 375.000 niños con edades comprendidas entre 6 y 13 años (un 10% del total) corren el riesgo de pasar sus vacaciones de verano solos en casa sin sus padres, ya que éstos no pueden acompañarlos, por falta de recursos económicos, de tiempo o de redes familiares. Esta soledad los aboca a recurrir al teléfono móvil como elemento de distracción.
Ante esta situación, la directora general adjunta de Educo, Guiomar Todó, arguyó que "la soledad no ha desaparecido, sino que se ha transformado adentrándose en el mundo digital", y añadió que "durante el verano la situación se agrava, ya que la falta de actividades y acompañamiento multiplica las horas de exposición a las pantallas".
El informe, basado en una encuesta a 2.316 familias españolas con hijos con edades comprendidas entre 6 y 13 años, indica que los menores reciben su primer 'smartphone' con 9 años y 10 meses, y las llaves de casa a los 11 años y un mes.
Educo corrobora que lo anterior es "una inversión simbólica de los rituales de autonomía" en la que el teléfono móvil se convierte para muchas familias en una manera de "controlar a sus hijos e hijas cuando están solos, coincidiendo muchas veces con el paso de primaria a secundaria".
En ese sentido, el estudio expone que el 60% de los chavales con 10 años ya tiene un teléfono móvil, una cifra que se sitúa en el 93% al cumplir los 13 años, siendo el periodo comprendido entre 9 y 15 años cuando se produce el "momento crucial" para su desarrollo cognitivo, social y emocional.
A su vez, el 40% de los padres explica que sus hijos están "más" o "mucho más" expuestos a pantallas en verano; mientras que el resto del año pasan una media de 2:35 horas diarias con el 'smartphone', alcanzando las 3 horas diarias los fines de semana, con un uso simultáneo de varios dispositivos, lo que eleva el tiempo total de exposición a pantallas.
El 62,2% de los progenitores encuestados afirma que sus hijos utilizan las pantallas para tareas escolares, aunque más del 50% desliza que también lo hacen para ver series, jugar 'online' o chatear, muchas veces hasta bien entrada la noche.
BRECHA
Este trabajo muestra una brecha entre la percepción de los padres y las alertas de los especialistas consultados y las entidades sociales con las que trabaja Educo, ya que únicamente el 36% de ellos ve una relación evidente entre el uso de las pantallas y los problemas de sueño; y sólo un 33% reconoce el vínculo con la ansiedad, el estrés o la depresión.
A lo anterior se añade que el 43,4% de las familias encuestadas considera que la atención y la concentración resultan afectadas, y sólo el 35,3% está de acuerdo con que perjudica al rendimiento escolar.
A su vez, casi un 40% de los padres no percibe una relación directa entre el uso de pantallas y la sensación de soledad no deseada o el aislamiento social, lo que repercute en una baja autoestima, mayor inseguridad, dificultades para generar vínculos sanos y una menor percepción de bienestar general.
Del mismo modo, el 45,9% de las familias no cree que exista una relación relevante entre el uso de pantallas y el hecho de sufrir alguna situación de acoso.
Por su parte, un 20,8% de los hogares no pone restricciones al uso de dispositivos tecnológicos y el 8,3% no se lo ha planteado; mientras que el 42,9% utiliza sistemas digitales de control parental y un 35,6% establece acuerdos verbales o escritos.
Guiomar Todó advirtió de que "estamos criando a una generación en la que la autonomía viene sin acompañamiento, sin orientación ni apoyo, y donde la tecnología sustituye elementos esenciales para su desarrollo, como puede ser el juego libre con sus amigos y amigas".
"Esta infraprotección en el mundo digital", continuó la directora general adjunta de Educo, "provoca una brecha, no tanto en quién tiene acceso a la red, sino entre quién está más protegido o no".
DELEGACIÓN RESPONSABILIDAD
También arguyó que "no podemos delegar en madres y padres una responsabilidad tan grande sin acompañarlos ni ofrecerles alternativas reales", puesto que mientras tanto "hay miles de niñas y niños que están siendo moldeados por una tecnología que no les pide permiso".
Señaló que "no se trata de prohibir, sino de educar y acompañar a todos los actores implicados, no sólo a las familias, en un uso saludable para el bienestar de la infancia y la adolescencia".
A su juicio, "ya no podemos mirar a otro lado, tenemos un problema y hay que tomar medidas urgentes", como la aprobación de la Ley para la Protección de Menores en Entornos Digitales, garantizar la participación de la infancia y la adolescencia en este ámbito, asegurar al menos 15 días de actividades de ocio educativo durante el verano, complementar lo aprendido durante el curso escolar y garantizar su derecho al juego, entre otras cuestiones.
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