MADRID, 16 (SERVIMEDIA)
Los países deben emprender urgentemente acciones en materia climática diseñando una transición justa para abandonar los combustibles fósiles en todos los sectores y evitar así "daños aún más graves" para los derechos humanos en todo el mundo.
Amnistía Internacional (AI) hace esta consideración en un nuevo informe difundido este lunes coincidiendo con el inicio de de las Reuniones de Junio sobre el Cambio Climático de la ONU, que tienen lugar hasta el próximo 26 de junio en Bonn (Alemania) y que sentará las bases de la Cumbre del Clima de Belén (Brasil), conocida como COP30 y que se celebrará el próximo noviembre.
Según AI, "aún no es demasiado tarde" para que los países "redoblen los esfuerzos por el planeta y por los derechos de las generaciones actuales y futuras", pese a los "desafíos" de la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París (algo que podría materializarse en enero de 2026), el incremento de las "prácticas autoritarias en todo el mundo" y la "creciente devastación ambiental" provocada por la escalada de los conflictos armados en Gaza, Sudán y Ucrania, entre otros.
"INSUFICIENTE"
En 2024, el mundo superó por primera vez el umbral de 1,5 grados de calentamiento global por encima de los niveles preindustriales. Los incendios forestales asolaron América Latina, el Caribe sufrió el huracán de categoría 5 más temprano registrado en el Atlántico y cinco días de lluvias equivalentes a las precipitaciones de tres meses inundaron zonas de Europa.
"Los devastadores daños a los derechos humanos como consecuencia del cambio climático se agravarán radicalmente a menos que se mantenga bajo control el calentamiento global. Un número mayor de personas se hundirán aún más en la pobreza, perderán sus hogares o sufrirán los efectos de sequías e inseguridad alimentaria. A pesar del agravamiento de la crisis climática, la actuación de los gobiernos para limitar la producción de combustibles fósiles ha sido totalmente insuficiente", según Ann Harrison, asesora sobre justicia climática de AI.
Harrison añadió que "los gobiernos están en manos de las empresas del sector de los combustibles fósiles, que han intentado restar importancia a los daños climáticos y desacreditar la ciencia climática".
"Los Estados siguen dando subvenciones a estas empresas, lo cual favorece la continuidad del sector. Todo el mundo tiene derecho a vivir en un medio ambiente limpio, saludable y sostenible, pero a medida que se intensifica la crisis climática tanto este derecho como otros están cada vez más amenazados", indicó.
Además, Amnistía apuntó que desastres antropogénicos agravados por el cambio climático, como sequías más intensas e inundaciones más graves, dañan las cosechas y provocan escasez de alimentos y agua, lo que contribuye a los desplazamientos, las migraciones y los conflictos.
FINANCIACIÓN
Por otro lado, Amnistía Internacional pidió también a los países que aborden la financiación climática en Bonn, puesto que las naciones pobres dedican más dinero al pago de la deuda del que reciben en concepto de financiación climática por parte de los Estados ricos.
Además, indicó que "los países de altos ingresos y altas emisiones históricas son los mayores responsables del cambio climático, y, sin embargo, continúan eludiendo su obligación de proporcionar financiación climática a los de bajos ingresos para reducir las emisiones y ayudar a las comunidades a adaptarse al cambio climático".
"Aplicar impuestos a las empresas del sector de los combustibles fósiles, a los beneficios imprevistos y a las personas con patrimonios elevados, así como terminar con los subsidios y las inversiones en combustibles fósiles y con las prácticas fiscales abusivas podría generar más de tres billones de dólares al año, lo cual supondría una enorme contribución al costo de abordar el cambio climático", declaró Harrison.
Por ello, Amnistía solicitó a los países que se comprometan a abandonar gradualmente "de forma completa, rápida, justa y financiada" los combustibles fósiles a través de transiciones justas en todos los sectores, sin recurrir ni a tecnologías arriesgadas y no probadas ni a compensaciones que no conduzcan a una reducción real de las emisiones.
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