El Rey llama a "involucrar a los jóvenes" para que no den a "Europa por sentada"

MADRID, 12 (SERVIMEDIA)

Felipe VI destacó este jueves que el "verdadero desafío" de Europa está en "involucrar a los jóvenes" para que no den a "Europa por sentada". "Aún queda mucho por hacer y no debemos permitir que, por desafección, pérdida de cohesión o erosión externa desandemos un camino que nos ha dado tanto y ha sido, podemos decirlo así, el asombro del mundo", afirmó.

Así se pronunció el monarca durante el acto de celebración del 40 aniversario de la adhesión de España a las Comunidades Europeas que tuvo lugar en el Salón de Columnas del Palacio Real, el mismo escenario en el que hace cuatro décadas el entonces presidente del Gobierno, Felipe González, en presencia del rey Juan Carlos I, suscribió el Tratado de Adhesión que marcó la entrada de España en la Comunidad Económica Europea. Ese mismo día, Portugal también suscribió su Tratado de Adhesión.

Felipe VI, que inició su discurso reconociendo el trabajo de algunos de los presentes en el acto como Javier Solana o Marcelino Oreja, agradeció al presidente del Consejo Europeo, António Costa, que usara el español en su discurso. El Rey, que bromeó con el uso del "portuñol" por parte del representante europeo, quiso también dedicar unas palabras en portugués a "nuestro querido país vecino".

El Rey apeló en su discurso a Konrad Adenauer, uno de los padres fundadores de la Unión Europea, quien a mediados del siglo XX afirmó: "La unidad europea fue el sueño de unos pocos. Se convirtió en la esperanza de muchos. Hoy es una necesidad para todos". "No permitamos", advirtió el Rey, "que sean ahora las divisiones y los conflictos los que debiliten precisamente aquello que nació para superarlos y que ha sido la mayor garantía de paz, libertad y prosperidad de nuestra historia. Porque sigue siendo, hoy más que nunca, una necesidad para todos".

NUEVAS GENERACIONES

El monarca hizo hincapié en "involucrar a los jóvenes" porque "solo participando sentirán que esta Europa también les pertenece. Su compromiso no puede nacer de la nostalgia por lo que fue, ni de la inercia de lo ya conseguido, sino de la convicción profunda de que el proyecto europeo merece ser defendido, reivindicado, cuidado y renovado". Ese es el "verdadero desafío". "Y no bastará con que los jóvenes simplemente reconozcan esta realidad, como algo heredado: deberán hacerla suya", insistió el Rey.

"Nuestros abuelos imaginaron esa realidad, y nuestros padres culminaron un esfuerzo que llevó a buen puerto tanto la restauración de las libertades y la democracia, como la integración en Europa", destacó el monarca. "Esperemos que hoy, cuando ellos miren a Europa, sientan que hemos respondido a la oportunidad que nos brindaron, que en estos 40 años hemos estado a la altura de sus esfuerzos y aspiraciones, que seguimos trabajando sin fatiga para construir una Unión más fuerte y más eficaz, más unida y más cercana a sus ciudadanos".

Durante su intervención, el Rey rememoró su juventud. En 1985, "el país, con la Constitución ya asentada como marco de convivencia democrática, estaba inmerso en un momento de ilusión y cambio. Para quienes nacimos en 1968, aquella época coincidió con una edad clave. Yo acababa de terminar el bachillerato, tenía 17 años y en septiembre empezaba mi formación en la Academia General Militar de Zaragoza. Recuerdo bien esa sensación compartida de estar ante el umbral de algo grande, con una mezcla de nervios, esperanza y ganas de empezar. Entrábamos en una época que no solo transformaría el país, sino también a nosotros mismos".

"Mi generación es precisamente aquella que alcanzó la mayoría de edad entorno a esos años, yo en enero del 86 juré la Constitución ante las Cortes Generales. Por lo tanto, hemos tenido la fortuna de vivir toda nuestra edad adulta en el sueño, ya hecho realidad, que varias generaciones de españoles anhelaron cumplir, pero no pudieron ver materializado: una España plenamente europea".

El Rey animó a las nuevas generaciones a valorar el pasado "que merece ser recordado y celebrado", pero incidió en que "más importante aún es mirar hacia delante". En esa misma línea, Felipe VI insistió en que la integración de Europa debe ser "una realidad visible, compartida y valorada por quienes nacieron ya como ciudadanos de una democracia - la española-, y de la Unión Europea".

CONCIENCIA, COMPROMISO Y VALENTÍA

Felipe VI incidió en los motivos de fondo que explican la existencia y el valor de la Unión: "Superar un trágico pasado y construir una prosperidad compartida como mejor manera de garantizar la paz", e invitó a las nuevas generaciones a tomar el relevo con "conciencia, compromiso y valentía. Porque la libertad y la democracia no son conquistas garantizadas: se defienden cada día en una construcción colectiva que solo perdurará si continúa siendo una obra viva".

Los jóvenes, explicó el monarca, "no lo tienen fácil" en un mundo "dominado por grandes tensiones y rivalidades geopolíticas y económicas; en un escenario donde las reglas se debilitan y la fuerza pretende imponerse sobre el derecho y sobre los derechos; en una Europa marcada por el retorno de la guerra y la inestabilidad, contrarias a su propia razón de ser".

"Este 2025 celebramos también el 75 aniversario de la Declaración Schumann, que sentó, sobre la paz y la solidaridad, las bases de la Unión Europea". "La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan, decía", explicó el monarca en referencia a Schumann. "La clarividencia de esa afirmación sigue vigente hoy, cuando Europa se ha comprometido a mancomunar sus esfuerzos en seguridad para disuadir a aquellos que intentan poner en cuestión los cimientos del orden europeo y las reglas de un orden internacional basados en la razón y no en la fuerza".

En su intervención, el monarca no dejó pasar por alto tampoco la cercanía de la guerra que está "en nuestra frontera" para afirmar que "el tiempo transcurrido no ha cambiado la naturaleza del reto europeo, ni tampoco su urgencia o justificación. Al contrario". "Una invasión tan ilegal como brutal, como la que padece Ucrania, nos recuerda la necesidad de mantener la unidad, que, a su vez, como dice la divisa europea, es la mejor garantía de la diversidad".

"La UE de entonces, en la que entramos juntas España y nuestro país vecino Portugal, tenía entonces 10 miembros. Hoy somos 27, sumamos 448 millones de habitantes y tenemos 9 países candidatos que esperan incorporarse a la familia europea. Sin embargo, solo representamos el 5,6% de la población mundial, y somos el continente más pequeño, un dato que muchos europeos desconocen. Por tanto, o el continente europeo está unido ante desafíos como la guerra, el nacionalismo, el autoritarismo o el cambio climático, o no será", concluyó.