MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
Activistas de Greenpeace han interrumpido una operación de pesca industrial con palangre de superficie en el Pacífico Sur, cerca de Nueva Zelanda, incautando casi 20 kilómetros de línea de pesca y más de 210 anzuelos de un barco pesquero industrial con bandera española.
La tripulación a bordo del barco de Greenpeace, el Rainbow Warrior, junto con expertos, liberaron a más de una docena de animales vivos, incluido un tiburón marrajo (catalogado en peligro de extinción), ocho tiburones azules o tintoreras (casi amenazados) y cuatro peces espada.
También documentaron al palangrero capturando tiburones en peligro de extinción durante su operación de recogida del palangre, según informó este viernes Greenpeace.
"La pesca industrial asola nuestros océanos. Estos barcos aseguran que su pesca objetivo es el pez espada o el atún, pero nuestros activistas fueron testigos de cómo estas flotas industriales capturaban tiburón tras tiburón, incluidos tiburones en peligro de extinción, en sólo media hora", indicó Marta Martín-Borregón, responsable de océanos en Greenpeace España.
Un 37% de los recursos pesqueros mundiales se encuentran sobreexplotados por "una actividad pesquera insostenible, con un ritmo de extracción y producción de recursos que supera enormemente la capacidad que tienen los mismos para su regeneración", según Greenpeace.
"Esto, unido a la baja selectividad de las artes de pesca industriales y a las políticas públicas que han financiado a las grandes flotas, ha hecho que la flota española cada vez se haya desplazado más lejos, a aguas de terceros países, para seguir pescando", apuntó la ONG.
CONSUMO
Solo un 10,7% del pescado que se consume en España procede de artes menores en el caladero nacional, a pesar de ser la flota mayoritaria (78%).
El consumo de pescado en España depende en un 8% de la acuicultura y en un 60% de las importaciones procedentes de flotas industriales, lo que hace que el sistema nacional sea "altamente vulnerable", según Greenpeace, que abogó por "un modelo alimentario sostenible".
"Si queremos asegurar el futuro del sector pesquero debemos cambiar el modo actual de producción dependiente de las importaciones y las artes de pesca industriales. La clave es apostar por la pesca de bajo impacto ambiental y alto valor social, con menores capturas pero que permitan preservar los caladeros a futuro, contribuyendo a la economía local", explica Martín-Borregón.
Este domingo se celebra el Día Mundial de los Océanos y el próximo lunes comenzará la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos en Niza (Francia). Greenpeace pidió a los líderes mundiales que en esa reunión aseguren que al menos 60 países ratifican el Tratado Global de los Océanos, así como establecer una hoja de ruta clara que permita la protección de un 30% de las aguas internacionales para 2030, mediante la declaración de los primeros santuarios oceánicos protegidos de forma eficaz.
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