MADRID, 18 (SERVIMEDIA)
El papa León XIV trasladó este domingo a los católicos su "primer gran deseo", "una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado".
Así lo dijo en la homilía que pronunció durante la misa de inicio de pontificado que presidió este 18 de mayo en la plaza de San Pedro del Vaticano, con la que se inicia su ministerio como 267 papa de la Iglesia católica.
"En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres", contextualizó.
"Y nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad. Nosotros queremos decirle al mundo, con humildad y alegría: ¡Miren a Cristo! ¡Acérquense a Él! ¡Acojan su Palabra que ilumina y consuela!", agregó el papa Robert Prevost.
En su mensaje, el nuevo papa indicó que fue elegido "sin ningún mérito" y se presentó como "siervo" de la "fe y alegría" de los católicos, a quienes insistió en la necesidad de estar "unidos en una única familia".
MAL Y MUERTE
En paralelo al mensaje de Cristo como "pescador de hombres", León XIV apeló a "pescar a la humanidad para salvarla de las aguas del mal y de la muerte", "para que todos puedan encontrarse en el abrazo de Dios".
El objetivo, remarcó el Papa, es "construir un mundo nuevo en el que reine la paz". Para hacerlo, subrayó también, hay que tener "espíritu misionero", que debe "animar" a los católicos a evangelizar sin "encerrarse" en su "pequeño grupo" ni sentirse "superiores". "Es la hora del amor, la caridad de Dios que nos hace hermanos entre nosotros", zanjó, con un nuevo llamamiento a ser "como un solo pueblo".
Durante la homilía, que fue interrumpida en varias ocasiones por los aplausos de los fieles, el papa León XIV hizo referencia a León XIII, que destacó por su defensa de la Doctrina Social de la Iglesia ante la revolución industrial; su predecesor, el papa Francisco, y San Agustín, figura eclesial a la que ha mostrado repetidamente su admiración, pues Prevost pertenece a la Orden de San Agustín.
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