 Afirma que, sin el trasvase, la huerta de Alicante sería "desierto" y que la desalación supone un coste cinco veces mayor para el agricultor
El conseller de Agricultura, Agua, Ganadería y Pesca, Miguel Barrachina, ha afirmado que "perpetrar el recorte del trasvase de Tajo-Segura es una crueldad sin límite, que no tiene ninguna justificación científica, solo política", y supone "volver a tiempos primitivos".
A su juicio, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "quiere que lo que estamos regando desde hace 40 años se deje de regar. Eso es ir en contra de los tiempos, pero él no quiere regantes, quiere sirvientes", ha afirmado el titular de Agua en una entrevista concedida a Europa Press.
Barrachina ha explicado que la situación en las cuencas del Segura "mucho mejor que el año pasado". "La situación en cabecera de los embalses es muy saludable. Estamos en situaciones récord, por eso es muy difícilmente comprensible que el año pasado, en septiembre, la Confederación Hidrográfica del Tajo, dependiente de Sánchez, le dijese a nuestros agricultores que no cultivasen la hortaliza de invierno porque no había agua".
"Ahora que estamos en situación de capacidad máxima de nuestros embalses, la misma Confederación vuelve a decir lo mismo, que nos va a recortar el agua. Por tanto, cuando había sequía nos decía el Gobierno de Sánchez que no cultivásemos, y cuando ha habido inundaciones nos dice que no cultivemos pese a que hay agua suficiente", ha expuesto.
En ese sentido, el conseller ha aseverado que no hay "un problema de ecología" sino de "ideología" porque "a Sánchez no le gusta la agricultura, y por eso el agua que sobra en la cabecera del Segura se pierde por Portugal", ha dicho en alusión al Convenio de Albufeira entre España y el país luso.
"Tenemos un pacto de 2.400 hectómetros anuales. Estamos enviando en lugar de 2.400, 6.000 hectómetros. Es decir, más del doble de lo pactado. Y ahora vamos a enviarle otros 100 más, que es imperceptible para ellos pero indispensable para nosotros y que nos va a obligar a talar millones de árboles. Es una injusticia y, por tanto, lo que le pedimos al ecologismo radical que gobierna España es que no perpetre este recorte del agua. El agua es indispensable y en época de cambio climático, más", ha subrayado.
El conseller de Agricultura ha defendido que, "como va a llover muy intensamente en muy poco tiempo, lo que hay que hacer es muchas obras hidráulicas que frenen, que laminen y que acopien el agua que después, con los largos periodos de sequía que vienen a continuación, puedas utilizar". Así, ha señalado que "hay que hacer justo lo contrario de lo que Pedro Sánchez lleva casi ocho años predicando".
Sobre a qué escenario se enfrenta la cuenca del Segura si se materializan la planificación hidrológica 2028-2033 y los planes para el trasvase de Tajo-Segura, Barrachina ha respondido: "Sin trasvase, la huerta de Alicante, la de Murcia y la de Almería, deja de ser huerta y se convierte en desierto".
El responsable autonómico de Agua ha asegurado que "no hay alternativa" al trasvase. "Es volver a tiempos primitivos. Nosotros llevamos más de mil años dominando los regadíos, cogiendo agua de donde sobra y llevándola donde no hay. Eso es riqueza. Lo hacen todos los países, excepto Pedro Sánchez, que quiere que lo que estamos regando desde hace 40 años se deje de regar", ha lamentado.
DESALACIÓN
Barrachina ha criticado que la apuesta por el aumento de la desalación en los planes hidrológicos supondrá una subida de costes para los agricultores alicantinos. "Quiere quitarles el agua dulce que nos llega del Tajo hasta el Segura para después, por un proceso muy costoso de desalación, muy contaminante y muy caro, ofrecer el agua a un precio cinco veces superior. Para tener que subvencionarlo con un precio político y que el regante esté pendiente de que el político de turno le subvencione el agua".
"Sánchez quiere sirvientes y nosotros queremos regantes que sigan haciendo lo que felizmente durante 40 años llevan haciendo, poder seguir cultivando sus campos", ha zanjado.
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