El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado al Departamento de Comercio la puesta en marcha de un nuevo censo que deje fuera a "las personas que están ilegalmente" en el país norteamericano, aunque no ha aclarado cómo ni cuándo se llevará a cabo. Según Trump, los trabajos deberán comenzar "inmediatamente" con vistas a elaborar un nuevo estudio "muy preciso", a partir de los resultados y la información recabada en las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, como ha explicado el mandatario en su cuenta de la red Truth Social. Estados Unidos elabora un censo a gran escala cada diez años y el próximo no está previsto hasta el año 2030. Sus resultados implican efectos prácticos, entre ellos la distribución de fondos y escaños entre los estados, por lo que la medida anunciada por Trump amenaza con afectar a las zonas con mayor presencia de migrantes en situación irregular. El mandatario ha abogado desde su vuelta en enero a la Casa Blanca por reducir la llegada de migrantes y por deportar a todas aquellas personas que no tengan permiso para seguir residiendo en Estados Unidos, lo que le ha llevado a cuestionar abiertamente las políticas migratorias más permisivas de administraciones locales y estatales controladas por los demócratas.
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