MADRID, 3 (OTR/PRESS) Que setenta jefes de Gobierno y de Estado hayan acudido a la "Cumbre" de Sevilla no opta para que, a pesar de la ausencia de importantes líderes europeos y de Estados Unidos, nos hagamos esta pregunta: ¿Ha servido para algo la IV Conferencia Internacional para el Desarrollo? Es una pregunta para la que solo el tiempo nos dará la respuesta, porque más allá de los discursos y de las buenas intenciones, lo cierto es que hace tiempo que los países europeos empezaron a recordar los fondos que dedican a programas de desarrollo. Esta es una realidad de la que nadie habla porque es más fácil cargar contra la decisión adoptada por Donald Trump: recorte de fondos para los programas del Desarrollo. Es decir, Trump no está haciendo nada que no hayan hecho y están haciendo otros países incluidos los de la Unión Europea,. Sí, Trump es un bocazas, y eso le lleva a jactarse de lo que hace y lo que no hace, y así es fácil arremeter contra sus políticas cuando anuncia a bombo y platillo que recorta la ayuda a los programas al Desarrollo en el exterior. Otros países hacen lo mismo pero no lo dicen, dejándole el papel protagonista como el "malo de la película", papel con el que parece encantado. Pero además de Trump y de la situación económica mundial a cuenta de la guerra en Ucrania, a la que la Unión Europea viene dedicando muchos recursos, mas la catástrofe de la guerra en Gaza con los consabidos bombardeos a Irán, hace, ya digo, que pase inadvertida una realidad preocupante: el recorte de ayuda al Desarrollo supone una catástrofe para muchos países que recibían esa ayuda y para las Organizaciones NO Gubernamentales que vienen llevando a cabo su actividad en las "fronteras" del mundo, en aquellos lugares donde sin esa ayuda muchos niños no podrán acceder a la educación, ni muchas miles de personas no podrán acceder a algo tan precioso como el agua, y en muchos campos de refugiados repartidos a lo largo y ancho del mundo, la miseria se cebara aún más entre quienes han sobrevivido a una guerra o se han visto inmersos en desplazamientos forzosos. Educación es la palabra clave, de manera que me voy a hacer eco de las palabras del Director Ejecutivo de Entreculturas, Ramón Almansa, al filo de la cumbre. Lo primero : "Es hora de actuar", "Necesitamos una economía centrada en el desarrollo humano y no en el lucro, una economía de la dignidad y la paz, inclusiva y justa, por para las personas". "La educación no es un gasto, es la mejor inversión". "Urge que los Estados destinen al menos el 20 por Ciento del Presupuesto público a la educación". "Los países tienen que cumplir con el 0,7 del PIB al desarrollo". "Este es un Foro esencial para enfrentar la grave crisis mundial que sufre la educación". No se puede decir más ni mejor porque las palabras de Ramón Almansa centran el quid de la cuestión, porque más allá de los discursos, lo importante es que ahora que han regresado a sus países los líderes participantes en la IV Conferencia Internacional para el Desarrollo ,empiecen a hacer efectiva la ayuda imprescindible para paliar las situaciones de emergencia que acucian en tantos lugares del mundo. Vivimos en una sociedad insoportablemente injusta donde ha crecido la brecha y las desigualdades entre los países desarrollados y los que no lo están. Donde hay millones de niños que no tienen acceso a la escuela, ni al agua potable, ni que el transcurrir de su infancia sea en un entorno seguro y en paz. De manera que no hay tiempo que perder y, por decirlo claramente: espero que la cumbre de Sevilla sea más que una foto.
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