MADRID, 30 (OTR/PRESS) Las pruebas, incluyendo esos audios que él reclama que están trucados, se volvieron, implacables, contra Santos Cerdán, hasta hace pocas semanas 'número tres' del partido que gobierna en España. Fue la mano derecha de Pedro Sánchez, que algo más tendrá que decir, supongo yo, tras haber decretado el juez Leopoldo Puente el ingreso en prisión preventiva de Cerdán. Hasta muy recientemente el partido -que él controlaba férreamente- le defendía a capa y espada, frente a las informaciones de tantos medios y frente a las peticiones de tantos periodistas, que reclamábamos que el secretario de Organización, mantenido contra viento y marea por Sánchez en el último congreso del PSOE, fuese cesado u obligado a dimitir. Es obvio que el ingreso de Santos Cerdán en prisión (preventiva) por presunta pertenencia a organización criminal, presunto tráfico de influencias y presunto cohecho, es un dato que pesará aplastantemente sobre el desarrollo del comité federal del PSOE este fin de semana. En esa 'cumbre' se designará -bueno, lo hará Pedro Sánchez, que no parece estar compartiendo consultas al respecto con casi nadie-al sustituto del corrupto en la Secretaría de Organización, clave en el organigrama del partido, especialmente ante unas perspectivas electorales. Ignoro, porque casi todos lo ignoran -menos Sánchez, ya digo, y quizá una camarilla muy reducida--, quién sustituirá a Cerdán en un cargo que se ha vuelto dificilísimo porque la verdad es que, bajo la apariencia de cierre de filas, el PSOE está desnortado, asustado, por completo desorganizado. Hay muchas quinielas de 'secretariables', y también de 'cesables', entre ellos la 'número dos' del partido, María Jesús Montero, que quizá no supiese nada de las andanzas de Cerdán y su camarilla navarra y no solo navarra, pero que tendría que haberlo sabido si no quería ser acusada de negligencia 'in vigilando'. Acusaciones, por cierto que se podrían extender al propio Sánchez. Supongo que la sombra de la prisión será lo suficientemente alargada como para prolongarse hasta la reunión del comité federal, últimamente muy aplaudidor y desde luego nada crítico. Sánchez sigue contando con el respaldo de 'sus' militantes, aunque los afiliados más veteranos, los que vienen de los tiempos de Felipe González, se sientan, y lo dicen, cada vez menos representados por la gerencia del actual PSOE. No, Cerdán, ya lo hemos visto, no era tan santo como lo querían presentar los miembros del sanedrín, con Sánchez y Montero a la cabeza, cuando nos situaban en la 'fachosfera' a muchos que reclamábamos que ese personaje de ninguna manera podría ser ratificado como secretario de Organización en el congreso de Sevilla de noviembre de 2024. Ahora, Sánchez y su círculo pretoriano tendrá que esforzarse en demostrar que las actividades ilegales de Cerdán nada tenían que ver con la financiación del partido, sino exclusivamente con su lucro personal. Inútil ahora hacer como que Cerdán no existe, casi que ni ha existido. El fue, bastantes años, el (mal) rostro del PSOE, que tiene forzosamente que reaccionar de manera muy enérgica tras lo ocurrido, que salpica a bastantes gentes del partido e incluso del Gobierno. Inútil también, como he oído en las últimas horas, achacar al 'cabreo de los jueces conservadores con el Gobierno' las decisiones que puedan adoptar algunos magistrados, aunque en algún casio muy específico, como el del juez Peinado, quizá sí pueda hablarse instrucción irregular en el 'affaire' Begoña Gómez. Los jueces están, sí, muy enfadados con el Gobierno, y por eso hacen una huelga; porque el Gobierno, comenzando por el ministro de Justicia y de tantas otras cosas, Félix Bolaños, no los tiene en cuenta a la hora de diseñar las reformas en la muy mejorable Justicia española. Pero un juez como Leopoldo Puente no envía a la cárcel así como así a alguien como Santos Cerdán, un hombre que -presuntamente, claro-había traspasado casi todas las líneas rojas que estaba a su alcance traspasar. Quizá, a partir del encarcelamiento de Santos Cerdán (que acaso no vaya a ser el único, ¿verdad Ábalos?), la sociedad española tome conciencia de que ha llegado la hora de luchar de manera eficaz contra esa corrupción que, disfrazada de varias maneras, impera sobre nuestra vida pública. A ver, a ver ese comité federal qué dice.
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