
La acusación particular solicita prisión permanente revisable
La falsa opositora a mossa acusada de matar a su novio en Ripollet (Barcelona) en abril de 2023 de una puñalada lo obligó a grabar un audio en el que la víctima autorizaba a asesinar a su hijo --que entonces tenía 9 años-- si no la obedecía.
Así lo ha asegurado la acusación particular en el escrito que se ha leído en la primera sesión del juicio con jurado popular que se celebra desde este miércoles en la Audiencia de Barcelona y que está previsto que continúe hasta el 7 de julio.
El abogado de la acusación sostiene que existen audios que ella posteriormente borró en los que el fallecido autorizaba a que mataran a su hijo "si no cumplía sus promesas" y en los que aseguraba que no la delataría de las lesiones que le había provocado.
La víctima lo hizo, según el abogado, tras meses en los que fue sometida por parte de la acusada a lesiones físicas graves y a amenazas que le infundieron un estado de miedo.
RELACIÓN TÓXICA
La víctima y la presunta asesina mantuvieron una relación sentimental entre febrero y mayo de 2021 que el abogado de la acusación particular ha descrito como tóxica y nociva, con amenazas vicarias por parte de ella, que llegó a decirle: "Sé dónde vive tu exmujer y tu hijo, les daré un tiro entre ceja y ceja".
En mayo de 2021 la relación se rompió, pero ella insistió en mantener contacto de forma "constante" bajo el pretexto de que estaba cambiando.
En 2022, cuando él intentaba retomar la relación con su exmujer y madre de su hijo, ella reapareció en su vida y, tras insistentes intentos, finalmente se instaló en la casa de él en enero de 2023 aduciendo una razón "torticera".
Según el abogado, le hizo creer que por culpa de haber mantenido una relación sexual esporádica con él la pareja que ella tenía entonces la había echado de casa.
A partir de ese momento adoptó una actitud "malvada, diabólica y delictiva" que desembocó en un descenso en picado del estado anímico y físico del fallecido, al que despersonalizó e inhumanizó hasta un punto inimaginable, una forma de actuar ya había empleado con otras víctimas, a las que causó grandes daños y lesiones físicas y psíquicas, según la acusación particular.
FALSA OPOSITORA
La procesada le hizo creer, según la acusación particular, que era mossa aspirante en el Institut de Seguretat Pública de Catalunya (ISPC) y lo amenazó con causarle lesiones y la muerte a través de sus contactos en la policía, fingiendo llamadas en las que simulaba dar órdenes para ejecutarlo.
No obstante, la acusación sostiene que no consta que en esa época la procesada tuviese actividad económica económica alguna, sino que se hacía transferencias de los ingresos de la víctima.
Además, para dotar de credibilidad estas amenazas entró a formar parte de un grupo de opositores a mossos en Telegram y mantuvo relaciones con agentes de los que aprendía sobre seguridad pública y dispositivos policiales.
UNA PUÑALADA "DIRECTA" AL CORAZÓN
La acusación particular sostiene que, además de amenazarlo con la muerte de él y de su hijo, le dijo que lo denunciaría por agresiones sexuales inexistentes para que lo encarcelasen y que dejase de ver al menor.
Coincide con la Fiscalía en que, dos meses antes del crimen, lo golpeó en el oído izquierdo, causándole una lesión por la que precisó tratamiento quirúrgico y una baja laboral.
Finalmente, el 7 de abril de 2023, estando en el domicilio que compartían en Ripollet --propiedad de él--, le asestó una única puñalada "certera y directa" en el corazón que le causó la muerte, sin que él tuviese ninguna capacidad de defenderse.
El abogado ha añadido que, desde entonces, la procesada negó en todo momento haber sido la autora, tergiversando y alterando la verdad para tratar de construir la "versión mendaz" de que fue una tercera persona quien mató a su pareja o que se trató de un suicidio y ha insistido en que tiene sus capacidades cognitivas conservadas.
"CRUELDAD QUE REBASA LO INIMAGINABLE"
El representante de la Fiscalía ha añadido que la actitud que tuvo la procesada hacia la víctima fue "totalmente inhumana, de una crueldad que rebasa todo lo inimaginable", lo que convierte este caso en excepcional.
"Actuó con una maldad y una crueldad que nunca hemos visto aquí", ha señalado el fiscal en relación a la sala de jurado, y ha añadido que en la segunda fase de su relación acabó con él antes de matarlo, que ejerció un dominio absoluto y que lo sometió a un maltrato habitual.
Por todo ello, la Fiscalía pide para ella 34 años de prisión por los delitos de asesinato con alevosía, maltrato habitual, lesiones y amenazas, mientras que la acusación particular solicita que se le castigue con la prisión permanente revisable.
NIEGA QUE SEA UN "MONSTRUO"
La abogada de la defensa ha negado los hechos que le atribuyen ambas acusaciones a su defendida y ha precisado que la procesada y el fallecido no eran pareja en el momento de los hechos.
Ha explicado que ambos habían adquirido dos roles muy marcados durante su noviazgo, ella de control, aunque no de maltrato, y él de sumisión: "No había destrucción, si él hubiese querido hubiesen roto o que la hubiese echado de la casa".
También ha negado que la acusada sea un "monstruo" y ha dicho que no es una santa pero tampoco una asesina, por lo que ha solicitado su absolución.
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