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Los Premios Valor Añadido vuelven a reconocer el papel del talento sénior en la sociedad: "No hay fecha de caducidad" | |||
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En esta ocasión, los galardonados han sido Manuel Marchena, magistrado del Tribunal Supremo; Soledad Becerril, política que ocupó, entre otros cargos, los de ministra de Cultura y alcaldesa de Sevilla; y Rafael Puyol, presidente de UNIR y anteriormente rector de la Universidad Complutense de Madrid y presidente del Consejo de Dirección de la IE Universidad de Segovia. También se ha reconocido a Carmen Iglesias, catedrática, historiadora y académica española, directora de la Real Academia de la Historia; Francisco J. Riberas, presidente ejecutivo de Gestamp; Mariano Barbacid, bioquímico pionero en la investigación del cáncer, especialmente por el descubrimiento del primer oncogén humano; e Isabel Entero, presidenta de la Fundación Renal Española. Además, en esta IV edición se han entregado tres menciones especiales a la arquitecta Emanuela Gambini; a María Rosa Bonet, fundadora y presidenta de Catergest y a María Matos, cofundadora y presidenta de honor de la Fundación Horizontes Abiertos - Padre Garralda. En la ceremonia de entrega --que ha tenido lugar en el Palacio del Marqués de Salamanca, sede de la Fundación BBVA--, el presidente de la Fundación Transforma España, Eduardo Serra, ha destacado que estos galardones premian "unas trayectorias sobresalientes que subrayan la voluntad de seguir trabajando y ayudando a la sociedad en los más diversos sectores". "Nuestro agradecimiento a los premiados de hoy por su dedicación y perseverancia a lo largo de toda su vida, para hacer posible una sociedad más equilibrada y más justa", ha añadido. "Los premiados de esta edición son testimonio de que a la voluntad de llegar más lejos no se le puede ni debe poner fecha de caducidad, ya que la evolución del conocimiento y la experiencia multiplican su valor con el tiempo", ha destacado por su parte el responsable de Cultura y Compromiso en BBVA, Carlos Pérez Beruete. La Fundación Transforma España señala que uno de los mayores retos a los que se enfrenta la sociedad es el envejecimiento progresivo de la población y la situación en la que pueden encontrarse las personas mayores de 55 años en las próximas décadas. Ante el desafío de la sostenibilidad del Estado de Bienestar y del sistema público de pensiones, la organización está convencida de la necesidad de aprovechar el conocimiento y la experiencia del colectivo de profesionales sénior. "Uno de los efectos positivos del progreso social es el aumento de la esperanza de vida y la mejora de la salud en edades más avanzadas, lo que permite que las personas puedan aprovechar su capital humano durante más años y aportar su valiosa experiencia, con la que contribuir a aumentar la prosperidad y bienestar del conjunto de la sociedad", ha explicado Juan Ramón García, economista principal de BBVA Research. "Si la tasa de empleo de la población de 65 o más años de España convergiera a la del promedio de la OCDE, se podría reducir la brecha de renta per cápita con la UE a la mitad", ha indicado. |
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