 'Riders' autónomos aseguran que llegaron a trabajar hasta 12 horas diarias para Glovo
Glovo instó a restaurantes a que "prescindiesen de sus repartidores" para imponer su propio modelo de 'rider' basado en autónomos, según ha explicado el director general de Just Eat en España desde 2023, Íñigo Barea.
Así lo ha asegurado este martes en el Juzgado Mercantil 2 de Barcelona durante la primera sesión del juicio a raíz de la demanda que interpuso Just Eat contra Glovo por competencia desleal.
Just Eat presentó una demanda contra la empresa fundada por Óscar Pierre por presuntamente contratar a sus 'riders' como falsos autónomos, motivo por el que le reclama 295 millones de euros en concepto de daños y perjuicios.
Barea ha explicado que Just Eat subcontrata el servicio de 'riders' a través de una empresa del propio grupo, Takeaway Express, o mediante empresas externas a las que auditan para asegurarse de que emplean a los repartidores.
CAMPAÑA DE GLOVO
Barea ha afirmado que el año pasado Glovo lanzó "una campaña bastante fuerte" en la que avisó por e-mail a los restaurantes de que el servicio de 'marketplace' estaba a punto de finalizar y que si querían negociar un nuevo contrato tenían que aceptar su modelo.
"Cuando los restaurantes están contratando ellos mismos a los repartidores y alguien te da un servicio por la mitad del precio de lo que a ti te está costando y te quita los dolores de cabeza dices, 'pues oye, me quito el dolor de cabeza y este me lo da a mitad de precio, despido a todo lo que tengo y ya está, me voy a su modelo'", ha lamentado Barea.
Este hecho, ha añadido, merma "muy significativamente" el margen para operar de Just Eat por dos aspectos principales: la rigidez del modelo de empleados y el precio.
Por un lado, Barea ha destacado que "las desventajas de emplear, en cuanto a rigidez, son muy altas" porque implica unos costes superiores, como tener que pagar a los 'riders' por el tiempo muerto, las horas sindicales o la Seguridad Social.
Por este motivo, ha dicho, a Just Eat le ha costado muchísimo más abrir en pequeñas ciudades que a Glovo, en sus palabras textuales, dado que si el proyecto no tiene viabilidad tiene que hacer un ERE, una negociación con los sindicatos y que todo esto supone unos costes, mientras que operando con autónomos "desenchufas las cuentas, dejas de mandar pedidos y ya está".
Además, la diferencia de margen entre un pedido que se hace vía 'marketplace' con un pedido que se hace vía 'logistics' puede estar cerca de los 2 o 3 euros, un coste que, según ha dicho, no pueden ni cargarle a los usuarios --que pagan los gastos de entrega y servicios de gestión-- ni a los restaurantes --a los que se cobra una comisión--, porque los perderían como clientes.
En el caso de Glovo "han tenido unos costes muchísimo más bajos, lo que les ha permitido ser muchísimo más agresivos" tanto con los locales como con los usuarios, erosionando los márgenes de beneficio y empujándolos a la baja, en sus palabras.
EXCLUSIVIDAD
El director general de Just Eat ha explicado que teniendo que pagar por sus repartidores no se pueden permitir negociar contratos de exclusividades con cadenas de restaurantes, como sí hace Glovo, dado que les resulta "un coste inasumible".
En este sentido, ha dicho tener constancia de que Glovo ha firmado contratos de exclusividad con populares cadenas como Vicio, Hundred Burgers, Grosso Napoletano, Honest Greens o La Martinuca, de forma que si un usuario quiere realizar un pedido en alguna tiene que descargarse su app, que posteriormente podrá usar para pedir en otros restaurantes que ambas plataformas comparten: "Es una forma de robar y arrastrar un usuario".
Sobre los motivos por los que Just Eat no puede competir para conseguir esta exclusividad, ha dicho que el coste a fondo perdido "se va a varios millones de euros" y que si tuviesen margen de ahorro lo destinarían a esto, junto con el marketing.
Sobre si alguna vez pensaron en adoptar el modelo de Glovo, ha dicho que lo evaluaron pero "la respuesta siempre ha sido contundente que no" porque no se lo recomendaron por ser ilegal, en sus palabras.
PROMOCIONES
Sobre los descuentos y promociones que ofrecen los restaurantes por pedir a través de estas plataformas, Barea ha dicho que Just Eat intenta negociar que sea el establecimiento el que lo asuma, pero que las grandes marcas piden que lo costeen ellos.
"Hay marcas que lo que nos dicen es 'nosotros tenemos presupuesto para invertir en marketing de plataformas, pero dado que vosotros, por vuestro modelo de empleado, no dais cobertura en la totalidad del territorio y, por tanto, a la totalidad de mis tiendas, yo no quiero gastar el dinero con vosotros, lo hago con otras plataformas que han buscado otras soluciones'", ha manifestado.
En esos casos, ha explicado, para mantener el contrato, ceden y asumen ellos el coste de la promoción: "Para no quedarnos fuera tenemos que hacer el esfuerzo de pagar el coste equivalente de, por ejemplo, el 2x1 de una hamburguesa".
RESTAURANTES
El responsable de una cadena de restaurantes de comida japonesa de Barcelona que tuvo una flota propia de 20 'riders', primero, y subcontrata, después, por no poder competir en costes con las grandes plataformas, ha asentido al ser preguntado si Glovo lo desincentivó a la hora de contratar a sus propios repartidores.
"Llegó una notificación donde nos informaban de que en un plazo corto de tiempo ya no se podría repartir la demanda generada por Glovo con repartidores que no fuesen de Glovo", ha asegurado el testigo, que ha añadido que, además, le pidieron que facturasen a cada uno de los 'riders', lo que era inasumible.
RIDERS
Un 'rider' que trabajó para ambas plataformas en Málaga ha asegurado que trabajó para Glovo unas "10, 12 horas" diarias por las que percibía 60 o 70 euros como máximo.
Para ello tuvo que darse de alta como autónomo y "aceptar unos términos" que no pudo modificar y ha asegurado que era Glovo el que le pagaba y quien emitía directamente sus facturas cada 15 días, dado que él no podía hacerlo, pues no tenía los domicilios sociales de las empresas.
Para trabajar usaba su móvil y una mochila que compró a Glovo, por la que tuvo que pagar, y ha señalado que la empresa planteaba retos de forma que si los 'riders' entregaban un cierto número de pedidos en una franja horaria concreta se les pagaba más y que aunque al principio lo intentaba, dejó de hacerlo porque no era capaz de conseguirlo.
Otra 'rider' de Glovo en Madrid ha declarado, en la misma línea que el testigo anterior, que trabajaba unas 12 horas diarias por unos 60 euros, que usaba su propia moto, que solo ganó uno de los retos que hizo, y que las facturas se las pagaba Glovo.
Está previsto que los representantes de Glovo declaren este miércoles en la vista oral.
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