Las protestas se extienden a otra localidad de Irlanda del Norte tras una cuarta noche de disturbios "racistas"

Las manifestaciones comenzaron el lunes después de que dos adolescentes supuestamente extranjeros fueran acusados de agresión sexual

Los disturbios registrados desde hace cuatro días en Irlanda del Norte, propiciados por la detención de dos adolescentes por su posible implicación en la agresión sexual de una menor, se han extendido este viernes a otra localidad de la zona, según han informado las fuerzas de seguridad británicas.

Las protestas, que han llevado a cientos de personas a salir a la calle para pedir un recrudecimiento de las política migratorias ante la posibilidad de que los dos acusados sean extranjeros, comenzaron el lunes en la ciudad norirlandesa de Ballymena y han provocado también conatos de violencia en la localidad de Portadown.

Estos disturbios, que se han saldado de momento con más de 40 policías heridos, han sido condenados por las fuerzas de seguridad, que aseguran que cuentan con un cariz "racista", según informaciones recogidas por la cadena de televisión británica BBC.

Durante la última noche, la multitud de Portadown, en Armagh, ha lanzado adoquines y ladrillos contra los agentes, que han procedido a arrestar a quince personas a lo largo de toda la semana a pesar de que la primera protesta, en un inicio, se desarrolló de forma pacífica.

Las fuerzas de seguridad han mantenido una fuerte presencia policial en la zona, y en Portadown han amenazado con hacer uso de pelotas de goma para dispersar a la multitud durante la noche del jueves. El jefe de la Policía norirlandesa, Jon Boutcher, ha alertado de que muchos de los presentes "amenazan a familias que son diferentes a ellos". "Esto es racismo", ha advertido.

Así, ha explicado que la protesta pacífica del lunes fue sencillamente "secuestrada" por estos grupos. "Apoyamos fervientemente la diversidad de las comunidades de Irlanda del Norte. Estos fanáticos y racistas no tiene nada que ganar estos días", ha puntualizado.

Los incidentes se han extendido previamente a Newtownabbey y Carrickfergus, en el condado de Antrim, y al norte de Belfast, la capital norirlandesa, si bien han sido descritos como "esporádicos".