La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha confirmado la condena de cuatro años de prisión impuesta por la Audiencia Provincial de Salamanca al responsable de un establecimiento hostelero, como autor de dos delitos de abuso sexual a una menor de 16 años. La sentencia, dictada el 3 de junio de 2025, desestima el recurso de apelación presentado por la defensa del acusado, que alegaba vulneración del derecho de defensa, infracción de plazos procesales y error en la valoración de la prueba. El tribunal considera acreditados los hechos probados por la Audiencia Provincial, según los cuales el acusado ofreció alcohol en varias ocasiones a la menor, de 13 años, y realizó tocamientos de carácter sexual tanto en el local como en una zona apartada del establecimiento. La menor presentó posteriormente un trastorno adaptativo mixto y trastorno alimentario, agravados tras los hechos. La condena impuesta consiste en dos años de prisión por cada uno de los delitos, la prohibición de aproximarse a la víctima o comunicarse con ella durante cinco años, la inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio que implique contacto regular y directo con menores por un periodo superior en tres años a la pena de prisión, y la medida de libertad vigilada durante seis años tras el cumplimiento de la pena de prisión. Además, el condenado deberá indemnizar a la menor con 6.000 euros y asumir las costas del proceso, incluidas las de la acusación particular. El TSJ rechaza los motivos de apelación planteados por la defensa y ratifica íntegramente la sentencia dictada en primera instancia.
HECHOS PROBADOS
Según la sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, los hechos probados aseguran que el acusado, nacido en 1971 y sin antecedentes, regentaba en el verano del año 2021 el establecimiento bar 'Marfil' en una urbanización de Salamanca, donde abusó sexualmente en dos ocasiones de la niña, que en aquellas fechas tenía 13 años. Los hechos sucedieron el 18 de julio de 2021 cuando la niña y una amiga de 19 años fueron al bar de la urbanización y el acusado les ofreció unos chupitos de alcohol, totalmente gratis. El acusado comenzó a hablar con la niña puesto que conocía a sus padres y "le sacó el tema del suicidio de su padre y también le dijo que había tenido una gran confianza con su madre" tal y como reza la sentencia. La menor entonces "le comentó la mala situación por la que estaba pasando, con problemas en su casa, pues recientemente había descubierto que su padre no había muerto en un accidente laboral, como siempre habría creído", prosigue la sentencia. El acusado pidió a la niña que salieran a la terraza del establecimiento con la excusa de seguir hablando del suicidio del padre de la menor y llevó dos vasos de whisky. Allí se sentaron en una mesa alta situada apartada de la gente, donde tras charlar un rato, el acusado, "con el fin de satisfacer sus instintos sexuales, acercó su silla a la de ella quedando enfrente a la menor y le dijo que era adicto al sexo, comenzando a tocarle las piernas acercándose a sus zonas íntimas para tocarlas en varias ocasiones por debajo los pantalones al tiempo que le preguntaba ¿eres virgen?" ha señalado de manera textual la sentencia. También le decía cosas como "que bien cabría mí polla aquí dentro" añade. El acusado ese mismo día, cuando la niña le dijo que era tarde y que tenía que irse a casa, insistió en llevarla a su casa en la furgoneta, aunque una amiga insistió en subir con ella. Días más tarde, la niña fue nuevamente al establecimiento regentado por el acusado con otra amiga un año menor que ella, y el acusado de nuevo comenzó a hablar con ella y a servirle hasta tres vasos de aguardiente. Cuando la niña le pidió un vaso de agua, el acusado la llevó a la cocina y en un habitáculo estrecho (donde se encontraban totalmente solos), con cajas almacenadas a ambos lados, el acusado le bloqueó la salida y "con la finalidad de satisfacer sus instintos sexuales, la agarró por la cintura, tocándole el culo por el interior del pantalón e intentando acceder a sus pechos y vagina, agarrándole las muñecas para llevarlas hasta su pene y cogiéndola en otras ocasiones de la mandíbula para besarla, hasta el momento en que la menor consiguió escabullirse y marcharse del lugar" según se expone en la sentencia. Al acudir a Urgencias, la analítica realizada a las 3.50 horas de esa noche arrojó una tasa de 2,2 gramos de alcohol por litro de sangre. La sentencia asegura, además, que la niña presenta un trastorno adaptativo mixto, ansioso depresivo y trastorno alimentario que se ha agudizado tras estos hechos.
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