Lula muestra su respaldo a Fernández y la insta a mantenerse "fuerte" tras el fallo del Supremo argentino

Petro va más allá y advierte de que "la primavera democrática en América Latina está en peligro"

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha expresado este miércoles su respaldo a Cristina Fernández, después de que el Supremo de Argentina haya ratificado su condena de seis años de prisión por corrupción, en una conversación telefónica en la que ha instado a la exmandataria a mantenerse "fuerte en estos tiempos difíciles".

"Llamé a la camarada Cristina (Fernández de) Kirchner esta tarde y le expresé mi solidaridad. Le hablé de la importancia de que se mantenga fuerte en estos momentos difíciles", ha señalado en su cuenta de la red social X, donde ha elogiado "la serenidad y determinación a seguir luchando" de la líder del Partido Justicialista (PJ) frente a lo que ha calificado de "situación adversa".

También el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha hablado con Fernández, si bien ha ido un paso más allá que Lula al atribuir la condena a "las extremas derechas" y advertir de que la democracia en el continente latinoamericano "está en peligro".

"Acabo de hablar con Cristina (Fernández de) Kirchner, en Argentina. Mi solidaridad con ella que va en camino a la prisión", ha señalado en la misma plataforma, antes de denunciar que "estamos ante tiempos difíciles" y que "la primavera democrática de América Latina está en peligro".

En esta línea, el dirigente colombiano ha acusado a los gobiernos donde hoy "ascienden las extremas derechas y derechas" de "incentivar las rupturas democráticas" y ha aprovechado para vincular lo sucedido en Argentina con la situación en su país, donde "están ya pregonando un golpe de Estado y no es un discurso". "Personas de extrema derecha colombiana y en Estados Unidos, mantienen conversaciones fluidas para lograrlo", ha asegurado.

Los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Cuba también mostraron su apoyo a la expresidenta argentina, considerando la sentencia en su contra como un intento de instrumentalizar la justicia para "socavar a la izquierda".