
Narra una historia de dos escritores enfrentados en la Barcelona actual
El escritor Carles Casajuana, que acaba de publicar 'La guerra dins la guerra' (Proa), ha explicado que, como muchos escritores catalanes, él también busca las raíces, pero lo hace "bajo el asfalto de Barcelona", donde encuentra, textualmente, una identidad que debe defender.
En la rueda de prensa de presentación de la novela, Casajuana ha apuntado que es un libro sobre la Barcelona actual: problemas de vivienda, invasión turística y "gestión de la pluriculturalidad", ambientado en el otoño de 2019 en Catalunya.
'La guerra dins la guerra' narra la historia de dos escritores barceloneses --uno en catalán y el otro en castellano-- que se enfrontan en la literatura, la política y el amor, con un punto álgido cuando se ven atrapados en un triángulo amoroso con una joven quebequesa.
Además, uno de ellos está escribiendo una novela sobre los Hechos de Mayo de 1937, cuando comunistas y anarquistas se enfrentaron entre ellos en las calles de Barcelona durante la guerra civil, en un juego de "espejos" y de ficción dentro de la ficción.
Casajuana cree que en todos los conflictos hay guerras dentro de las guerras, y que a menudo termina siendo un factor decisivo: "Nadie se atreve a romper la unidad, pero siempre hay pugnas enterradas", dice, poniendo ejemplos como el conflicto en Palestina, el movimiento feminista o el PSOE.
DIVERSIDAD E IDENTIDAD
El escritor ha apuntado que Barcelona tiene una diversidad cultural muy superior a algunas de las grandes capitales europeas, lo que, más allá de la gestión política, supone "un privilegio" para un escritor, porque permite jugar con la identidad.
También ha dicho que el escritor catalán vive "a la defensiva", debido a la caída del uso del catalán y de la lectura en esa lengua, pero que también proporciona, textualmente, una sensación de superioridad moral.
Casajuana cree que ya ha pasado suficiente tiempo para escribir sobre el 'procés' y el 'post-procés', que le parece "un cúmulo de despropósitos": ha dicho que la política de la porra era la peor que se podía haber utilizado, pero que llevar las cosas al extremo saltándose la ley tampoco podría traer nada de bueno.
ESCRIBIR SIN OBJETIVO
El autor ha explicado que él no se sienta a escribir con un objetivo, sino que se imagina una situación de desequilibrio inicial y va tirando del hilo, hasta vestirlo de alguna forma para que se aguante: "Su no descubres algo cuando te pones a escribir, no escribes".
Además, ha contado que cuando publicó un 'Tap d'escopeta' en 1987, aunque la recepción fue buena, un crítico le achacó que parecía que escribiese "a la familia".
En el momento le pareció "un pinchazo", pero para él, ahora es un elogio, porque significa que establece con el lector una relación muy próxima que ha sabido mantener hasta esta novela.
Sobre la cantidad de libros vendidos, ha asegurado que el "lujo" de haber sacado ya unas cuantas novelas es que eso tampoco le afecta demasiado.
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