El primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, ha pedido este jueves al presidente de Egipto, Abdelfatá al Sisi, la liberación "urgente" del conocido activista británico-egipcio Alaa Abdelfatá, condenado a finales de 2021 a cinco años de cárcel por difundir noticias falsas. Starmer ha pedido a Al Sisi que el activista, que terminó de cumplir su condena el 29 de septiembre de 2024, sea liberado para que pueda reunirse con su familia. "Ha subrayado (durante la llamada) la importancia que tiene poner fin a la angustia que Alaa y su familia han padecido", ha precisado en un comunicado. Por otro lado, ambos líderes han discutido los "acontecimientos profundamente preocupantes" de la Franja de Gaza y han coincidido en que el Gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, "debe levantar las restricciones a la ayuda humanitaria". Esto se produce después de que en la víspera la madre del activista, Laila Sueif, anunciase que había retomado su huelga de hambre total para exigir la liberación de su hijo. "No es que dude del compromiso del Gobierno británico con su liberación ni quiero sembrar dudas sobre el interés de Starmer en la difícil situación de mi familia", indicó. Sueif, que dijo haber recibido una carta de apoyo por parte del primer ministro británico, afirmó que iba a consumir "cero calorías". "Para Alaa, en una huelga de hambre en prisión desde hace 81 días, desde el pasado 1 de marzo, nada ha cambiado", dijo. Abdelfatá lleva gran parte de la última década entre rejas debido a las críticas vertidas contra las autoridades de Egipto, que le han prohibido salir del país. Su familia ha denunciado que nunca ha recibido visita consular alguna durante su periodo en la cárcel. Al Sisi llegó al poder mediante un golpe de Estado en julio de 2013 que lideró después de una serie de manifestaciones masivas contra el entonces presidentete, el islamista Mohamed Mursi, primer mandatario elegido democráticamente y fallecido en 2019 durante una vista judicial contra él tras su detención después de la asonada. El dirigente ha impulsado una amplia campaña de represión y persecución contra opositores, tanto de grupos liberales como de organizaciones islamistas --llegando a declarar a Hermanos Musulmanes como una organización terrorista--, unas políticas denunciadas por grupos de Derechos Humanos.
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