MADRID, 17 (OTR/PRESS)La cita en el Senado del ministro Oscar López prometía, porque su interlocutor iba a ser Alfonso Serrano, mano derecha de Ayuso. Teniendo en cuenta que el compareciente es, también, el secretario de los socialistas madrileños, el enconamiento estaba asegurado. Pero el nivel llegó a ser tan barriobajero, que solo les faltó citarse en la plaza de la Marina Española y acabar a guantazos. La comparecencia empezó así: "señor López depende de lo que diga deberá o no volver aquí otra vez", es decir, le hago volver cuantas veces quiera. A lo que el ministro contestó, felicitándole por haber sido elegido para colocar las sillas en el próximo congreso del PP que se celebra en Madrid. A continuación, se entró en el tema que centraba la comparecencia: el caso Koldo/Abalos y las fiestas con "señoritas" en varios Paradores de turismo. Oscar López negó tener conocimiento de las mismas, pese a ser el presidente del organismo en aquel entonces. Dato este que resulta complicado de creer. ¿Al máximo responsable de estos establecimientos hoteleros no llama el director del Parador afectado, diciendo que va el ministro? Curiosamente Koldo sí que le llamó para pedirle presupuesto para alojar a un equipo de fútbol en uno de "sus" Paradores, según reconoció Oscar López en el Senado. ¿y no le llamó esta vez para avisarle que iba el ministro? Para desviar el tema, acusó al portavoz parlamentario popular de haberse reunido con el novio de Ayuso en una cafetería. A lo que este respondió que se reunía con quien le daba la gana y que incluso le podía invitar a él mismo a reunirse a tomar una Coca Cola. Lo dicho, nos vemos en la calle. Muy edificante ver convertido el Senado en una sala de boxeo. Las citas de ambos responsables políticos se convierten en armas arrojadizas, no por su interés para la ciudadanía, si no como estrategia electoral en la senda del "y tu más" en que se ha convertido la política nacional y autonómica. No parece, en cambio, que un tema como la ayuda y reubicación de los cientos de ciudadanos sin techo que duermen en el aeropuerto de Barajas preocupe a ambos responsables madrileños. No son peticionarios de asilo, cuatro de cada diez son españoles y la mitad empadronados en Madrid. Sencillamente, no tienen donde dormir ni dinero para pagarse una pensión. ¿es que a nadie le importa este drama humano? Mucho van a tener que trabajar sus ofertas ambos partidos, que son alternativa de Gobierno, para compensar el cansancio y el hastío de los votantes. Sobre todo el PP, que es quien quiere llegar a la Moncloa con estos mimbres.
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