
La peste es una enfermedad natural de los roedores que puede ser transmitida a los humanos por la picadura de las pulgas, al estar causada por la bacteria Yersinia pestis. Hasta el momento, siempre se había pensado que los focos posibles de enfermedad debían encontrarse en roedores infectados con la bacteria, pero un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Colorado han demostrado como la bacteria puede vivir en el interior de las amebas y multiplicarse, manteniéndose focos de la enfermedad latentes que resurgen con fuerza.
Las amebas son organismos unicelulares protistas que se desplazan mediante seudópodos (deforma su membrana celular para crear apéndices con los que moverse) y se alimentan fagocitando microrganismos más pequeños o pequeñas partículas, envolviéndolos con su membrana. Estos protozoos pueden encontrarse de forma muy generalizada en el suelo y cualquier fuente de agua.
Para demostrar este hallazgo, los investigadores recogieron muestras de suelo donde perritos de las praderas (Cynomys sp.) habían fallecido como consecuencia de la peste. En esas muestras localizaron amebas en cuyo interior vivían estas bacterias, en concreto determinando la especie donde más fácilmente crecen y se multiplican, Dictyostelium discoideum. Esto representa un descubrimiento muy novedoso, ya que lo normal es que las bacterias que son fagocitadas por las amebas les sirvan como alimento y sean destruidas en menos de una hora, por el contrario, esta bacteria vive libremente en su interior.
“La ciencia que no es divulgada hacia la sociedad es como si no existiera” ______________________________________________________________________ FUENTE: https://wwwnc.cdc.gov/eid/article/24/2/17-1065_article
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