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Nicolás y sus padres en una entrevista de el diario online de Olavarría
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La noticia, publicada por el diario argentino Clarín, comienza con un breve texto que Patricia Canosa difundió en su perfil de Facebook:
Me llamo Patricia Canosa, tengo 27 años y vendo un pulmón y un riñón
para poder comprar una casa antes de la operación de columna que deben
practicarle a mi bebé Nicolás Leiva, el día 19 de julio de 2012 en el
hospital Garrahan, soy cero positivo, no fumo, ni bebo bebidas
alcohólicas ni tampoco consumo drogas, no tengo antecedentes de
enfermedades patológicas ni significativas, lo hago voluntariamente,
acepto firmar acuerdo de confidencialidad, por favor difúndanlo porque
se me termina el tiempo en que puedo conseguir un hogar acorde a las
necesidades de mi familia”. Patricia es madre de dos niños. Nicolás, el más pequeño, sufre el síndrome Goldenhar. No puede caminar ni hablar. Se alimenta a través de un botón gástrico. Tiene paralizado el lado izquierdo de la cara y le falta una oreja. También sufre hipotiroidismo central. En junio será intervenido a una operación en la que le colocarán dos planchas de titanio a la altura de la nuca. Durante seis meses vivirá con ellas para que le fijen la columna, lo que posiblemente le permitirá aprender a caminar.
El mayor problema es que tras la operación, Nicolás debe descansa en un lugar limpio y en condiciones. Ahora, Patricia vive junto su marido Juan y sus dos hijos en una pequeña casa a las afueras de Olavarría, en Buenos Aires, sin agua ni gas.
Patricia vende su pulmón y Juan el riñón. De momento, cuenta al diario Clarín que han recibido más peticiones por el pulmón. Dicen que hay interesados argentinos y otros que les ofrecieron miles de euros. En el mercado negro, un riñón puede valer 100 mil euros y un pulmón puede alcanzar los 140 mil.
Aunque saben que se trata de algo ilegal, esta pareja argumenta que nadie les ha hecho caso y que es la última opción que les queda. Reclaman rapidez a los interesados porque necesitan el dinero antes de que operen a su hijo. “Es la última
manera que encontramos para solucionar este tema. Poca gente nos
comprende. Pero es mi hijo, él hace que todo lo demás valga la pena".