Mientras algunos hacen cinexin o estereogramas con los relatos, Márquez hace una road-movie con siete cortos sencillamente cojonudos
Luis Borrás jueves, 1 de marzo de 2012, 08:50 h (CET)
Portada de Tangram
Pensé comenzar diciendo que “Tangram” es un libro ameno que deja en herencia una sabrosa sonrisa. Pero, aunque eso sea completamente cierto, quedaría demasiado simplón y podría inducir a error. Este no es sólo un libro para pasar un buen rato. No es literatura de entretiempo. Así que corregiré para evitar posibles malentendidos. Márquez es formal y gamberro, soez, ácido y discretamente dulce, ingenioso, mutante, descarado, imaginativo y absolutamente brillante. Me ganó para su causa citando en la primera página a Uri Geller y al profesor Jiménez del Oso. Los mitos de la infancia televisiva unen mucho y crean afinidades automáticas. Pero en el caso de Márquez no necesito mentir porque los dos seamos hinchas del mismo equipo de fútbol, vayamos a las mismas manifestaciones o nos emborrachemos en los mismos bares. Con él no tengo deudas. Para recomendarle me basta con ser sincero en ayunas y sin una gota de alcohol en sangre. “Tangram” es una novela con la misma estructura que“Concesiones al demonio” de Óscar Sipán. En realidad una no-novela formada por varios relatos independientes pero entrelazados entre sí a través de unos personajes que se dan el relevo en una carrera sin tregua hasta que al final todo encaja. El pasado te persigue, se quedó con tu cara, sabe donde vives y viene a buscarte. El debate formalista de lo que es y no es una novela es lo de menos cuando hay calidad y talento de sobra.
“Tangram” son siete historias encadenadas por el azar y sus planes. Unas veces el azar resulta irracional y cruel, otras benefactor, caprichoso o tragicómico, y otras excitante, hijoputa o traicionero. Relatos en los que siempre la narración toma un giro imprevisto. Márquez podría ser como el conductor de un autobús urbano que, de repente, en un cruce, pega un volantazo y se desvía de la ruta prevista. El viaje toma un nuevo camino inesperado y él sonríe desde su asiento viendo nuestra cara de asombro. Márquez acelera y frena, maneja el viaje, te lleva por donde quiere y nunca resulta aburrido. Tiene la virtud y la capacidad de los buenos narradores: es versátil. Cada relato es distinto, redondo y nutritivo. Distintos escenarios y distintas tramas y en todos sobrevuela el humor negro o el sobre sorpresa de la tómbola.
Márquez es directo y sincero, moderadamente tierno y crudamente realista, dinámico y ocurrente. Y en las obsesiones, frustraciones, tonterías de juventud y edad del pavo, enamoramientos, rendiciones, cordura, locura y revanchas de sus personajes consigue que nos identifiquemos con ellos. Un disparatado y jugoso camino muy bien urdido.
Márquez es un peliculero, un hábil y exquisito contador de historias. Secuestros, canibalismo, equívocos, atracos y tiroteos, mapas que marcan tesoros enterrados, tipos excéntricos y vulgares, amores imposibles, mafiosos y vendettas, cotilleos de modistas. Sus historias enganchan, una vez que has comenzado no puedes dejarlo. Mientras algunos hacen cinexin o estereogramas con los relatos, Márquez hace una road-movie con siete cortos sencillamente cojonudos. Juan Carlos Márquez. “Tangram”. 166 páginas. Editorial Salto de Página. Madrid, 2011.
Comentarios
Carolyn
19/mar/12 04:22 h.
Je1 imaginei uma coisa bem almuca imagina se todo o povo desempregado, sem teto, sem terra, misere1vel fosse para o congresso e le1 acampar? Pegar um caminhe3o de mendigos e colocar na porta das prefeituras por exemplo. Pq nf3s somos incomodados por pessoas q pedem esmolas e ng vai incomodar quem te1 le1 no poder? Pq brasileiro e9 um povo acomodado!
Paulina
17/mar/12 23:15 h.
Ontem depois da aula, vendo CQC me dreepai com o depoimento de um deputado sobre a queste3o das passagens. Enquanto um dos apresentadores do programa o questinava sobre a liberae7e3o ou ne3o das viagens para parentes, o deputado (que ne3o me lembro o nome agora) perguntou de volta o que dava o direito da imprensa de ficar ocupando os corredores do congresso, pois o povo tb pagava impostos e ne3o ia le1 Isso me chamou atene7e3o: pq ne3o vamos' le1?Realmente estamos entrando numa nova fase de questionamentos e que trare3o possedveis mudane7as, mas diferente do filme Lutero, temos que medir bem essas reae7f5es para ne3o metermos os pe9s pelas me3os.Essa discusse3o vai longe.Bjos
Hnadir
17/mar/12 19:48 h.
Ago16 Hola Angie soy Maria,ahijada de Nitza cruz, tu ahijada. Te eirbsco estas letras para felicitarte en por el excelente trabajo que estas desarollando. De corazon te deseo mucho mas exito del que has tenido hasta ahora y que todos esos seres de luz te sigan dando estas bendiciones tan lindas que hasta ahora tienes Saludos y que Obbatala te Bendiga.
Escribe tu opinión
Comentario (máx. 1.000 caracteres)*
(*) Obligatorio
NORMAS DE USO
» Puede opinar con libertad utilizando un lenguaje respetuoso.
» Escriba con corrección ortográfica y gramatical.
» El editor se reserva el derecho a borrar comentarios inadecuados.
» El medio almacenará la IP del usuario para proteger a los autores de abusos.
El frío que campea, victorioso, por la Península Ibérica durante estos días, no le afecta mucho por tanto. «Aquí raramente llega la nieve, apenas la vemos», dice
Las estrellas que nos miran es una novela intimista del escritor madrileño Álvaro Talarewitz en donde se exploran conceptos como el amor, la pérdida, la amistad o el sentido de la vida. Álvaro Talarewitz es galerista, y compagina su trabajo como encargado de la galería de arte Ponce+Robles de Madrid con las letras