Si bien la jugarreta que hizo Cascos le salió bien en un principio consiguiendo militantes para su nuevo partido en Asturias, esta semana se le ha fastidiado todo. Como bien saben, Álvarez Cascos ha convocado elecciones para el próximo mes de marzo. Esta convocatoria anticipada viene sin apenas cumplir un año de mandato. Rajoy decía que no conocía en profundidad este tema para tener una opinión fundada, pero aseguró que no es muy responsable y bueno para los ciudadanos convocarles tanto a las urnas. Quizá Rajoy tenga razón, pero lo cierto es que a Cascos no le quedaba otra alternativa.
El fracaso de no poder aprobar los presupuestos para Asturias sumado a la unión y entendimiento que existe entre el PP y el PSOE allí ha sido la primera y última chispa que ha incendiado los planes políticos de Cascos. Los presupuestos presentados por Foro Asturias no se correspondían con la realidad y por tanto su mayoría simple ha sido derrocada por la España democrática del bipartidismo.
Ahora el panorama para Cascos es un panorama de todo o nada, un panorama o de mayoría absoluta o de abandonar la política. Su convocatoria por el contrario, no es un “me rindo” sino un “quiero pero no puedo” al no tener una confianza absoluta. Lo mas probable es que ahora estos votos que actualmente tiene Foro Asturias pasen a dividirse entre PP y PSOE, quizá más a uno que a otro, pero la mayoría actual será menor y por tanto el terreno quedará en manos de otro partido que si no consigue la mayoría absoluta se encontrará posiblemente con las mismas barreras que no ha podido saltar Álvarez Cascos. Ahora bien, queda en el aire si las futuras barreras del próximo Gobierno serán provocadas con la suma del actual perjudicado, o bien existirá el entendimiento actual de la oposición y podría trasladarse a Asturias un contexto similar al País Vasco.
Mientras estas dudas se resuelven o no, a la espera de las elecciones siguen unos ciudadanos que a día de hoy necesitan medidas urgentes y que hasta la fecha seguirán paralizadas por una mayoría simple que no consigue ningún apoyo exceptuando el suyo propio y que es menor a la mayoría que representa la oposición que también se queda por debajo de la demanda social de los ciudadanos.