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El ‘doble o nada’ de Ricky Rubio

Rubio asombra en la NBA con solo diez partidos disputados
David Jover
jueves, 12 de enero de 2012, 09:00 h (CET)

Hace justo un año Ricky estaba en el punto de mira de todos. Aficionados y periodistas apuntaban que se había estancado, que ya no progresaba. Él, con sus números y juego, les daba argumentos. Pero de puertas para adentro pasaba todo lo contrario. Cada día trabajaba más y más su tiro al finalizar los entrenamiento con David García, tercer ayudante de Xavi Pascual en el Barça Regal. Sabía que debía esforzarse más, no parar de aprender. Y mucho menos rendirse. Eso jamás.

Algunos, viendo su gran momento en los Minnesota Timberwolves, se preguntan: ¿Cómo es posible un cambio de estas características en sólo un año? Las respuestas son varias, pero todo tiene una explicación. Los Wolves, a diferencia del Barça, no tienen la necesidad imperiosa de ganar cada partido. Son un equipo joven, en formación, y que sólo busca que todo ese elenco de jóvenes jugadores se haga mayor para que en pocos años puedan aspirar a más. El objetivo es crecer.

En el Barça no había tiempo para esperarle. Ricky Rubio nunca dejó de trabajar, y aunque en muchas ocasiones se sentía frustrado porque no le salían las cosas, ahora ve, con el tiempo, que el haber sufrido le ha ido de fábula. Que el hecho de no estar cómodo le ha hecho madurar. Y ahora, en Minnesota, sabe que puede sacar a explotar su talento. Además, juega mucho más minutos que en Europa. A todo ello hay que añadirle que durante el ‘lockout’ ha trabajado mucho el tiro. Muchísimo. Gran parte de ese entrenamiento fue con el exentrenador de la Penya Miquel Nolis, que le ayudó a tomar decisiones en situaciones críticas, con estrés. Es decir, con pocos segundos, de decisión rápida y donde un toque de muñeca poco preciso te puede hacer fallar el tiro. Con Nolis dio otro paso adelante.

Ricky Rubio, pese a que muchos no lo vean así, acertó en fichar por el Barça. Primero por los títulos conseguidos, un total de seis en dos años. Un palmarés de ensueño, Euroliga y Liga ACB incluida, con sólo 21 años. Muchos acaban su carrera sin obtener tantos trofeos. Segundo por jugar al máximo nivel. El hecho de estar en el Barça Regal le permitió jugar partidos importantes, finales de Liga ACB o una Final Four de la Euroliga. Su aportación en algunos momentos fue menor a la esperada, sobretodo por el desembolso que en su día hizo el club azulgrana, pero lo que Ricky no sabía es que esos momentos de frustración le ayudarían a formarse como jugador y como persona. Saber que nada es fácil por mucho talento que poseas. El trabajo es fundamental.

Ahora Ricky en Minnesota se siente liberado. No tiene presión por ganar ningún campeonato. Ni siquiera para entrar en los ‘Play-off’. Y eso le hace mejor, le hace mostrar todo su potencial, lo que lleva dentro desde que debutara con 14 años en la Liga ACB. El desparpajo no lo ha perdido y le hace especial. Ahora su próximo reto es mejorar físicamente. Debe trabajar mucho para tener un mejor tren inferior y un mejor desplazamiento lateral. No es fácil parar a bases como Russell Westbrook o Derrick Rose, pero debe trabajar para ello. Eso también le beneficiará en ataque. Y es que mejorando sus piernas podrá evitar muchos de los tapones que le ponen.

El ‘doble o nada’ de Ricky ha salido cara aunque muchos pensaran que sería cruz. Y aunque solo lleva diez partidos, le irá bien. Genial. En América están maravillados con Rubio, que no deja de sorprender día a día. Él sabía que le saldría bien, lo lleva dentro. De momento lleva 10 puntos y 8 asistencias por partido, guarismos que le sitúan como un firme candidato a Rookie del año. Y va para arriba. ¿Dónde se encuentra su techo? Solo lo sabe él.

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