Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Desde la crítica

El espejo

La socialdemocracia como modelo político basado en la fórmula “más Estado y menos mercado” no tiene cabida en la americanización de la Unión Europea
Abel Ros
jueves, 17 de noviembre de 2011, 08:08 h (CET)

El espejo histórico ha sido el testigo inmóvil del desgaste sistémico de los siglos acontecidos. A través de sus intermitentes reflejos observamos con recelo las arrugas marcadas en el rostro envejecido de las épocas pasadas. Desde el vidrio de sus destellos miramos con perspectiva las imágenes grises de ayer; oímos las batallas a través de las voces tembladas de nuestros mayores  y, leemos los testimonios de quienes tuvieron la oportunidad de escribir desde su campo de batalla.

Hoy el péndulo diacrónico ha vuelto a romper la quietud de las imágenes en las aguas irrepetibles de Heráclito. La Europa que  se mira en el cristal del Mediterráneo, dibuja la misma silueta geográfica que reflejaba el Imperio Romano del Cesar en la bota cartográfica de Italia. Los sueños de Napoleón y los anhelos de Perón contrastan con las grietas políticas del presente en la imagen empañada de la integración fracasada.

Los “Estados Unidos de Europa”, en palabras de Bonaparte,  han debilitando las corrientes ideológicas del sur. La tijera merkeliana como paradigma del “know how” europeo ha roto las arterias neurálgicas de la confianza que riegan la fidelidad entre las siglas políticas y sus representantes. La caída de Berlusconi, Papandreu y Zapatero ha resucitado las bases filosóficas del ”despotismo ilustrado” en las estructuras parlamentarias del Tratado de  Lisboa. La ausencia de maniobra política y la traición ideológica en pro de los dictámenes monetarios de Europa, está siendo  la bacteria que lentamente infecta los tejidos sanos de sus miembros.

La socialdemocracia como modelo político basado en la fórmula “más Estado y menos mercado” no tiene cabida en la americanización de la Unión Europea. El mensaje de la izquierda ha sido cortocircuitado por el mito de la utopía. La integración económica ha servido para sembrar la crisis sistémica de la izquierda.  Gracias a Europa, el liderazgo socialdemócrata ha perdido toda su credibilidad. El tira y afloja de la costa Mediterránea para converger populismo y neoliberalismo ha terminado por cuadrar el círculo del fracaso ante las paredes infranqueables de la praxis de Bruselas.

Las grietas rojas en el espejo de Europa han roto el hechizo de su reflejo. Hoy ya no somos la imagen idílica de Argentina. El vampiro de los mercados ha hecho que nuestra imagen del bienestar sea borrada de nuestra lámina internacional. Ahora con el espejo empañado es momento de mirar en el cristal latinoamericano y comprender de una vez por todas, que tanto mercado está mermando la esencia de nuestros estados. Las políticas sociales de Brasil y la receta Argentina deberían servir a los “Estados Unidos de occidente” para enderezar el descarrilamiento lento de Europa.

La tecnocracia griega e italiana, o dicho de otro modo, el gobierno designado por la soberanía de los mercados,  es en estos momentos la imagen decadente de nuestro destello. Sí Evita Perón levantara la cabeza quizás daría un fuerte golpe en la mesa;  para reivindicar con su “discurso plebeyo” la imagen de aquella Europa perdida que tanto emuló para mejorar las condiciones infrahumanas de sus ”descamisados y grasitas”. Mientras tanto, seguiremos siendo el espejo agrietado que tanto gustó al vampiro norteamericano.

Noticias relacionadas

Los legisladores actuales se han acostumbrado, de una forma que yo llamaría indecente, a lo que se le ocurre (sea lo que sea) a alguno de esos personajes (masculinos, femeninos y neutros) de la rampante y vulgar moda de los pijos progres. Estamos observando en los últimos tiempos que el legislador actual se entromete en ámbitos privados sin ningún recato, creando normas para regular los modelos que necesita para la promoción de su disparatada ideología.

En medio de la escalada del aluvión de desastres climáticos que nos acorralan y de los incesantes conflictos que nos persiguen, defender los valores humanos y la ética humanitaria, es una de las más urgentes necesidades del momento. Hoy más que nunca precisamos reponernos, trabajar en los valores interiores de cada cual, para encontrar el reposo necesario y la primordial quietud que generan las razones de la esperanza, que todos nos merecemos por el mismo hecho de nacer.

Ni teléfono ni internet, lo justo para sentirse desnortado y pensar en otras posibilidades. Al abrir la ventana escuché a varias personas que llevaban un transistor en la mano, pegado al oído como aquel fatídico 23F o las tardes de domingo para conocer los resultados del fútbol. Decidí no esperar más y pensé dónde podía estar alguno de los dos transistores que tenía en otra época. No tardé en encontrarlos y, tras poner pilas nuevas, resulta que funcionaban como el primer día.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto