Resulta repugnante que países como Portugal, Grecia o Irlanda, pierdan los últimos vestigios de su Soberanía nacional a manos de los mismos especuladores, fulleros y rufianes que han provocado su bancarrota. La maniobra es tan rastrera como evidente, y resulta difícil creer que sea tan sencillo apropiarse arbitrariamente de todo un país de una forma tan vil y torticera.
Poco importa ya lo que voten los ciudadanos de esos países intervenidos por el sanedrín de la UE: esas tres Naciones ya han perdido su Independencia. Ahora los destinos de esos ciudadanos no se decidirán en las urnas, sino en los despachos de una caterva de burócratas y paniguados al servicio de una oligarquía de banqueros, especuladores y usureros que podrán hacerse con las empresas públicas y privadas de esos países de forma gratuita, tras haberlas arruinado previamente cerrándole el grifo del crédito a sus respectivos Gobiernos. La misma táctica empleada contra Nueva Rumasa, sólo que a mayor escala.
A falta de tan sólo unos días para que se cumpla la fecha límite para el debate en Estados Unidos sobre el presupuesto fiscal para el año 2011, el presidente Obama advierte sobre una posible paralización de la administración, si republicanos y demócratas no llegan a un acuerdo sobre la distribución de fondos. Nada menos que 800 mil funcionarios públicos podrían perder su empleo y, como siempre, serán las partidas presupuestarias destinadas a las minorías y las clases sociales más desfavorecidas, las que se verán más afectadas con los recortes.
Enmascarados detrás de ampulosas siglas como las del BCE, FMI, BM, OCDE, etcétera, los mangantes de toda la vida hacen y deshacen a su antojo, amparados por la impunidad que les brindan las instituciones de una nauseabunda Unión Europea que lo único que ha aportado hasta ahora a buena parte de sus ciudadanos es miseria, desempleo y desesperación.
Entretanto, algunos palmeros aplauden pensando que la amenaza del “rescate” ya ha pasado para España. Nada más alejado de la inquietante realidad. Lo que sucede es que zancadillear a la quinta economía europea, podría resultar una maniobra demasiado osada que quizás haría saltar por los aires la santabárbara de este barco negrero en que se ha convertido la malhadada Unión Europea. Pero, si se han atrevido incluso con Estados Unidos, ¿qué nos hace pensar que no se atreverán con nosotros?
Los banqueros y los especuladores internacionales actúan como auténticos proxenetas de la democracia. Prostituyéndola, maltratándola y utilizándola en su provecho. ¿Cómo se atreve un banquero del tres al cuarto a decirle públicamente a un presidente de Gobierno lo que debe hacer? ¿Qué legitimidad democrática tiene para hacerlo? Una mayoría de los ciudadanos de este país eligió a Zapatero como su representante, no a Botín.
Un banquero es, básicamente, un usurero que presta dinero con un interés abusivo. ¿Queremos ser gobernados por semejante patulea? ¿Qué futuro tendrán nuestros hijos en manos de estos despóticos tahúres, bribones y oportunistas?
Hoy, todos somos portugueses. Las mismas maniobras especulativas que han llevado al país vecino a la quiebra, las intentarán mañana contra España. Como ya las pusieron en marcha en Grecia e Irlanda. ¿Dónde está nuestra solidaridad como ciudadanos europeos?
Europa es la suma de un todo, y ese Todo lo conforman las Naciones y los Pueblos que la integran, no un entramado de bancos privados, oscuras corporaciones financieras y empresas multinacionales de dudosa integridad.