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La de Madrid, gran espectáculo, con sus carrozas, sus bailes, sus músicas, con los tres Reyes

Añoranza y satisfacción

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Ayer seguí por la TV varias de las Cabalgatas de los Reyes Magos que se transmitían. En conjunto me gustaron más que las del año pasado, las vi en general más humanas, más cerca de lo que siempre habían sido.

La de Madrid, gran espectáculo, con sus carrozas, sus bailes, sus músicas, con los tres Reyes.

Algunas catalanas, entre ellas la de Vich, con menos farolitos ESTELADOS de los que los gestores-politizadores-independentistas hubieran querido que, mientras por una parte iluminaban al acto en si mismo dándole más brillo y color, por otra buscaban alejando a la gente de la esencia de la fiesta, objetivos distintos a los de su origen. Si, a la gente, porque no creo que a los niños, que siguen siendo niños, creyendo en los Reyes Magos, esperando lo que les iban a traer, cogiendo los caramelos que les tiraban; quizás haciendo ese mínimo examen de conciencia de: “¿ME HABRÉ PORTADO BIEN?”. Con muy poco o con ningún miedo de que les vayan a traer CARBÓN, porque se saben queridos, más que nada y más que nadie.

Es curioso creo que si se hiciera una encuesta sobre a quienes gusta esa cabalgata, el resultado sería muy alto, creo que mucho más que si se preguntara cualquier otra cosa.

Y es esa una fiesta Cristiana que sigue siendo muy, muy popular , en toda España porque en ella lo que más hay es amor. Los niños se sienten queridos y los padres y los abuelos y los tíos sienten que los quieren y esos sentimientos dan felicidad para quien los recibe y, quizás más, para quien los da.

No parece que en Valencia se celebrara la de las TRES REINAS del año pasado, reinas bien dotadas, no de juguetes precisamente y por ello lucidoras, aunque no cuadraran con el ambiente que los niños y sus padres esperaban.

Entre las cabalgatas vi, durante mucho rato, la de Alcoy, que se precia de ser la más antigua de las españolas, quizás del mundo, de ahí mi añoranza pues es la de mi niñez y mi adolescencia, en la que participé activamente varios años. ¡Que tiempos! Pero he dicho añoranza y añado ahora satisfacción. Diría que la vi más cálida, más humana, más de todos, con la participación de todo el publico, de una forma totalmente cercana, de los que salían con sus trajes, de los que estaban viéndolos y compartiendo con ellos. Lo que más me gustó, lo que más me satisfizo fue esa cercanía, ese ser todos, esos niños levantados por sus padres para besar a los reyes. El finalizar el rey Melchor, decía cuánto se había emocionado por todo ello.

Esos negros subiendo las escaleras rojas para llevar los juguetes hasta los primeros pisos, como siempre, como entonces. Por las escenas dentro de uno de las casas de los negritos subiendo los paquetes, de los mayores ayudándoles a acabar de subir, de cuando van dando los paquetes y dándoles un beso a los niños que los recibían.

Cuenta una muy buena amiga mía, de mi época también, que ella de niñita, le emocionaba el beso de los negritos y que le era importante ser manchada por la pintura con la que estaban maquillados, para ella entonces eso era como un indicador de veracidad.

Me gusto el respetuosísimo acto de Adoración de los Reyes al niño Jesús, San José y la Virgen, con su música y el espectacular castillo de fuegos artificiales desde detrás del campanario de la iglesia de Santa María. Me gustó y participé desde casa de los aplausos de la gente después.

Me gusto el Sr Alcalde D. Antonio Francés, aunque no lo conozca personalmente, pero me enorgulleció como alcoyano, porque lo vi tranquilo, cómodo, cercano.

Insisto me maravilló la cercanía de la gente, lo mucho que participaba, lo próxima que estaba, era, de verdad, la cabalgata, SU CABALGATA, la de todos, sin distancias.

¡FELICIDADES ALCOY!, aunque no creo ser imparcial, si creo que tu cabalgata, la nuestra, ha sido la mejor, como siempre.

Añoranza y satisfacción

La de Madrid, gran espectáculo, con sus carrozas, sus bailes, sus músicas, con los tres Reyes
Jaime Fúster Pérez
sábado, 7 de enero de 2017, 11:32 h (CET)
Ayer seguí por la TV varias de las Cabalgatas de los Reyes Magos que se transmitían. En conjunto me gustaron más que las del año pasado, las vi en general más humanas, más cerca de lo que siempre habían sido.

La de Madrid, gran espectáculo, con sus carrozas, sus bailes, sus músicas, con los tres Reyes.

Algunas catalanas, entre ellas la de Vich, con menos farolitos ESTELADOS de los que los gestores-politizadores-independentistas hubieran querido que, mientras por una parte iluminaban al acto en si mismo dándole más brillo y color, por otra buscaban alejando a la gente de la esencia de la fiesta, objetivos distintos a los de su origen. Si, a la gente, porque no creo que a los niños, que siguen siendo niños, creyendo en los Reyes Magos, esperando lo que les iban a traer, cogiendo los caramelos que les tiraban; quizás haciendo ese mínimo examen de conciencia de: “¿ME HABRÉ PORTADO BIEN?”. Con muy poco o con ningún miedo de que les vayan a traer CARBÓN, porque se saben queridos, más que nada y más que nadie.

Es curioso creo que si se hiciera una encuesta sobre a quienes gusta esa cabalgata, el resultado sería muy alto, creo que mucho más que si se preguntara cualquier otra cosa.

Y es esa una fiesta Cristiana que sigue siendo muy, muy popular , en toda España porque en ella lo que más hay es amor. Los niños se sienten queridos y los padres y los abuelos y los tíos sienten que los quieren y esos sentimientos dan felicidad para quien los recibe y, quizás más, para quien los da.

No parece que en Valencia se celebrara la de las TRES REINAS del año pasado, reinas bien dotadas, no de juguetes precisamente y por ello lucidoras, aunque no cuadraran con el ambiente que los niños y sus padres esperaban.

Entre las cabalgatas vi, durante mucho rato, la de Alcoy, que se precia de ser la más antigua de las españolas, quizás del mundo, de ahí mi añoranza pues es la de mi niñez y mi adolescencia, en la que participé activamente varios años. ¡Que tiempos! Pero he dicho añoranza y añado ahora satisfacción. Diría que la vi más cálida, más humana, más de todos, con la participación de todo el publico, de una forma totalmente cercana, de los que salían con sus trajes, de los que estaban viéndolos y compartiendo con ellos. Lo que más me gustó, lo que más me satisfizo fue esa cercanía, ese ser todos, esos niños levantados por sus padres para besar a los reyes. El finalizar el rey Melchor, decía cuánto se había emocionado por todo ello.

Esos negros subiendo las escaleras rojas para llevar los juguetes hasta los primeros pisos, como siempre, como entonces. Por las escenas dentro de uno de las casas de los negritos subiendo los paquetes, de los mayores ayudándoles a acabar de subir, de cuando van dando los paquetes y dándoles un beso a los niños que los recibían.

Cuenta una muy buena amiga mía, de mi época también, que ella de niñita, le emocionaba el beso de los negritos y que le era importante ser manchada por la pintura con la que estaban maquillados, para ella entonces eso era como un indicador de veracidad.

Me gusto el respetuosísimo acto de Adoración de los Reyes al niño Jesús, San José y la Virgen, con su música y el espectacular castillo de fuegos artificiales desde detrás del campanario de la iglesia de Santa María. Me gustó y participé desde casa de los aplausos de la gente después.

Me gusto el Sr Alcalde D. Antonio Francés, aunque no lo conozca personalmente, pero me enorgulleció como alcoyano, porque lo vi tranquilo, cómodo, cercano.

Insisto me maravilló la cercanía de la gente, lo mucho que participaba, lo próxima que estaba, era, de verdad, la cabalgata, SU CABALGATA, la de todos, sin distancias.

¡FELICIDADES ALCOY!, aunque no creo ser imparcial, si creo que tu cabalgata, la nuestra, ha sido la mejor, como siempre.

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