¿Cuántas veces no te has permitido ser tú mismo o tú misma? ¿Cuántas veces no eres genuino y entonces no eres honesto contigo mismo? Para eso es crucial saber que la autenticidad se manifiesta siendo sincero, no faltando a la verdad, y presentándose a uno mismo de forma genuina.
Conocerse a sí mismo y actuar en consecuencia es fundamental dentro del desarrollo personal, es un imperativo moral y personal en nuestra vida. Sin embargo, es cierto que hasta el momento la psicología no ha profundizado mucho en su conocimiento y descripción. Es importante reseñar que las diferencias personales a la hora de valorar si una persona es auténtica o no son de una importancia crucial. Pero no es menos cierto que la gran mayoría de las personas al ser preguntadas están de acuerdo en que la integridad, la autenticidad y la honestidad son elementos esenciales.
Si observas a tu alrededor te darás cuenta de que no existe un forma mágica, única y coherente de ser uno mismo, pero no es menos cierto que entendemos que dejamos de ser auténticos cuando evitamos confrontaciones con los otros, obviando mis necesidades, de esa manera me dejo influir por los demás para no sentirme rechazado, eso nos pasa en múltiples entornos: con nuestra pareja, con amigos y amigas, con nuestros hijos e hijas, etcétera. Actuamos según esperan los demás que lo hagamos, si eso lleva aparejado el negar como somos, eso nos genera malestar.
Esta perdida de autenticidad influye sobre nuestra autoestima y nos genera emociones como la tristeza o el dolor, que mal gestionados influyen sobre nuestro estado de ánimo volviéndolo negativo.
Algunos estudios sobre la autenticidad han profundizado en conocer y describir como algunas personas inmersas en una relación de pareja terminaban respondiendo mayoritariamente a las necesidades de la otra persona, encontrando en que esta falta de autenticidad les generaba problemas de autoestima, depresión y ansiedad.
Además es importante mencionar que las personas que dejan de ser auténticas comienzan a sentirse menos satisfechas con su vida. Ya que a medida se van sintiendo que su forma de ser varía esto les influye de manera negativa sobre los niveles de bienestar, es decir, las personas se sienten peor, llegando a valorar su vida como infeliz.
Podríamos afirmar que es esencial para ser uno mismo el intentar no auto-alienarse, es decir debemos de intentar no perdernos en los demás, por ello es bueno que valores adecuadamente las aportaciones que estos realizan en tu vida, y que estas aportaciones las contrastes con lo que ya haces y de forma autónoma consigas ajustar tu vida las nuevas circunstancias.
Por lo tanto, las personas que quieren ser felices deben ser abiertas y honestas con su propia forma de pensar, con sus ideas, con sus propios sentimientos y responsabilidades. Pero ojo, no te lleves a engaño, para ser auténtico no nos sirve eso de callarnos o evitar hablar de algo que refleja nuestra falta de coherencia con nosotros mismos, implica un paso más allá, implica mojarte y definirte incluso en esas situaciones donde quizás lo más fácil sería callar y asentir. ¿Te atreves con este reto de ser tu mismo o tu misma?