Una pérdida de peso rápida podría afectar a la piel del rostro, así lo explica la fundadora de los Centros de Estética Marquessa

Sobre todo, ahora con la llegada del verano, muchas personas se embarcan en dietas extremas o recurren a fármacos para adelgazar con la intención de lucir una figura más estilizada en muy poco tiempo. Sin embargo, esto puede traer consecuencias negativas en la piel, especialmente en términos de flacidez facial. Así lo explica, Eva Collar, esteticista y fundadora de los Centros de Estética Marquessa, y qué se puede hacer ante ello.

¿Cómo afecta la pérdida de peso rápida?
Tal y como explica la esteticista, "cuando alguien pierde peso muy rápido, ya sea por una dieta extrema o por el uso de fármacos como inyecciones para adelgazar, la piel del rostro es una de las primeras en notarlo. Al reducirse el volumen facial, la piel puede quedarse sin sujeción, lo que provoca flacidez, pérdida de firmeza y ese efecto de cara vacía que muchas personas no esperan. Las mejillas pierden turgencia, el óvalo facial se desdibuja y aparece un aspecto más cansado o envejecido".

Por otro lado, "en muchas ocasiones esa pérdida de peso rápida se debe a la eliminación de líquidos, lo que se refleja, en consecuencia, en una piel más seca, opaca y apagada, especialmente cuando se han hecho dietas muy restrictivas", menciona Collar.

Por estas razones, Eva defiende que es mucho más recomendable seguir un plan de pérdida de peso gradual, manteniendo un estilo de vida saludable y reforzándolo con una ayuda extra a través de tratamientos de cabina. "No obstante, en el caso de haber perdido peso de una manera repentina, se puede tratar si se aborda a tiempo con las herramientas adecuadas".

Skin Touch Lifting: la solución para devolver firmeza y vitalidad al rostro
Frente a todos estos efectos visibles que deja la pérdida rápida de peso, la fundadora de los Centros de Estética Marquessa destaca a Skin Touch Lifting como un tratamiento ideal que consigue la mejor versión de la piel, para que se vea nuevamente reafirmada de forma totalmente no invasiva.

"El secreto de su eficacia radica en la combinación de 4 tecnologías: radiofrecuencia, electroestimulación, crioterapia y terapia infrarroja. A través de ellas, se estimula la producción de colágeno y elastina; se mejora la firmeza y elasticidad de la piel; se reducen las arrugas; se mejora la circulación sanguínea; se estimula el drenaje linfático y se eliminan toxinas; al mismo tiempo que se aporta luminosidad y uniformidad al tono de la piel", expresa la esteticista.

Además de su potente acción reafirmante, lo que hace único a este tratamiento es su forma de aplicación: "se trabaja cada grupo muscular del rostro de forma precisa y personalizada, utilizando unos cabezales en forma de dedos que emiten corrientes de baja frecuencia y luz LED", explica Collar.

Según describe Eva, este tratamiento destaca también por su personalización, "cada sesión comienza con una limpieza facial profunda adaptada al tipo de piel y a sus necesidades. Ello incluye desmaquillante, tónico, peeling enzimático o químico, la aplicación de principios activos específicos y, en ocasiones, si hay muchas células muertas acumuladas, técnicas de ultrasonido". A ello añade que "el tratamiento con la aparatología Skin Touch en sí dura 20 minutos, aplicando primero un velo y después estimulando por encima de él todos los músculos del rostro y cuello uno por uno, comenzando por la zona orbicular y descendiendo por el contorno facial hasta los laterales del cuello. Esto es clave para lograr una activación real: al trabajar zona por zona, se consigue tonificar el músculo, activar la microcirculación y estimular la generación natural de colágeno y elastina".

Asimismo, la obtención de resultados es muy rápida, "5 sesiones son suficientes para conseguir la meta deseada, con un efecto de rostro más descansado, firme y definido, y un efecto tensor inmediato y duradero" afirma la esteticista.

Precio por sesión: 95 €

Dónde: Marquessa Centro de Estética y Belleza en Oviedo y Marquessa Centro Médico Estético en Gijón