Decir que una película es una de las más impactantes de los últimos años, es mucho decir. Una de las más famosas a la que le han colocado este título ha sido a la película La sustancia. Este innovador filme hace partícipe al espectador de la crítica que alberga su argumento, una crítica que va dirigida hacia los estándares de belleza impuestos tanto por las productoras de cine como por las productoras televisivas. Cosa que no es cuestión baladí. Además, es destacable la particular estética que nos ofrece la película y su notable trabajo en efectos visuales. Siendo sincero, a nivel argumental la película no ofrece más que una historia entretenida, y si eso. Es poco creíble y un tanto rocambolesca, algo que en otros contextos daría lo mismo, directamente no se pude tomar en serio. Más que acercarse a la realidad, se aleja de ella. No creo que el género de ciencia ficción se deba de eliminar, pero si lo que se quiere es hacer una crítica constructiva no procede hacerlo de la mano de seres inhumanos y medicamentos disparatados. Como he dicho, estas cualidades hacen a una película entretenida, no edificante.

Cabe resaltar que la película se sirve de lo que denuncia. La sustancia viene a resaltar la sexualización e idealización de la belleza de los medios televisivos, pero después de haber visto este filme uno se da cuenta de que lo que más abunda son primeros planos de partes pudendas (dicho así para evitar susceptibilidades). Además de cuantiosos planos sangrientos y violentos. Valiente hipocresía la del director. Pese a esto se sigue considerando a la película una auténtica obra maestra. Sexo y violencia ¿los pilares del cine actual? Sería interesante ponernos en el supuesto de que a la película se le hubieran retirado las escenas de índole sexual y violenta, seguramente no hubiese tenido ni un cuarto de la popularidad que tiene actualmente. Si el espectador busca ver una película que se acerque más al Gore, es ideal; si no mejor no pierda su tiempo.
Antes he dicho que este filme era innovador, pues no de todo. Ya en los años cincuenta Billy Wilder hizo una de las mayores críticas a la industria cinematográfica en forma de película. Sunset Boulevard (El Crepúsculo de los Dioses) es un espléndido ejemplo de películas que son necesarias de ver, películas que realmente valen la pena. En esos años Hollywood ya iba apuntando maneras y la llegada de Sunset Boulevard fue fulminante. En este filme se nos presenta la historia de un guionista endeudado que por casualidad acaba conociendo a una olvidada estrella del cine mudo, un juguete roto que quiere y sueña con volver a la gran pantalla, volver a ser la que había sido. El personaje de Norma Desmond, la famosa actriz caída en el olvido, es realmente digno de estudiar. Como la fama llega hasta el punto de convertirse en una enfermedad metal, y esquivar el desengaño una medicina. El desarrollo de la historia es sobresaliente, atrapando al espectador de principio a fin, no resultando lenta ni disparatada. Realmente se percibe la emoción, la locura y la decadencia de una persona que vivó lo que era tener fama.
Realmente ambas películas tienen una esencia similar, sin embargo, comparar una con otra es pecado. No se puede pretender que una película del talle de La sustancia sea denominada como “una de las películas más impactantes de nuestro siglo”. Este tipo de críticas nos hace preguntarnos acerca del rumbo del cine actual y lo que pretende. Películas como La sustancia hacen ver que estamos ante una cultura del entretenimiento rápido, en el que todo vale, hasta la historia más absurda sirve para hacer cine. Todavía tendría un pase si esta película tuviese un fundamento original, pero ya hemos visto que hace medio siglo ya se había criticado a la industria cinematográfica, pero con una crítica bien hecha. ¿Cuál será el devenir del cine? Espectadores, pregúntense de dónde venimos y a dónde vamos.
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