Los guetos que abundan en torno a la capital francesa y el modelo de integración fallido, fueron, han sido un caldo de cultivo perfecto para episodios de terror como el producido tras la victoria del París Saint Germain, en la Liga de Campeones. ¿Recuerdan?
Y es que el país galo se lleva la palma, pero por desgracia estamos empezando a acostumbrarnos a episodios de este tipo, cada vez más recurrentes, en diferentes lugares de Europa, con la excusa de la concentración de miles de personas en torno a espectáculos de masas como el fútbol.
La pregunta acerca de en qué hemos fallado es muy pertinente. Y al mismo tiempo es necesaria y urgente la pregunta de qué podemos hacer para que las cosas cambien, antes de que sea demasiado tarde.
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