Nuevo favorito para ser James Bond según las casas de apuestas; Scott Rose-Marsh

Londres, 30 de junio de 2025 - La conversación sobre quién heredará el esmoquin del icónico agente 007 se ha reavivado con fuerza tras el anuncio del pasado 25 de junio: Amazon MGM Studios —actuales propietarios de la emblemática franquicia— confirmaron oficialmente que el aclamado Denis Villeneuve (director de Dune, Blade Runner 2049 y Sicario) dirigirá la próxima entrega de la saga.

En este contexto, un nombre inesperado ha irrumpido entre los candidatos habituales y está ganando fuerza rápidamente: Scott Rose‑Marsh.

Según confirman las principales casas de apuestas británicas como Betfred, Betfair, Ladbrokes y Oddschecker, en los últimos siete días el ascenso del actor en las votaciones sobre El Próximo James Bond (sí, se trata de una categoría de apuestas real) ha sido meteórico.

¿Quién es Scott Rose-Marsh?

Según IMDb News, Rose-Marsh «ha sido uno de los nombres más sorprendentes que han aparecido en la conversación sobre el próximo Bond, en contraposición a otros actores como Aaron Taylor-Johnson, Idris Elba y Henry Cavill». El periódico The Scotsman refuerza esta percepción al señalar que “el relativamente desconocido Scott Rose-Marsh ha surgido de la nada en los últimos días para convertirse en el tercer favorito al papel de Bond, con una cuota de 4/1.”

Por su parte, el diario Express lo describe como “un chico de Southampton” que, de forma muy oportuna, apareció recientemente en Chloe, una coproducción entre la BBC y Amazon —el mismo estudio que ahora posee los derechos de la franquicia de James Bond—. Y añade con intención: “Daniel Craig también era relativamente desconocido cuando se subió al Aston Martin.”

Nacido en 1988 y formado en la prestigiosa BRIT School de Londres —cuna de talentos como Adele, Amy Winehouse, Tom Holland y Jessie J—, Rose-Marsh ha trabajado en películas como KRAYS: CODE OF SILENCE (Monmouth Productions) o series como Chloe (BBC One y Amazon), The Outlaws (Prime Video) y el thriller en lengua galesa Yr Amgueddfa, donde sobresalió por su entrega física en secuencias de acción. Su ascenso meteórico en las apuestas lo ha colocado inesperadamente entre los favoritos para interpretar al próximo James Bond.

Subida meteórica en las apuestas

·En Betfair Exchange, ha registrado uno de los picos de crecimiento más notables tras el anuncio de Villeneuve, entrando en el top 3 de favoritos.

·Ladbrokes destaca su “impresionante avance”, colocándolo incluso por delante de Henry Cavill y Rege-Jean Page en determinadas franjas.

·Oddschecker señala que fue uno de los actores con más apuestas recibidas en las 48 horas posteriores al anuncio del director, y lo cataloga como la gran sorpresa del mes.

·Según el Daily Echo, sus probabilidades pasaron de 100/1 a 4/1 en cuestión de días.

Un Bond fuera del molde… Pero en sintonía con el Bond literario y la estética del próximo videojuego oficial

A sus 37 años, Scott Rose-Marsh sería el primer Bond pelirrojo en la pantalla, y el primero con una cicatriz facial real, un detalle que Ian Fleming describió originalmente en las novelas y que ahora aparece por primera vez en el personaje del nuevo videojuego oficial 007: First Light.

Dicho esto, no sería el único pelirrojo en interpretar al personaje: Patrick Gibson (30 años), también pelirrojo, ha sido recientemente anunciado como el joven James Bond en ese mismo videojuego, lo que ha llevado a muchos fans a señalar el sorprendente parecido entre ambos.  

La elección de Gibson como versión joven y Rose‑Marsh como posible evolución del Bond digital, refuerza la idea de una narrativa más completa: mientras el juego explora los años formativos del agente, Rose‑Marsh representaría una versión madura y curtida en mil batallas, en línea con las representaciones cinematográficas clásicas.

Su mirada firme e intrigante, unida a una presencia escénica que transmite fuerza, carisma, seguridad y un aire desafiante, ha llevado a algunos fans a apodarlo en redes como el “Badass Ginger Bond” —o, en español, “el Bond Pelirrojo y Cañero”.

Un Bond para una nueva era

El rápido ascenso de Rose-Marsh en las casas de apuestas ha consolidado su imagen como uno de los candidatos más singulares y comentados para liderar una nueva etapa en el universo Bond. Este ascenso refleja el creciente apetito del público por un Bond que no sólo sea sofisticado y capaz, sino también con cicatrices y más real; en otras palabras, más humano.

Ecos de Craig en la elección de Rose-Marsh

La posible elección de Scott Rose‑Marsh recuerda, para muchos, lo que ocurrió con Daniel Craig en 2006. En su momento, Craig fue inicialmente cuestionado por romper con el prototipo clásico de Bond: más frío, más serio, físicamente imponente, con un enfoque más realista y emocional del personaje. Sin embargo, su debut en Casino Royale fue un éxito rotundo, y Skyfall se convirtió en un fenómeno tanto de crítica como de taquilla.

Como Craig, Rose-Marsh rompe el molde sin traicionar la esencia: no es el más conocido, pero tiene una fuerte presencia en escena, un rostro marcado por una cicatriz auténtica (como la del Bond literario) y una intensidad emocional que podría resonar con el público contemporáneo. Su perfil —más sobrio, humano y alejado del glamour superficial— encaja con una versión más cruda del personaje, muy en línea con la visión de Denis Villeneuve.

Al igual que ocurrió con Craig, cuya elección revitalizó por completo la franquicia, la irrupción de Rose-Marsh sugiere que el próximo Bond podría volver a conectar con nuevas generaciones sin perder a los fans de siempre.

¿Está el mundo preparado para un Bond con una cara nueva, con cicatrices, pelirrojo y real?

A medida que la franquicia avanza hacia un nuevo capítulo -y se mantiene fiel a su esencia de evolucionar con los tiempos-, la idea de un 007 más cercano, emocionalmente arraigado, abiertamente humano y con cicatrices visibles, parece más oportuna que nunca. En una época en la que el público ansía historias con autenticidad, individualidad y profundidad, Scott Rose-Marsh encarna el espíritu de un auténtico outsider que entra en escena.

Su elección no sólo supondría la evolución natural del personaje, sino que sería una elección audaz e inesperada, en consonancia con un cambio cultural que se aleja de la perfección pulida para acercarse a algo más real.

En un mundo saturado de filtros y fachadas, un Bond con defectos visibles, agallas y un rostro con historia, y especialmente todavía no explotado por la industria, puede ser exactamente para lo que esta generación está preparada.