Crazy Mary, una librería en el barrio madrileño de Las Letras

Cuando en octubre de 2023 Crazy Mary, Librería & Company nos abrió las puertas y nos cedió su bello y cuidado espacio en el Barrio de las Letras de Madrid a Lucía Megías, Escalera Cordero, Rodríguez Monroy y a mí para un coloquio, conocí personalmente a María Fernández. Dueña de este lugar, en el que los textos son apreciados gracias a una atmósfera que no solo es aportada por su conocimiento sobre el mercado literario y algunas cuitas como los egos, el “diagnóstico” e intervención de improvisados asesores/lectores o críticos creídos y tal, en su librería lucen el amor a los significantes, el buen gusto y la disposición. 

Amor a cada historia y libro impreso, en definitiva, que logra renovarse al ser leída allí, consultada, exhibida y comprada, porque “leer” es interpretar, y recomendar libros y criticar literatura constituyen un acto sagrado de respeto a los textos, independientemente del autor, que al darlos a conocer se expone a la recepción y valoración comprometida del otro. 

Periodista, de un exquisito gusto para disponer de cada libro, Fernández ha creado una librería entrañable, donde podés beber un té o un café, preguntar, hojear y compartir entre almohadones y rodeado de un mobiliario exquisito, objetos, libros, fotos, flores... En Madrid, en la calle de Echegaray 32 - cuyo nombre recuerda al premio Nobel de literatura homónimo y que se encuentra a un paso de El Ateneo, pasajes todos los del Barrio de Las Letras, transitados por don Cervantes – hoy, vecinos y visitantes del mundo se pasean y testimonian con sus selfies este espacio inigualable, al mismo tiempo que disfrutan de charlas, presentaciones y encuentros. 

Los libros en Crazy Mary se transforman en libros – objeto, libros de artista: si no lo son por sí mismos, el diseño e interiorismo los agrega María, más allá de la elección personalizada que hace de escritores, ilustradores, fotógrafos; libros nuevos y de usado, novedades dignas de ser difundidas, según su sempiterno criterio literario (y artístico). Puedo dar cuenta de ello, y tan solo hurgando en las fotos de la librería, es posible respirar el aire de las musas que nos convocan a quienes todavía no nos resignamos a permanecer en los anaqueles de la indiferencia, merced a las tendencias vigentes, tan caras a temas banales, repetidos, sin voz o, peor, con voces inconsistentes y a la carta... 

El coloquio aquel de 2023 versó acerca del vínculo existente entre autor, lector, traductor y editor, y María se incorporó enseguida a la charla, de la que participaron también el público, otros autores y traductores. (Matías Escalera se ocupó del autor, Amalia Rodríguez Monroy, del traductor; José Manuel Lucía y Megías, del editor, María Fernández de los libreros y yo, de la relación del autor con el lector). Esta librera, en conciencia, de inveterado oficio, sin perder su principio de realidad, demostraba a las claras que un libro, un autor, un fotógrafo, un artista deben ser valorados, sobre todo en la época, cuando el mundo ofrece cantidad debido a exageradas y manifiestas conveniencias. 

Este año, durante el mes de junio, presenté mi último libro de relatos “La casa está en orden”, que editó en Madrid Ápeiron. María Fernández reiteró su amabilidad para conmigo y asistentes al encuentro, no por ello incompatible con su saber, su cuidada estética literaria y esa práctica casi silente de los libreros, que por imprescindible, no debería ser sustituida jamás por la IA ni por los masivos agentes del mercado. 

Recomiendo a lectores y viajeros, españoles y extranjeros que si van a Madrid, no dejen de conocer, pues, este cálido rincón, de un estilo diría que londinense, que abreva en preciosos detalles y se encuentra en el corazón y al servicio de las letras, los textos ilustrados, el arte y la fotografía.