La selección española de balonmano playa femenino se ha proclamado este domingo campeona del mundo en Budapest, después de imponerse a Brasil en la tanda de desempate (18-8, 12-16, 4-7), logrando el mejor registro de su historia y superando la plata lograda en 2008 en el Mundial de Cádiz.

Las españolas lograron el título mundial después de un inicio difícil, en el que las brasileñas lograron imponer su defensa y maniatar el ataque las 'Guerreras de la Arena'.

Las de Dani Lara cayeron en la primera manga por 18-8, pero se supieron rehacer y forzaron el 'shoot-out' con un segundo parcial más ajustado (12-16), en el que mejoraron las prestaciones defensivas y encontraron más facilidades en la parcela ofensiva.

En el desempate, las españolas tuvieron el temple necesario para encontrar portería en cada lanzamiento y se impusieron (4-7) a una Brasil que partía como favorita.

El seleccionador Dani Lara calificó este éxito como una "experiencia increíble". "No me hago a la idea de lo que hemos conseguido. Ha sido una experiencia increíble, las jugadoras se han comportado muy bien, es fácil trabajar con jugadoras y un 'staff' así", concluyó.