Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Copo | 23F

A treinta y cinco años del 23-F de 1981 (I)

|

Por aquellos tiempos de mil novecientos setenta y siete recorría, convaleciente de una hemorragia de estómago, los pueblos y barrios de Málaga, con una vitola de apóstol, anunciando que se puede ser feliz con girar algo la mirada hacia la figura del nacido en Belén.

La verdad es que nunca he sido un “católico macizo y roqueño”, sí me entusiasmaba el estudio de Jesús y la carga de utopía que intentaba dar al anuncio del “mandamiento nuevo” que, pasados dos mil años de su proclamación, sigue por estrenar.

Los “Cursillos de Cristiandad” de Málaga eran diferentes al resto de los de España. Fuimos motivo de escándalo para las instituciones más conservadoras del catolicismo malacitano, y para los movimientos “progres” y la izquierda política que asomaban tímidamente sus rostros barbudos éramos unos auténticos “carcas”.

El obispo de Málaga, Ramón Buxarrais, que dejó su palacio para irse a Melilla con los presos y a dormir a la antigua “Gota de Leche”, tuvo a bien, después de una consulta a militantes, nombrarme Presidente de los citados “cursillos”

Aunque no he investigado la causa creo que esta fue una de las causas por las que Francisco de la Torre, actual Alcalde de Málaga, tuvo a bien llamar a casa para ofrecerme ocupar un puesto en la candidatura de UCD en las primeras elecciones democráticas tras la muerte de Franco.

El quince de junio del año citado fui elegido diputado a Cortes (casta) tras una campaña de quince días en que adapté el lenguaje evangélico al político, ¡qué barbaridad, pienso ahora!

Así que creyéndome un hombre importante, marché a la Villa de Madrid, acaricié mi escaño, sentí emoción histórica cuando vi entrar a la Pasionaria en el Congreso y a parte de la historia contemporánea española y comencé a votar -con una llavecita de plástico que conservo en casa- artículo por artículo la actual Constitución española (el hoy famoso “candado” del 78); años más tarde me otorgaron una medalla como Miembro de la Orden del Mérito Constitucional.

En la legislatura de 1979 (conocida por la del “Golpe del 23-F”) volví a repetir como diputado, pero hubo una serie de motivos, todos andaluces, que me llevaron a formar parte del llamado Grupo Mixto y, por tanto, a compartir escaño, “pelas” y pólvora con personas tan distintas y distantes como Blas Piñar, Manuel Clavero, Juan M. Bandrés o, entre otros, el canario Fernando Sagaseta.

Seguiremos.

A treinta y cinco años del 23-F de 1981 (I)

José García Pérez
lunes, 22 de febrero de 2016, 01:02 h (CET)
Por aquellos tiempos de mil novecientos setenta y siete recorría, convaleciente de una hemorragia de estómago, los pueblos y barrios de Málaga, con una vitola de apóstol, anunciando que se puede ser feliz con girar algo la mirada hacia la figura del nacido en Belén.

La verdad es que nunca he sido un “católico macizo y roqueño”, sí me entusiasmaba el estudio de Jesús y la carga de utopía que intentaba dar al anuncio del “mandamiento nuevo” que, pasados dos mil años de su proclamación, sigue por estrenar.

Los “Cursillos de Cristiandad” de Málaga eran diferentes al resto de los de España. Fuimos motivo de escándalo para las instituciones más conservadoras del catolicismo malacitano, y para los movimientos “progres” y la izquierda política que asomaban tímidamente sus rostros barbudos éramos unos auténticos “carcas”.

El obispo de Málaga, Ramón Buxarrais, que dejó su palacio para irse a Melilla con los presos y a dormir a la antigua “Gota de Leche”, tuvo a bien, después de una consulta a militantes, nombrarme Presidente de los citados “cursillos”

Aunque no he investigado la causa creo que esta fue una de las causas por las que Francisco de la Torre, actual Alcalde de Málaga, tuvo a bien llamar a casa para ofrecerme ocupar un puesto en la candidatura de UCD en las primeras elecciones democráticas tras la muerte de Franco.

El quince de junio del año citado fui elegido diputado a Cortes (casta) tras una campaña de quince días en que adapté el lenguaje evangélico al político, ¡qué barbaridad, pienso ahora!

Así que creyéndome un hombre importante, marché a la Villa de Madrid, acaricié mi escaño, sentí emoción histórica cuando vi entrar a la Pasionaria en el Congreso y a parte de la historia contemporánea española y comencé a votar -con una llavecita de plástico que conservo en casa- artículo por artículo la actual Constitución española (el hoy famoso “candado” del 78); años más tarde me otorgaron una medalla como Miembro de la Orden del Mérito Constitucional.

En la legislatura de 1979 (conocida por la del “Golpe del 23-F”) volví a repetir como diputado, pero hubo una serie de motivos, todos andaluces, que me llevaron a formar parte del llamado Grupo Mixto y, por tanto, a compartir escaño, “pelas” y pólvora con personas tan distintas y distantes como Blas Piñar, Manuel Clavero, Juan M. Bandrés o, entre otros, el canario Fernando Sagaseta.

Seguiremos.

Noticias relacionadas

Al fin, el sistema educativo (aunque fundamentalmente lo es, o habría de serlo, de enseñanza-aprendizaje) está dentro de una dinámica social y en su transcurrir diario forja futuros ciudadanos con base en unos valores imperantes de los que es complicado sustraerse. Desde el XIX hasta nuestros días dichos valores han estado muy influenciados por la evolución de la ética económico-laboral, a la que Jorge Dioni López se refería afinadamente en un artículo.

Acaba de fallecer Joe Lieberman, con 82 años, senador estadounidense por Connecticut durante cuatro mandatos antes de ser compañero de Al Gore en el año 2000. Desde que se retiró en 2013 retomó su desempeño en la abogacía en American Enterprise Institute y se encontraba estrechamente vinculado al grupo político No Label (https://www.nolabels.org/ ) y que se ha destacado por impulsar políticas independientes y centristas.

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto